No sabía que responderle en ese momento no quería, ver en sus ojos lo difícil ir va hacer el cumplir esa promesa para el, pero quería que me abrazara y que me dijera que todo esto era una vil mentira de nuestros padres para separarnos.
- Hija despertaste estaba preocupada por ti amor- dijo mi madre entrando a la habitación- no se que ubiera hecho si te hubiese sucedido algo.
No le preste mucha atención, porque en ese momento vi que Edward se paraba de su asiento y se estaba dirigiendo a la puerta de la habitación.
Le mire desconsertada no queria que se fuera, mi madre se dio cuenta de que le miraba fijamente.
- ¿Edward porque te vas?- le pregunto mi madre.
El volteo un momento y respondió sin una pizca de emoción en su rostro.
- Sólo voy por una taza de té- en el momento que el mencionó esas palabras supe que mentía porque su cara lo decía, pedía a gritos el salir de esta habitación.
- Me traes una por favor- le dije sin pensarlo muy bien solo quería seguir a su lado.
- Esta bien contestó.
Le vi habrir la puerta he irse, no pude soportar el ver le alegarse de mi a pesar de lo que mi madre me dijo, pero ha ella no queria verle le odie en ese momento, como me pudo hacer esto a mi que soy su hija que le cuento todo, no le hablaba mentiras.
- ¿Estas bien?- pregunto ella muy descarada mente. Yo sólo le mire con ira.
- Como voy a estar bien- le conteste- si me mataste con lo que me dijsite- no quiero verte pensé para mis adentro.
- Lo lamento hija no queria hacerte daño, no pense que ustedes fueran a llegar tan lejos.
- No en verdad no lo lamentas madre, sabías que el y yo teniamos una relación nunca te lo oculte, nunca.
Mi madre iba a decir algo, pero Edward entró en ese momento con una taza de té para mi.
En realidad le costaba estar aquí se le notaba de lejos, una lagrima salió de la comisura de mis ojos sin ningún permiso, la quise secar antes de que el se diera cuenta, pero mi esfuerzo no valió la pena.
- Te encuentras bien- dijo mi madre.
Le iba a responder, pero Edward me interrumpió.
- ¿Me puede dejar a solas un momento con ella?- le pregunto el a mi madre.
Ella le miro y sin decir nada se levantó de la silla y salió de la habitación dejando a un Edward parado al lado de la puerta mirando mi rostro fijamente.
- Lo siento- se disculpo el- no quería hacerte daño Bella.
Me quede en silencio mirándole sabía que esto no iba por buen camino, el camino hacia el lado de mi cama, y puso la taza de té sobre la mesa que estaba al lado de la camilla. El se quedó mirando la taza por un momento y luego levantó la vista hacía mi-Esto esta mal- decia mi conciencia- Muy mal.
- Isabella- dijo mi nombre completo eso no es bueno- se que dije que me quedaría junto a ti que lo ibamos a superar juntos, pero en realidad no puedo, no quiero mirarte y ver que estas sufriendo por mi causa- se calló por un momento y pasó su mano por el cabello con frustración- saber que no puedo hacer nada, ni siquiera me puedes mirar a la cara porque las lagrimas comienzan a salir de tus hermosos ojos color café chocolate y me...
Le interumpi y me sorprendió lo ronca que sonó mi voz.
- No quiero que te vallas- le suplique- quedate por favor- le volví a suplicar- no voy a poder yo sola, se que es duro, es difícil para ambos.
Le dije con mi rostro mirando a la puerta, no quería que viera como caía cada lagrima de mis ojos. Sentí cuando el se levantó de la silla y camino hacia mi camilla, me agarró el rostro, cuando eso sucedió la máquina que estaba leyendo mis latidos comenzó a pitar fuertemente.
Pero eso no le detuvo agarró mi rostro y me lo volteo hacia el, para que le mirase, se quedó un momento mirando mis ojos y yo me que de igual mirandole sus hermosos ojos color miel, me sorprendió que el comenzará a bajar su rostro para acercarlo al mío, en ese momento la máquina pito mas fuerte, el me sonrió, pero la alegría no llegó a sus ojos fue acercándose cada vez mas a mi rostro como acto reflejo cerre mis ojos pero sentí cuando el me dio un corto beso en la frente.
Cuando habri mis ojos le vi alejarse de he ir directo a la puerta, no miro hacia donde yo me encontraba sólo abrió la puerta y se fue dejandola cerrada a su espalda.
Comprendí la escena luego de un momento, se iba y me dejaba aquí sola con mi sufrimiento.
Derrame muchas lagrimas hasta que me quede me deje llevar por los brazos de morfeo.
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Me rompieron el corazon [En edición)
RomanceLa vida te da golpes duros, pero hoy personas que aprende a vivir con ellos Yo no puedo sobre llevarlos Soy Isabella Swan y esta es mi historia Los personajes no son mios; son de la autora Esthefanie Meyer