Despierto por los rayos de sol llegándome a la cara, me remuevo un poco en el sitio, sintiendo algo debajo de mi cuello y un cuerpo pesado en mi cadera.
Poco a poco el ensoñecimiento se me va, y noto un cuerpo pegado al mío, primero de todo me acurruco hacia el, disfrutando del calor que emana, pero cuando me llega el perfume me Axel, sonrío.
Pongo una de mis manos encima de la suya en mi cintura y cierro los ojos, pero para cuando estoy apunto de dormirme otra vez el hombre detrás se despierta.
-Umm -Susurra grave en mi oreja, pegándome aún más a el- Buenos días nena.
Giro mi cuerpo lentamente, mi cara quedando contra su pecho y sonrío -Buenos días- Escondo mi cara contra su cuello, relajándome.
El molesto pitido de mi móvil empieza a sonar, y gruño, negándome a separarme de su cuerpo. Se que si no estuviéramos abrazados ahora mismo me moriría de frío, pero el siempre ha sido tan tan cálido como un día de sol en la playa.
Estiro mi mano para coger el teléfono.
AAA Papá: Estoy de camino a casa de Erza.
AAA Papá: Tu hermana me ha dicho que Celia ya ha llegado.
AAA Papá: ¿Dónde coño estas?
AAA Papá: ¿Porque no estás durmiendo en casa de tu hermana?
AAA Papá: Jovencita quiero una explicación, y a ti aquí ya.
Me quito los brazos de Axel de encima, y me levanto rápidamente de la cama, asustada Y empiezo a vestirme con la ropa que dejamos escampada por todos los sitios.
-¿Nena qué pasa? -La voz adormecida de él me saca de la crisi casi existencial en la que estaba y me paro, observándole a él, estirarse encima de la cama y mirarme.
Sonrío, para cuando llevo toda la ropa puesta me acerco a la cama, besando sus labios lentamente, disfrutando de cada segundo de contacto- Llego tarde, y como no piense una excusa rápida mi padre nos va a pillar.
Este asiente con la cabeza, atrayendo nuestros labios una vez más, y antes de salir de su habitación le escucho de nuevo- Te quiero
[...]
Voy reduciendo my correr a medida que me acerco a mi padre, con cara de pocos amigos -¿Dónde coño estabas?
Sonrío con mi cara de buena niña y empiezo a disculparme, justo cómo había practicado minutos atrás en en el bus- Perdón, Otto y yo nos dormimos, puse una alarma pero la apagué.
Este me mira sin creerme del todo, y Celia igual. Pero por falta de tiempo decide dejarlo pasar para dirigirnos con el coche de Erza a la tienda donde ellas van a comprarse sus trajes de damas de honor.
Se van a ver tan guapas que me dejaran mal a su lado.
Suspiro, recibiendo un mensaje de Axel, y aún que me muero de ganas de leerlo lo dejo pasar.
Mi padre se gira hacia mí, escaneándome con la mirada sin disimularlo lo más mínimo- ¿Seguro que estabas en casa de Otto? Porque tu hermana no le mencionó cuando le pregunté por ti.
-Si, ¿Dónde iba a estar sino?
[...]
-Amor -Musito, abrazandome a Artemis lo más fuerte que puedo- Te he echado de menos- Escondo mi cabeza en el hueco que queda entre su cuello y su hombro.
-Bonita -Me devuelve en el mismo tono el hombre, que me agarra de la cadera apretándome a el.
Nos separamos después de unos segundos disfrutando del contacto entre nuestros cuerpos -Que guapa que estás cariño- Me echa un piropo mi prometido y sonrío agradecida.
Cierro la puerta del hotel y Artemis me guía hasta unos pequeños sofás donde nos sentamos uno delante del otro. Este empieza a explicarme cosas, pero mi cerebro desconecta en el momento en que nombra a mi equipo diciendo que llegarán solo unas horas antes de la boda.
Por un momento mi mente me traiciona y empiezo a sentirme mal, no está bien lo que estamos haciendo. Dios, estoy engañando a este hermoso ser humano.
Mi estómago da un vuelco, y con un patético intento de calmar mi arrepentimiento hablo- Te quiero, te quiero- Susurro antes de besar sus labios lentamente. Este tarda un poco en contestarme no esperándose mi repentina acción.
-Yo también amor, mucho -Sonrío encantada calmando un poco mi conciencia y sigo acariciándole la mejilla, embelesada, admirándolo- ¿Pero a que viene eso ahora? -Habla riendo.
Me encojo de hombros y le quito importancia al asunto- No se, pero si te molesta no te lo diré más- Hago la broma y este niega con la cabeza aún sin poder dejar de reír.
-No lo decía en ese sentido -Recrimina.
-Lo se, lo se -Estamos unos instantes en silencio, simplemente disfrutando de la compañía del otro, pero en el fondo no puedo dejar de pensar en el. Axel, menudo imbécil ha conseguido que incluso al estar con Artemis no pueda dejar de pensar en el. Maldito Dios Griego encantador.
Se me escapan las palabras antes de que pueda controlarme- Antes de la boda quiero estar sola, no quiero que las damas de honor vengan a casa de Erza.
-¿Porque? Pensaba que te gustaría tener su compañía.
Me encojo de hombros mordiéndome la lengua- No se, quiero relajarme simplemente. ¿Te parece bien?
Este asiente con la cabeza aún sin entender del todo mi cambio de opinión. Y sin darse cuenta me acaba de dar luz verde para disfrutar el último día de estar en la cama del jugador de fuego.
-Claro, como tu prefieras -Asiente, levantándose del sofá y empezando a deshacer su maleta- Yo estaré con nuestros padres, necesitaré un psicólogo después de esto -Ambos reímos por su pequeña broma. Lo único que no podemos negar es que nuestros padres probablemente estén mas nerviosos que nosotros respecto a nuestra unión.
-Siento ajarte solo ante el peligro -Cruzo las piernas encima del sofá viendo lo bien que le quedan esos pantalones cuando se agacha para poner un poco de ropa en el cajón. Y sonrío con malicia.
-Tranquila, creo que podré con ello.
-Por ti -Levanto la mano mientras apoyo la cabeza en el sofá y sonrío posando en todo lo que me espera mañana.
-Por nosotros -Me corrige mirándome con esos ojos llenos de aprecio y se me escapa una ligera mueca que espero que no haya notado justo antes de levantarme de sopetón ya acercarme a él besar sus labios.
-Por nosotros amor -Y por primera vez tengo miedo de que esto siga a delante.