El aire que se respiraba en aquella sala de reuniones parecía espesarse a causa de la tensión. A la espera de novedades, los ojos de todos se encontraban entre miradas furtivas y gestos de incomodidad. No tenían nada por decir, era por eso que el silencio se alzaba entre ellos como una pared de concreto. Todos estaban preocupados, todos estaban ansioso y esa misma sensación que parecía estarles acompañando durante varios meses, parecía hacer mella en ellos, marcándose en cada uno de los rostros.
Steve miró a Natasha, quien, sentada frente a él, era capaz de mantener la expresión impasible por más tiempo que los demás. Aun recordaba lo que había comentado a todos acerca de Ed, cuando fue a buscar a Tony. Él no había querido irse con ella y había tenido que engañarlo diciéndole que lo tenían secuestrado.
En secreto, se había sentido contento por ello. La idea de que Ed se hubiese ido detrás de las faldas de una mujer hermosa, lo había estado atormentando las horas que había durado esa misión.
La puerta se abrió de repente y Bruce ingresó a la sala, seguido de Shuri. Steve dirigió una rápida mirada a Clint, quien bajó las piernas de la mesa en un gesto apresurado y luego volteó a ver a Pepper, quien le correspondió el gesto y esbozó una escueta sonrisa.
—Iré al grano- dijo Bruce, un poco nervioso —Lo hemos sedado un poco más. Al parecer, la reaparición del reactor es demasiado dolorosa para que el coma en el que lo teníamos sumido, la soportara.
—Ya es la tercera vez que le dan esos ataques- dijo, Pepper angustiada
—Lo sé, pero que el reactor esté apareciendo es bueno... Tendremos a Tony de vuelta.
—¿Cuáles serán las secuelas? Desde el punto de vista neurológico, las habrá ¿Cierto? Esas convulsiones no son normales- habló, Nat-
—Aún no lo sabemos. Los exámenes básicos salen bien, sin embargo, el hecho de que la identidad de Tony esté peleando en contra de la de Ed, no asegura que la victoria – si es que la obtiene- sea absoluta. – explicó, Shuri.
—Si él despierta...- habló dubitativo.
—En realidad, él no despertará por sus propios medios. Nosotros iremos bajando la sedación cuando creamos conveniente- intercedió Shuri.
—Lo que quiero decir es que... será necesario que me mantenga alejado ¿Cierto?
—Hasta que confirmemos que tu presencia no es un peligro, Capitán- respondió, Bruce.
—¿Cuándo creen que podrán empezar bajarle la dosis? - preguntó, Clint.
—Creemos que es prudente esperar a que el reactor aparezca por completo en su pecho-
—Su vida... ¿sigue corriendo peligro? – cuestionó, Pepper.
—Por ahora, no podemos asegurar que no lo esté- afirmó, Shuri.
-.-
Sus pasos resonaron en la estancia, denotando el vacío en ella. Hacía frío allí y la hora, a decir verdad, no era la adecuada. No había hallado un momento mejor para buscar consuelo.
La lluvia afuera azotaba las calles oscuras y los árboles se movían por el intenso vendaval. A pesar de lo grueso de las paredes, aún se podía escuchar el silbido inclemente del viento. Caminando lentamente entre los pasillos que se formaba por la distancia entre las bancas, eligió un lugar no demasiado cerca, ni muy lejos del altar para ubicarse y allí, de rodillas, no se atrevió a alzar los ojos. Tenía miedo de que las inertes estatuillas le devolvieran una expresión desaprobadora.
Trató de buscar entre las miles de palabras que parecía gritarle su mente, una oración que suplicara perdón, siendo consciente de que su madre alguna vez le había enseñado una, mientras tomaba sus manos y las juntaba para que realizara el gesto típico a la hora de rezar. Sin embargo, en ese momento, lo único que podía recordar era la calidez de la piel que tocaba la suya y los rubios cabellos que, sueltos, se movían con libertad. El rostro de su madre se ocultaba en un halo de luz... lo había olvidado como, pronto, se olvidaría el de él. El temor y la certeza que le provocaba ese hecho, revolvía su estómago.
¿Por qué los momentos más importantes en su vida, se sumergían en los mares del olvido?
¿Cómo podía hacerle eso a Ed? ¿Cómo pudo hacérselo a su madre?
"—Olvídalo, muchacho... No lo dije antes, porque se suponía que era un secreto, sin embargo, no soporto verte así... Es probable que a Ed se lo haya llevado una agrupación llamada HYDRA. He hablado con el Departamento de Defensa, pero la información que hay acerca de ellos es casi nula, por lo que resulta imposible encontrarle"
Las palabras del doctor Erskine resonaron en su mente, haciéndole cerrar los ojos con fuerza. Ellas eran un recordatorio de lo inútil que era; de lo imposible que resultaría para un muchacho como él, encontrar a Ed. Su corazón pareció estrujarse del dolor ante esa certeza, provocando que soltase un lastimero gemido.
Sintió una presencia junto a él y pronto, alguien se sentó a su lado haciendo que alzara los ojos alarmado. Se encontró con la amable sonrisa de un sacerdote, de cabellos canosos, nariz redonda como una bola y sonrojadas mejillas.
—Son las almas más atormentadas, las que acuden a altas horas de la noche a buscar la luz de nuestro Señor- habló con voz tranquila el hombre, manteniendo fija la mirada hacia el altar, provocando que voltease el rostro en la misma dirección.
Frente a él, iluminado por la luz titilante de varias velas, se encontraba el rostro misericordioso, de Cristo en la Cruz. Steve lo miró fascinado por unos segundos, tratando de comprender, como tantas otras veces, como es que alguien condenado podía perdonar a sus enemigos de esa forma, como lo había hecho Él.
Quizás... También lo perdonaría.
—¿Quieres contarme lo que sucede? No hay nada que Dios no pueda arreglar ni consuelo que Él no pueda brindarte, si te entregas y confías.
—Yo... me enamoré de un hombre- admitió, sintiendo un nudo en la garganta. Decirlo en voz alta, se le había hecho complicado, pero también era liberador.
Lentamente, volteó el rostro hacia el sacerdote, quien ya estaba mirándole. El gesto apacible, aún permanecía en él, causando que su corazón encontrara un poco de calma.
—Debes alejarte de la tentación y...
—Él desapareció... de un día para el otro. Yo no supe más nada. - admitió, sintiendo el nudo apretarse.
—Habrá recapacitado...
Steve bajó el rostro y negó, tratando de tragarse su propia angustia.
—Dios lo ha apartado de mi... Me lo ha quitado- apretó los dientes, tratando de evitar el llanto que pugnaba por salir.
—Dios te ha mostrado que estabas obrando mal y te alejó de él. Te ha dado una segunda oportunidad.
Steve alzó los ojos, encontrándose con los del sacerdote.
—Pero... él... Es posible que le hayan hecho daño y yo...
—Debes tener fe. Si él era un buen hombre, Dios no permitirá que lo lastimen. Los ha alejado y en su infinita misericordia, les ha mostrado el camino de regreso a Él. ¿Puedes sentirlo así... de ese modo?
Bajando nuevamente el rostro, Steve asintió.
—No es castigo, muchacho. Dios te está mostrando su inmenso amor.
N/A:
Capítulo corto, lo sé, pero espero que les haya gustado :)
Muchas gracias por leer y por sus hermosos comentarios ♥
Hasta la próxima :D ❤💕😊
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La identidad del tiempo
Science FictionPerdido. Así se encontraba Tony Stark en el año 1936, al cual había viajado culpa de una máquina del tiempo. Allí se encontrará con un joven Steve Rogers antes de que este se convierta en el Capitán América. Su carácter tierno y dulce será como un b...