Maratón 2/2
Continuamos jadeando y sé que quiere moverse incluso cuando los orgasmos se han detenido y, Axel vibra contra mi contenta necesidad, que ni siquiera me permite recuperar el aliento. Dios, estoy tan llena. Quiero acurrucarme sobre el y nada más.
Pero tiene otros planes, me da la vuelta y me carga, cierro mis piernas al rededor de su cadera y me lleva a la cama. Se limita a mirarme con sus ojos emocionados y no puedo evitar sentirme extasiada con esa mirada. Su preciada sonrisa parece no tener descanso. Maldito hombre de cinco años feliz por su juguete. Vuelve a entrar en mí y se mueve solo para demostrar su punto y no puedo evitar gemir.
Tan llena. De él.
Una sonrisa de autosuficiencia se le escapa antes de besarme y bufo, antes de devolverle el gesto gustosamente.
Así que empieza a moverse dentro de mi, tan lentamente que gimo y paso mis uñas por su espalda, observando la fortaleza de sus hombros, Amando sus perfectos brazos, su rostro desecho por el placer mientras empieza a hacerme el amor rápido y duro. Como un animal.
Atrae su cabeza a la mía e introduce su lengua hasta que me trago mis propios jadeos.
-Te quiero- Sus respiraciones salen rápidas, sus ojos salvajes.
Un rugido de placer sale de mí.
Mete su miembro dentro de mi diez veces, rápido, duro y fuerte, haciéndome gritar por la alegría de su reclamo y cuando mis músculos se ponen rígidos y mi cuerpo se prepara para otro estremecedor orgasmo, permite que me corra manteniendo su ritmo frenético y luego gruñe y prolonga su orgasmo.
Mas tarde saliendo para frotarse a sí mismo sobre mi piel.
Temblando, mi garganta retumba con un gemido mientras el arrastra la lisa cabeza de su miembro por mi muslo, mientras una de sus manos acaricia mi palpitante clítoris.
El gime, le gusta hacerme marcas en el cuello. Lamiendo, chupando.
-Te quiero Axel.
Placer se dispara a través de mis terminaciones nerviosas cuando el me acaricia en círculos. Sus dientes raspan la piel debajo de mi mandíbula, expuesta cuando me arqueo hacia su cuerpo.
Sus músculos me rodean, y duros, y fuertes, su miembro dolorosamente duro, frotándose contra mi cuerpo.
Se sumerge repentinamente de nuevo en mi, más duro y más profundo, sus dedos clavados en mis caderas y yo aún estoy mojada. Salgo al encuentro de cada uno de sus empujes, gimiendo desesperadamente su nombre- Axel.
Esto no se trata de juegos previos. Es sobre reclamar y tomar. No puedo ni siquiera creer el modo en que el huele, la forma en que se siente. Más que todas mis fantasías.
Y me doy cuenta mientras estoy jadeando un ho, Dios, estás tan duro, te sientes tan bien, que él tiene su propio encanto, diciéndome lo dulce y humeda que estoy mientras lame cada parte que puede de mi. Me encanta que me lama por todas partes, que pueda sentir sus dientes, su calor, su piel, la mordedura de sus fuertes de dos en mi.
Sonidos salvajes sale de mi, como respiraciones entrecortadas. No hay manera de que contenga estos lujuriosos gemidos. Se asoma para ver mi cara de placer mientras él me folla, duro y con ferocidad, y sus ojos brillan como los de un depredador mientras sus caderas chocan contra las mías. Él es primitivo, animal, tomándome y es mío.
Mis dientes chocan mientras mi cuerpo se aferra a cada centímetro de su miembro empujando. Mis dedos se clavan en las sabanas, mientras el empuja mas profundo, retorciéndome bajo su peso hasta que me rompo. Libero un grito cuando su calor se derrama dentro de mi, y el sigue con un gemido bajo, apretando mis caderas mientras desacelera el ritmo. Somos una masa de músculos, y huesos cansados, sudados, despeinados y enredados en la cama.