Capítulo II

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Después de escuchar unas voces dando gritos decido dejar lo que estaba haciendo e ir a ver qué es lo que pasa. Los dos chicos que son bastante iguales, vuelven a llamar mi atención. Parece que están discutiendo. Decido acercarme para ver lo que ocurre.

—Ha sido por tu culpa. Si tú hubieras estado atento y no pensando en otras cosas esto no habría pasado y saldríamos vencedores—dice el que parece más castaño.

—No me eches a mi toda la culpa. Que tú también has estado ahí combatiendo. He hecho lo que he podido. Pero nos han superado en número y nos ha cogido desprevenidos—dice el otro que parece más moreno.

—Tienes razón aunque..—dice el más castaño desplomándose en el suelo.

—¡Hermano, ¿Qué tienes? ¡Reacciona!—dice el otro histérico.

Yo voy inmediatamente a socorrerlo y a inspeccionar las heridas como me ha enseñado Olivia.

Después de ver que tiene una herida cerca de su pecho, me alegra saber que ha sido un rasguño y que su desmayo se debe a los nervios acumulados y por la subida de tensión. Veo como Olivia se acerca al otro hombre que sigue en pie, porque también tiene alguna zona herida.

Después de ponerle una pequeño apósito en la herida, lo hago despertar empapando un poco de alcohol en un algodón frotando en las muñecas, en la cara y levantando sus piernas por encima de su cabeza. Olivia me ha avisado que no le eche el alcohol con el algodón directamente en la nariz, ya que le puedo reventar algún vaso sanguíneo. Su hermano no para de mirar, siguiendo todos mis pasos, mientras está siendo oscultado por Olivia. Se nota que está muy preocupado por él y que se siente culpable por su anterior discusión.

—Tranquilo, que se pondrá bien—digo en un susurro, mirando como por fin su hermano abre sus ojos.

Él, se muestra desconfiado, ya que seguro que no entiende parte de mis palabras.
Tiempo después, veo como el hermano que está en pie, ayuda al otro a levantarse y ellos van a inspeccionar los daños del castillo, mientras yo ayudo a las doncellas y a mis amigos a ayudar al resto para preparar algo de comer.

Cuando entro en el castillo y miro más estancias me quedo impresionada. Se ve que es una fortaleza enorme y a pesar del siglo en que estamos está muy cuidada. Pronto coseré algunos telares más, para darle más vida y adornar sus salones para que se muestre un castillo más majestuoso. Después de haber parado aquí, algo tendré que hacer para ayudarlos, para pagar por mi estancia. Tendré que pedirle a Kate y a los aldeanos, que me enseñen a hablar en gaélico, para poder comunicarme mejor con la gente de aquí, porque a pesar de no conocerlos de nada, resulta ser muy hospitalaria.
Después de hablar con Kate, he conseguido unas telas y unos tartán que debo arreglar. De paso, también haré algunos vestidos con algunas telas que he encontrado en un baúl del comedor. Espero que valoren mi trabajo y que les guste lo que hago, es mi pasión y espero quedar bien con los trabajos asignados.

Cuando ya me voy a sentar para empezar con mi tarea, veo entrar a los dos hombres que he ayudado antes. Después de intentar hablar conmigo y de chocar debido a los diferentes idiomas, he percibido por sus muchos gestos que me querían dar las gracias por haber socorrido a uno de ellos y parece que se muestran contentos de verme aquí. Después de decirle con gestos que no ha sido nada, se van a sus que haceres. Yo no puedo sentirme más feliz, porque en realidad, el que estaba postrado en el suelo, me ha llamado mucho la atención. Me ha dado tiempo a tocarlo mientras estaba inconsciente. Tiene un cuerpo fornido debido al duro entrenamiento con su espada. Tiene el pelo ligeramente corto, comparado con los otros hombres que vi por aquí. Todo en su conjunto me ha dejado impresionada, pero lo que más me llamó su atención, fue su mirada con reflejos dorados y con unas pestañas bastante pobladas. Jamás habían visto a un hombre así tan varonil. Creo que este siglo me va a gustar, sobre todo por sus hombres que se pasean por aquí con esas faldas a cuadros con su piernas bien musculadas. Deja poco a la imaginación y ahora que me pongo a pensar en los highlanders, son hombres verdaderamente atractivos y con honor. Voy a dejar mis pensamientos a un lado y centrarme en mi labor. Quiero terminar lo que tengo pensado cuanto antes, para poder darles una sorpresa a mis amigos.
Sigo así durante un par de horas hasta que veo venir a Olivia a junto de mí.

—¿Has visto la habitación que nos han designado?. Dormiremos juntas una temporada. Espero que no te importe tener compañía—dice mi amiga.

—¡Pues claro que no!. Me encantará compartir la habitación contigo, así me podré imaginar como es una relación con una hermana y pasar más tiempo contigo. Podremos también contarnos nuestros secretos, hasta que el sueño nos venza. Estoy contenta por la noticia—digo decidida.

—Me alegro amiga, porque por lo que le he escuchado a Kate hablando con las doncellas, no quedan muchas habitaciones libres en este increíble castillo. Al parecer están arreglando el otro ala y las pocas que había aquí, algunas quedaron saqueadas y tendrán que arreglarlas antes de que vuelvan a ser habitadas—dice Olivia.

—¡Oh!. Eso debe de ser horrible. ¡Pobre gente!. Tendrán que empezar desde el principio en algunas estancias. Ayudaré en todo lo que pueda, aunque a mí lo de las obras, no se me dea nada bien. Tendremos que guiarnos por Christopher, que es el que más tiene idea de estas cosas—digo lastimera.

Corro a ver nuestra habitación con Olivia y me muestro impresionada. Es pequeña, pero resulta muy confortable, sobre todo la cama. Nunca pensé que a pesar de estar varios años más atrás, las camas serían tan cómodas. En frente tenemos una magnífica chimenea con el fuego chispeando. A pesar del frío, la habitación se muestra bastante caldeada. Tenemos un pequeño tocador para compartir, aunque tenemos nuestro propio peine de nácar. A los pies de la cama, hay un gran baúl, dónde veo algunos vestidos que deberieron de pertenecer a alguien importante de este castillo, por lo majestuosos que parecen.
—Oli. Mira qué cantidad de vestidos hay en este baúl. ¡Son preciosos!. Además hay zapatos que van a juego. Podré arreglarlos—digo impresionada, sacando uno por uno.
—No deberías de andar ahí. A lo mejor están guardados por algo—dice mi amiga.
—¡Tonterías!. Estas maravillas habrá que exibirlas. Aquí solo se estropearán más y tendrán que tirarlos si no los arreglo pronto. Le daré una segunda vida.¡Se lo merecen!—le digo mientras los reviso.

Después de mirar todos ellos, veo como algunos están dañados, debido al tiempo que llevan guardados, pero con unos arreglos quedarán estupendos.Tengo mucho trabajo por delante. Así que bajo con alguno de ellos para seguir realizando mi trabajo, para poder pagar también mi estancia en Escocia, mientras Olivia, va a dar una visita a los que aún siguen heridos por si necesitan ayuda.

Hechizada Por Un Highlander(Hechizados Hacia Escocia II) ( En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora