Capítulo V

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Estoy inspeccionando el castillo antes de la cena. La verdad que me fascinan todas estas antigüedades. Cada rincón me gusta más que el anterior. Todas las estancias van cogiendo forma gracias a nuestra ayuda y nuestro ingenio. Estamos aportando nuestro trocito de arena a la historia de Escocia. Desde el primer día, me llamó la atención una estancia que siempre permaneció cerrada, debido a mi gran curiosidad por conocer decido intentar abrirla sin éxito. Esta habitación debe de estar cerrada desde hace tiempo porque hasta las bisagras chirrían. Lo intento una vez más pero me es imposible. En el momento se me ocurre que quizás con el pasador de mi recogido y una horquilla, puede que la puerta se abra, así que decido intentarlo. No se lo que habrá dentro pero eso me incita mucha curiosidad y mientras dejé todo como estaba no dañare a nadie.

Al cabo de unos minutos intentando forcejear con la puerta por fin cede y consigo entrar sin ser vista. Todo está muy oscuro, así que decido abrir un poco estas pesadas cortinas para ver mejor su interior. Cuando entra claridad a la estancia me quedo embobada. La habitación es enorme. Hay un gran cama con dosel y una chimenea que hace años que no se ha encendido, por la gran cantidad de polvo que se ha acumulado.

Encima de la cama en la pared hay un gran cuadro que visto desde más cerca tiene un gran parecido conmigo. ¿Cómo puede ser?. La mujer del cuadro es morena con los ojos azules como yo, parece que tiene su tez pálida como la mía, podría haber sido perfectamente mi madre por el gran parecido. Hasta diría que me parezco más a ella que mi verdadera madre. Su porte en el cuadro me deja impactada. Parece una buena mujer y muy distinguida. Decido no seguir mirando hacia ese lado, porque no paran de darme escalofríos, así que decido inspeccionar el resto. Hay montones de cosas que están tapadas con telas por encima. Incluso un tocador que veo que es enorme, ya me gustaría tener uno como este en nuestra habitación, me pasaría horas acicalandome y ya no te digo Olivia que ella es mucho más coqueta que yo.

Llego a un gran bulto que está tapado. No se que será pero ahora mismo lo voy a descubrir. Cuando quito la gran lona empiezo a toser sin parar por la gran cantidad de polvo, pero cuando el polvo por fin se aposenta y veo lo que hay ante mí me muestro muy emocionada. Delante de mi hay un inmenso piano que está en perfecto estado de conservación, es de color negro brillante y no puedo evitar recordad mis antiguas habilidades con él. Desde bien pequeña he ido a clases de piano, allí me mantenía ocupada y me evadía de todas las frustraciones y problemas que siempre he tenido en mi vida gracias a mi familia.
En esas clases me olvidaba de todo y dejaba fluir las notas mientras me sumergía en un mundo mágico y fantástico, mi estado de satisfacción me hacía estar más contenta y sociable. Me había olvidado de las sensaciones que tenía con este gran instrumento. Lástima que me tuviese que borrar de esas excelentes clases por pasar una mala racha en nuestra familia. Desde aquel día no volví a ser la misma, ya que la música también era mi vía de escape hacia los problemas y con los años entre en el mundo de las telas y me sumergí en él, era una cosa que también se me daba bien y me salía más barato que comprarme un piano y meterlo en mi pequeño estudio, así que me di por vencida. Pero ahora que he visto este gran piano, me han entrado una ganas irrefrenables de volver a tocar. No creo que dañe a nadie haciéndolo, porque es una pena tener una instrumento así y tenerlo aquí parado a acumular polvo.

Empiezo a pensar que canción puedo tocar y que me acuerde bien para empezar con la melodía y como si mis dedos se moviesen solos empiezo a tocar una bonita melodía que creí que tenía olvidada. Empiezo a llorar deconsolada por todas las sensaciones que me produce volver a tocar. A mi cabeza vienen recuerdos de mi infancia y de las malas palabras de mis padres hacia mi persona. Empieza a salir todo el dolor que tengo en mi corazón y que creía que tenía guardado bajo llave. Es una canción triste y a la vez bonita. Yo sola la compuse con tan solo trece años.
Pensé que me había olvidado pero es como si la tuviese gravada en mi interior a fuego. A los pocos minutos oigo pasos detrás de mí y cuando me quiero dar cuenta Meredith se sienta a mi lado en el banco donde permanezco sentada inmobil. Acabo la canción de repente por la vergüenza de haber invadido algo que no es mío y ser descubierta y por la intromisión de una de sus dueñas.

—¿Dónde has aprendido a tocar así?. Hace años que no escuchaba ninguna nota de este piano. Me encanta la melodía que has tocado, es preciosa y la verdad que me has puesto los pelos de punta. Se nota que con ella querías trasmitír algo pero aún no he descifrado el qué. Me alegra que te guste tocar el piano. Hace años que no se toca en este castillo y me había olvidado de muchas cosas—dice Meredith pensativa.

—Perdonarme, disculpad por haber entrado en esta estancia sin permiso, siempre he sido de naturaleza curiosa y no he podido resistir la tentación de no tocar esta preciosidad. Me trae recuerdos de cuando era niña. Hace años que no tocaba a pesar de que siempre me gustó. Yo misma he compuesto esta canción—digo cabizbaja.

—Pues déjame decirte que tocas de maravilla. Mi madre es la que tocaba en el castillo. A veces me encantaba despertarme con sus melodías cada mañana. Casi nunca se separaba de él, sobre todo cuando mi padre se iba a alguna batalla. Era su modo de evadirse, supongo. También tocaba canciones muy bonitas. Por aquí deberían de andar sus partituras—dice levantándose para buscarlas entre las estanterías.

—¿Que está pasando aquí?. ¿Que hace esta puerta abierta?¿Quién te ha dado permiso para tocar ese piano?—dice Duncan dolido.

Yo me giro hacia él porque ni siquiera he escuchado pasos. Al observarlo, puedo ver el dolor reflejado en sus ojos.

—Lo siento yo no quería molestar...

—¿Qué no querías?. ¿Qué es lo que no querías?. ¿Utilizar los vestidos de mi hermana muerta?¿ o tocar ese piano al que mi madre tenía tanto cariño?. ¿Cuando aprenderás a meterte en tus asuntos?—dice Duncan interrumpiendo y cabreado por lo que ha visto.

Yo me levanto rápidamente y voy corriendo por los pasillos para refugiarme en mi habitación. Me está bien empleado por no haber pedido permiso. Cuando aprenderé, nunca he acabado de encajar en ningún sitio. ¿Que esperaba que por fin lo iba a haber aquí?.¡Seré idiota!.

Llego por fin a mi habitación y me tiro encima de la cama a llorar desconsoladamente. Esto me hace recordar, a las millones de veces que lo hacía cuando era niña, era el resultado de que mis padres me reprocharan cualquier cosa que ni siquiera le había hecho a mi hermana. De ahora en adelante tendré más cuidado y apenas tocaré nada porque no quiero ofender a nadie. Así sigo llorando unos minutos, hasta que por fin me quedo dormida.

Hechizada Por Un Highlander(Hechizados Hacia Escocia II) ( En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora