Mi nuevo amigo

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Había comenzado un nuevo día, la rubia había despertado hace unos pocos minutos. Tenia un buen presentimiento el día de hoy como si las cosas de la vida se estuvieran arreglando de a poco. 

Con mucho cuidado se levanto y estiro sus brazos relajando todos sus músculos. Vio por la ventana el hermoso que estaba el día por lo cual pensó en su mente ir a dar un paseo por la ciudad e ir a ver un poco de ropa. Que no le haría nada de mal. 

Busco en los cajones que había ordenado hace un par de días una teñida adecuada para salir al final encontró una falta tableada que le llega hasta las rodillas y una polera lila ancha con manga corta. 

Tomo sus cosas y salio de la habitación se dio cuenta de que los chicos tenían que haber salido porque la losa del desayuno ademas de no haber ruido. Se dirigio al baño, dejo sus pertenencias y abrió el grifo de agua caliente para regularlo ya que el agua muy caliente le hacía doler las heridas que todavía no se curaban del todo. Se saco las vendas con cuidados para después botarlas en la basura. 

Se relajo mientras las gotas de agua caían por su piel, no estuvo mucho tiempo ya que sus heridas comenzaron a picar levemente. Salio de la ducha con mucho cuidado  y se coloco su ropa aunque se había olvidado de las vendas para sus heridas así que tenia que volver a su habitación para poder realizarse su curación.  

Antes de que llegara a la pieza, se abrió una de las puertas donde estaba saliendo un Sasori adormilado solamente con unos pantalones largos de pijama. 

-Buenos días - Le sonrió del corazón - ¿Haz despertado recién?. 

-Si.... - Bostezo - Me he quedado haciendo unas marionetas hasta tarde y Deidara no me ha despertado para salir así que me quedare aquí hoy. 

-Entiendo, yo iré a dar un paseo ¿No quisieras ir conmigo?. 

-No gracias, se como son las salidas de mujeres de paseo y créeme que no sera una buena forma de pasar la tarde. 

-Esta bien - Se dio cuenta de que Sasori estaba mirando sus cicatrices, ya que normalmente siempre estaban cubiertas nadie sabía que había debajo de ellas. 

-¿Te duele? - Pregunto sin pestañear. 

-No tanto como antes ya - Le mostro las heridas de sus brazos - Al ducharme molesta un poco y me cuesta colocarme las cremas y las vendas pero nada que se pueda solucionar, ahora iré a hacer eso y saldré antes de que se haga mas tarde. 

-¿Necesitas ayuda? - Hablo en un susurro. 

-Claro, seria una buena ayuda con los vendajes. 

No hablaron mas del tema y fueron a la habitación de la rubia antes de que pudieran cerrar la puerta el azabache estaba saliendo para limpiar sus pinceles y vio como los dos chicos entraban en la habitación de la rubia causándole celos.

 -¿Estas listo?. 

-Si... lo estoy, entra en la pieza.

Mi deseo perdido [Sai x Ino][Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora