Capítulo IX

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Pero, ¿Quién llamará a la puerta a estas horas?. Voy apresurada a abrir la puerta a pesar de que no tengo humor de hablar con nadie en estos momentos. Cuando abro la puerta, Chris entra como un vendaval.

—Hay Alex, menos mal que te he encontrado. Tienes que salir ahí fuera. Esos dos parecen dos tiburones luchando por su presa—dice Christopher aún fatigado por subir tan aprisa.

—¿Pero de qué hablas?¿Quién parece un tiburón? No entiendo nada—digo sin prestarle mucha atención, mientras me sigo quitando el resto de las horquillas que aún quedan en mi pelo, para dejar mi negra melena suelta.

—Cameron y Duncan. Eses dos brutos se quieren batir a duelo, porque Cameron dice que Duncan te ha faltado al respecto y eso como la dama que eres no lo puede consentir—dice con gestos exagerados.

—¿Pero eses dos están locos o que les pasa?—digo saliendo disparada por la puerta, mientras Christopher me sigue detrás.

Al llegar al sitio donde me ha indicado mi amigo, veo que están luchando fieramente con la espada. La gente aún sigue con la fiesta, doy gracias a Dios de que muchos aún no se hayan dado cuenta de los que estan haciendo estes dos descerebrados. Los dos están bastante igualados a pesar de la mala posición de Cameron. Voy corriendo para ponerme en medio para que terminen con esa estúpida batalla, cuando sin darme cuenta, la hoja de la espada de Duncan impacta en mi costado derecho donde empieza a emanar un poco de sangre. Siempre me ha dado impresión ver mucha cantidad de sangre, sobre todo ver esa cantidad en mi cuerpo, por lo que al verla me empiezo a marear.

—¿Cómo habéis sido tan estúpidos de batiros en duelo? ¿ Pensáis que sois unos niños? ¡Podías acabar muertos!, ¿es que os da igual? Y tú, no entiendo cómo puedes profesarme tanto odio, sobre todo, tanto como para haberme herido con tu espada—digo mirando hacia Duncan con cara de odio y mirando de nuevo a la herida simultáneamente.—No te preocupes que me iré de aquí en cuanto pueda, ya que sé que no soy bienvenida en este lugar—suelto enfadada, mientras  un profundo dolor me invade en la zona afectada y me desmayo fulminantemente.

Cuando despierto horas después. Estoy en la habitación. Aún estoy algo mareada. Al observar bien la habitación, veo a Olivia me está viendo con cara de pena.

—¿Que ha pasado?—digo aún adormilada.

—No hables amiga. Aún estás mal herida. Te he tenido que desinfectar la herida y coserte, después de que Duncan te hiriese con su espada. ¿Cómo se te ocurre meterte en medio de una pelea? ¡Podían haberte matado!. Eso que has hecho es lo más valiente y más estúpido que he visto en mi vida. ¡Nos tenías muy preocupados!—dice dándome un débil abrazo para procurar no hacerme daño.

Yo me acuerdo al fin de la reyerta e intento levantarme para impedir esa inútil pelea, pero Olivia me lo impide.

—¿ A dónde quieres ir? Aún estás muy débil. Tienes que estar en reposo unos días hasta que los puntos cicatricen y estés totalmente recuperada. No te preocupes que todo se ha acabado después de que hayan mirado tu herida—dice Oli en una leve sonrisa.

— Tenía que impedir que eses dos patanes se maten. No entiendo muy bien aún porque lo han hecho, pero tengo que buscar otro sitio donde vivir. No aguanto más las miradas de odio que Duncan me pone cada vez que me ve—digo aún cabreada por lo sucedido—Hablaré con Meredith a ver si tiene algún pariente cerca que necesite ayuda para las labores del hogar y me mudaré allí. No aguanto más en este clan, sobre todo a Duncan mirando a través de mi nuca para ver qué hago mal, para echarme la bronca a la mínima oportunidad—digo al borde del llanto.

—No te lo tomes así, sé que Liam no lo permitiría, después de todo el es el Laird de este clan, aunque ahora mismo se haya tenido que ir al finalizar la celebración para ir en busca de Fergus—dice pensativa.

Me cuenta todo lo que sabe por el tema de Fergus y mi ánimo decae estrepitosamente, sobre todo cuando escucho que Duncan y Broderick están ahora al mando del clan. Me tendré que buscar otro sitio donde vivir, porque sé que Duncan no parará hasta verme humillada del todo.

Al poco rato se escucha la puerta y Oli corre a abrir para saber de quién se trata. Cuando ve que es Chris, ella se va para ayudar a recoger el castillo por la fiesta de ayer y ayudar con los huéspedes que se han quedado, mientras me quedo a solas con él.

—¡Ay amiga! ¡Que susto nos has dado! Tenías que ver la cara de pánico se le quedaron a los dos después de que Duncan te haya dado con la espada. Esta mañana ha tenido que abandonar el entrenamiento porque no era capaz de concentrarse con la lucha—dice mi amigo como si nada.

—Estará pensando el próximo plan para poder acabar conmigo y así liquidarme del todo—digo compungida recordando lo mal que me ha tratado aún pidiéndole mis disculpas por haber sido tan osada.

—¡Que va amiga! Creo que estás muy equivocada. Empiezo a conocer a esos hombretones, sobre todo a Athol—dice levantando las cejas simultáneamente—creo que Duncan se siente culpable por lo que ha ocurrido y en ningún momento te ha querido hacer daño. Creo que se siente culpable por haber peleado con su gran amigo de la infancia. Según he escuchado jamás se les ha visto de esa guisa y menos por una mujer. Eso solo quiere decir una cosa—dice picarón.

—Déjate de idioteces. Empiezo a pensar que Duncan no tiene conciencia y que esconde muchos más demonios que nosotros no sabemos ni sé si quiero conocer. No creo que se sienta culpable y si es así, será porque está molesto por haber retado a duelo a su amigo. A mi no me tiene ningún tipo de cariño y a la mínima oportunidad me lo hace saber con sus intensas miradas—digo cansada tanto física como moralmente.

—Yo hasta ahora nunca lo había visto así. Antes aún bromeaba con los demás hombres. Era el primero en meterse con cualquiera, pero lleva unos días de mal humor y no hay quién le dirija la palabra ni siquiera ninguno de sus hermanos. Ahora está al mando y no para de dar órdenes a diestro y siniestro. Estoy deseando que Liam esté de vuelta para volver a la normalidad—dice mi amigo preocupado.

—¿ Que es eso de que conoces bien a Athol?¿ Tienes algo que contarme?—digo curiosa y a la vez animada de que alguien lo esté pasando bien.

—La verdad que recién nos estamos conociendo y cada vez que hablamos le noto como un brillo en su mirada. Yo creo que sí el radar no me falla le gusto. Pero quiero seguir conociéndolo mejor para salir de dudas, porque sabes los brutos que pueden ser los hombres de aquí. Ni quiero dae un paso en falso y arruinar todo el progreso—dice ilusionado.

—Tu siempre ha tenido muy buen ojo para esa cosas. Sobre todo para saber los sentimientos de cada uno. Tienes ese don para ver más allá que otros no tenemos. Preveniste a Oli de aquel acosador que al principio parecía tan normal y resultó ser un maniático cuando lo conocimos mejor esa noche—digo divertida aún recordando aquel día.

—Si menos mal que el radar me pito y pudimos salir de aquel antro después de que intentara sobrepasarse con nuestra amiga. ¡Que tiempos! Y qué mala gente hay en el otro siglo. Menos mal que aquí si eso nos pasase nos pueden defender con semejantes hombres tan musculados y no salir corriendo como lo hicimos—dice con una sonrisa soñadora en sus labios.

Yo me quedo pensando en todo lo que me ha dicho antes porque no consigo quitarme el tema de la cabeza. Tendré que mandar llamar a Meredith para hablar con ella cuanto antes porque no sé cómo voy a reaccionar si escucho un reproche más de la boca de Duncan. Prefiero ahorrarme el mal trago y salir pitando de aquí. Pienso que será lo mejor para todos y así mirando mi tatuaje que resulta ser el lema del clan, me quedo observandolo embobada pensando en cómo ha cambiado mi vida desde que he llegado hasta aquí. Pensé que sería mejor que la vida que tenía en el otro siglo, pero creo que lo sobrevaloraré. Quise creer tanto en el sueño que ha tenido Kate desde siempre, que ha resultado ser una pesadilla para mí, a pesar de mis intentos de encajar en este lugar. He echo algunos amigos, pero no puedo soportar que nadie me odie, no Duncan al menos, por todo los momentos agridulces que me ha hecho sentir. Así me doy media vuelta y me quedo mirando hacia la ventana para ver el tiempo que hay fuera. Parece que hay viento y que se avecina una tormenta, así me quedo en mis pensamientos, mientras mi amigo nota que estoy cansada y me deja sola en la habitación y poco después el sueño me vence.

Hechizada Por Un Highlander(Hechizados Hacia Escocia II) ( En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora