-Cuando el señor Travis me contactó, explicándome con todo detalle lo que estaba pasando entre los altos cargos del fútbol decidí que tenia que hacer algo. Así que me postré ante el fundador del Sector V, renunciando a todo, y le dije que mi mayor deseo era convertirme en Gran Emperador- Escucho la voz suave de Axel relatar, mientras mi mano sigue brindándole algunas caricias a su pecho desnudo.
-Así que después de unos cuantos meses Gyan presentó mi candidatura para el puesto y salí elegido bajo el anagrama de Alex Zabel.
Suspiro- Ahora lo entiendo mejor- Cierro los ojos cuando siento el bazo que tiene debajo de mi cuello acercarme a él- Todos están preocupados por ti, Celia y Erza me han insistido bastante para que venga a hablar contigo, porqué por lo que veo sigues siendo un enigma con patas.
-¿Me lo tomo como un alago o cómo un insulto? -Medio ríe y noto como su pecho sube y baja rítmicamente.
-Haz lo que quieras jugador de fuego -Musito, y escucho mi móvil sonar repetidas veces.
Ruedo encima de la cama, deshaciéndome de su agarre. Y me incorporo sentándome en ella mientras reviso los mensajes que tengo.
Artemis❤️: ¿Cómo has llegado a Japón?
Artemis❤️: Bueno, dudo que me contestes, ya es muy de noche en Japón.
Yo: ¡Hola amor!
Yo: El avión ha ido demasiado bien, no ha habido casi turbulencias. Que ya sabes el miedo que me dan.
Yo: Ya he visto a Celia, Erza y a Mark, les echaba de menos.
Yo: Si, todo bien.
Yo: Pero ahora iré a dormir, buenas noches.
Artemis❤️: Buenas noches cariño.
Cambio de chat en el momento en que recibo un mensaje de mi padre, y me espero lo peor.
AAA Papá: Te espero en los sótanos de la Royal.
AAA Papá: Erza me ha dicho que te quedarás con ella, genial.
AAA Papá: Hasta ahora.
Yo: Bien, hasta ahora.
Suspiro, y siento un beso húmedo en mi hombro derecho, en el momento en que apago el móvil- Me tengo que ir- Musito, dándole un beso en los labios y empiezo a ponerme la ropa, esparcida por todo el suelo.
-Jamás me imaginé poder volver a verte desnuda en mi habitación- Escucho su voz grave y sonrío, abrochándome los pantalones. Cuando acabo de vestirme me acerco a él, aún estirado en la cama, solamente tapado hasta la cintura por las finas sabanas.
Sonrío con malicia, y apoyo una de mis piernas en el colchón para darle un último beso- ¿Lo repetiremos? -Inquiero cuándo nos separamos.
Este levanta una ceja y suelta una carcajada- Vaya, parece que los papeles se han invertido esta vez- Me sonríe unos segundos y me coloco el bolso encima del hombro dispuesta a irme- Claro, las veces que quieras nena.