Mi deseo perdido [Sai x Ino][Terminada]

Beso

-Estas lista - Dijo Sasori mientras anclaba la ultima venda en el cuerpo de Ino - Perdón si queda muy fea. 

-No te preocupes  - Le sonrió, era mucho mas fácil que alguien la ayudara. 

-¿Vas a salir? - Le pregunto, después de la curación se quedo sentada en la cama de los chicos mirando al pelirrojo. 

-Si - Miro la ventana - ¿Te puedo hacer una pregunta?.

-Claro... dale no mas - Dijo no muy confianza. 

-¿Estas muy enamorado de Deidara?- El la miro con duda, ella se dio cuenta altiro por que levanto la ceja, ella se rió levemente - No pienso quitártelo ni nada por el estilo, solamente estoy pensando en el amor, creo que he sido muy dura con Sai estos días. Cada vez que lo veo todavía puedo sentir lo de la primera vez, ha sido duro lo de mi recuperación y en fondo sentía que era su culpa y por eso creo que lo aleje. 

-¿Pero todavía lo amas?. 

-La verdad, no se.... puede que si y puede que no. 

-¿lo haz hablado con el?. 

-No - Se rasco la parte atrás de su cabeza- creo que he sido demasiado dura pero igual me da vergüenza. 

-Solo hazlo y ya - Cruzo los brazos - Así también me dejas de molestar - Bufó. 

-Esta bien iré- Se levanto y cruzo la puerta - Deséame suerte.

Cerro la puerta con cuidado, sin poder escuchar en un susurro "Suerte" de parte del pelirrojo con una sonrisa. 

[...]

Los dos chicos se encontraban en la habitación del azabache, Sai estaba preparando sus pinturas para comenzar su cuadro y aunque a pesar de tener a la chica pelirroja frente a el con un vestido negro ceñido al cuerpo no le atraía como el de la otra chica que estaba en la habitación de alado. 

-¿Estas lista? - Pregunto Sai mientras miraba el lienzo en blanco, pero eso solamente veía un lienzo en su color blanco hueso listo para ser pintado. 

-Dame un segundo - El no podía verla por el tamaño del lienzo así que dejo que estuviera lista. 

-Igual si no molesta puedes apurarte - Tenia un leve tono de molestia. 

En eso se acerco Mitsuki, al contrario que hace unos minutos ya no tenia el vestido negro si no una lencería roja de encaje que contrarestaba con lo blanco de su piel. 

-Mitsuki... 

- Déjame quererte... - Se acerco lo mas que pudo a el - Déjame ser la persona que cure tu corazón. 

-Sabes que no puedo - Miro hacía abajo. 

Mitsuki tomo con ambas mano la cara del pálido y lo atrajo hacía ella, lentamente deposito un beso en los labios del frió chico. El simplemente no reacciono. 

Antes de que se separan la puerta fue abierta y se cerro a los segundos, ninguno pudo ver quien era. 

-Solo... sigamos con la pintura. 

[...]

Mientras afuera la rubia todavía seguía apoyada en la pared, no quería estar triste porque era su culpa de haberlo hecho esperar tanto...