Parte 67

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El sol incidió molesto por la ventana provocando que se revolviera entre las sábanas tratando de escapar de él. Se sentía tan agotado, que lo único que deseaba era dormir un poco más.

—J.A.R.V.I.S.- llamó, con la voz ronca a su IA —La ventana... Ciérrala- ordenó, acurrucándose un poco más.

El olor de un perfume que no era el propio, lo hizo sonreír y de repente, recordó que no estaba en su habitación.

—Señor... Si no desea perderse el desayuno, debería levantarse- contestó la IA y él abrió los ojos, sintiéndose feliz al ver las pertenencias de Steve a su alrededor.

No lo había soñado.

Se incorporó rápidamente y se dirigió a su habitación, para ducharse y colocarse una muda de ropa limpia.

Sonriendo estúpidamente, se encaminó hacia la cocina, atraído por el olor de los panqueques que de seguro estaba haciendo Steve. Sin embargo, el ruido proveniente del lugar, mermó sus ánimos.

Thor, Natasha, Clint, Bruce e incluso Pepper estaban allí, sentados en la barra mientras disfrutaban de los alimentos que un ocupado Steve preparaba.

—Amigo, Tony... Has abandonado tus aposentos temprano esta mañana. ¿Caíste del lecho?

—Yo...

—Justo a quien buscaba- habló Pepper —Desayuna rápido y vamos a la empresa... Tienes una reunión con los inversionistas dentro de una hora. Sabes que ya no puedo retrasarla, Tony.

—Demasiado temprano para los negocios, Peps... -se quejó.

—Buenos días, Tony- saludó Steve volteándose a verle y esbozando una enorme sonrisa.

Le miró unos instantes, sintiendo que su corazón latía con fuerzas en respuesta y no pudo más que devolver el gesto. Le hubiese encantado besarle, pero era más que probable que Steve se disgustara por el público.

—Buenos días- respondió.

—El Capitán nos ha preparado panqueques - escuchó la voz de Bruce.

—Y Thor se los está comiendo todos- se quejó, Natasha.

Lentamente, se acercó a Steve, para pedirle algunos. Se sentía demasiado torpe y tímido sin saber por qué y trató de disimular eso haciendo una broma.

—Es una receta más antigua que las pertenecientes a Asgard... El Capi la trajo de su época.

—Muy gracioso, Tony- respondió Steve sonriendo y de repente, pasó un brazo por su cintura causando que se acercase más a él.

El suave beso sobre sus labios lo sorprendió. El mundo pareció silenciarse repentinamente y solo estaban ellos dos y el tierno contacto de sus bocas. Steve se separó de él sonriendo con ternura provocando que Tony se quedase embelesado mirando sus ojos azules.

Los vítores y los silbidos causaron que regresara a tierra. Su cerebro comenzó a trabajar nuevamente, pero aún seguía un poco atontado.

—¡Consigan una habitación! - escuchó que gritaba, Clint y se volteó a verle sonriendo burlón.

—¿Envidia, Legolas? - dijo, siendo repentinamente consciente de sus manos descansando sobre el pecho de Steve y de aquella que aún se apoyaba en tu cintura.

—Ya quisieras- contestó él.

-—Capi... Los panqueques- señaló, Natasha divertida y Steve se volteó preocupado a tratar de salvar su comida.

—¡Oye, no te comas mi desayuno! - se quejó, Clint, volteando a ver a Thor, quien había aprovechado la situación.

—En Asgard, solo los más fuertes sobreviven...

—Yo te voy a dar el más fuerte.

Bruce y Pepper rieron, mientras, Natasha trataba de separar a Clint y a Thor.

Tony observó en silencio a todos y no pudo evitar sentirse emocionado.

Estaba en casa... Al fin.

 Al fin

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N/A:

¡Ay, no saben lo emocionada que estoy!

Antes que nada, espero que este último capítulo haya sido de su agrado y l*s haya dejado satisfech*s

Ha sido hermoso para mi, compartir esta historia con ustedes. Estoy tremendamente agradecida por todos los comentarios preciosos que he recibido. No se dan una idea de lo maravilloso que ha sido para mi, saber que hubo veces que se desvelaron leyéndome, que esperaban emocionados los lunes a que llegara la actualización. Los debates que se desataron, sus comentarios que, incluso, me hicieron replantearme la trama y modificar algunas partes, me ayudaron a crecer... Todo gracias a ustedes.
En este tiempo, me han hecho muy feliz y me pone mucho más contenta, aún, saber que he podido devolverles un poco de esa felicidad.

Gracias, mil veces, gracias.

Hasta la próxima.

Kuro Kaori

La identidad del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora