La vida te da golpes duros, pero hoy personas que aprende a vivir con ellos
Yo no puedo sobre llevarlos
Soy Isabella Swan y esta es mi historia
Los personajes no son mios; son de la autora Esthefanie Meyer
Sin mucho deseo me di la vuelta y les mire ha ambos con una falsa sonrisa en el rostro, se que Edward se dio cuenta, pero en su rostro había una mirada que me decía lo siento. Camine hacia ellos y me sente justo al frente de ambos.
- Hola soy Victoria- me saludo la chica con una leve sonrisa.
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- Hola- le respondí- Mi nombre es Isabella- dije intentado con todo mi ser que mi voz no se quebrara.
- Si se quien eres- soltó ella- Edward me hablado mucho de ti y la verdad es que eres linda, pensé que el mentía.
Me sonroje al escuchar dicha aclaracion, Edward hablaba de mi con su novia, ¿qué le diría de mi? Nose que emocion se mostró en mi cara porque Edward me pregunto.
- Te encuentras bien?- le mire un momento y el me sonrió con esa hermosa sonrisa torcida que tanto me encanta.
- Si- conteste sin pensarlo e intente que mi rostro se relajara- no me dijsite que tenias novia- le reclame.
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Su rostro cambio sólo una faccion de segundo y me miro como forma de un lo siento por mi comentario.
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- Si lo sé- respondió el- es que no hemos tenido la ocacion de hablar- Le mire con una cara de estas mintiendo, pero lo deje en ese momento.
- Y tú tines novio?- me pregunto la rubia teñida- Edward siempre me cuenta sobre ti pero nunca a mensionado que tengas novio.
Vaje mi cabeza y mire mis manos por un momento, luego subi mi mirada y le miré ha ella y luego a él.
- Si tenía un novio- le dije- el cual me dejó tirada aquí con el corazón hecho añicos- baje mi mirada y continúe- nuestra relación era hermosa por así decirlo, le amaba, aún le amo- me corregí- pero el destino, nos hizo una mala jugada.
Me calle no podia seguir aquí, se me hizo un nudo en la garganta y mis ojos se humedecieron al instante, le mire un segundo. A Edward pero el no me miraba tenia el rostro volteado al lado opuesto así que no puede verle. Me levante sin decir nada y me fui corriendo hacia la casa, pero antes escuche que la rubia dijo algo.
- Lo siento.
Ella dijo algo mas pero no le escuche ya había pasado el umbral de la puerta de la cocina.
