Capítulo I -Vida cotidiana.

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Estoy en mi taller, como cada mañana. No paro de trabajar en lo que me gusta, hacer todo tipos de trajes y vestidos con mi máquina de coser. Aquí me pasó horas y horas, recluida. Es mi refugio, lo decidí después de no tener el cariño de gente de mi entorno. Dejé de hablarle a mi familia por culpa de darle unas tierras que me pertenecían a mi hermana. Soy la mayor de dos hermanas. Desde bien pequeña Jimena, siempre se hizo notar, por lo que acabo, siendo la favorita de mis padres. Año tras año, miraba por encima del hombro, sin darle mucha importancia a las cosas que la rodeaban, disfrutaba consiguiendo todo lo que quería apenas sin esfuerzo. Yo ya me había acostumbrado, al poco afecto que me daban todos, pero al final se acabó liando gorda, cuando ellos sin consultarme, le acaban dando unas tierras que ya me tenían a mí prometidas. Ahí se formó el verdadero caos, porque estaba harta de sus desplantes diarios. Ahora me encuentro en esta situación, sin familia y lo más cercano que tengo son mis amigos. Kate, Olivia y Christopher.
Nunca olvidaré el día que nos conocímos. Fue hace algunos años, mientras preparaban el desfile de final de curso, para recaudar fondos para una excursión.

Yo de aquella, tenía un par de años más que ellos y ya tenía mi propio taller de costura, que tanto me costó conseguir con esfuerzo y trabajo diario.
Entonces fue cuando conocí a Kate. Vino a mí un bien día, para que le hiciese sus trajes para el desfile. Se los hice encantada, ya que nunca cogiera un trabajo de semejante envergadura. Tendría que hacer unos veinte trajes en menos de un mes. Trabaje sin descanso durante días, pero mi trabajo dió sus frutos y el desfile fue todo un éxito, recaudando bastante dinero con la compra de mis trajes. Así fue, como me hice un sitio en mi oficio y a partir de ahí, vinieron más trabajos como ese.

Mi vida sentimental es un desastre. Nunca he pasado, más de dos meses con un chico. Soy bastante tímida y no pasaba nunca de los dos meses con ellos. La verdad, no se cómo pude dejar de ser virgen tan pronto, supongo que sería que con dieciséis años, era un poco descerebrada. Lo que incrementó salir hasta altas horas de la madrugada y hasta hacer un trío.
Ahora a mis veintisiete años, soy una chica más centrada y mi época rebelde la he dejado atrás. Aunque llevo varios días, sintiéndome bastante extraña. Es como si me sintiese sola y necesitara otra vía de escape. Por eso, cuando me llamó Oli, para decirme lo de la celebración de cumpleaños de nuestra amiga, no me lo pensé dos veces y decidí aceptar, ya que el año pasado, me tuve que perder la celebración por culpa del trabajo, por un pedido de última hora.

Ahora nos encontramos aquí, en el restaurante Martinus para celebrarlo. Empiezo a estar muy contenta, debido al albariño que nos hemos tomado.

Llega la hora de la tarta y seguidamente le damos los regalos. Kate se muestra encantada con todo lo que le hemos obsequiado. Se lo mucho que le gustan las tierras altas y todas sus costumbres. Desde que la conozco no ha parado de hablar de otra cosa, después de devorarse más de trescientos libros de highlander. Tiene su parte friki, hay que reconocerlo. Pero me encanta que tenga su propios gustos e iniciativas, ya que ha aprendido a hablar hasta el gaélico. Yo algo le pilló cuando lo habla, de tantas veces que lo repite, pero tampoco es una gran cosa.

Después de la cena, decidimos ir a hacernos ese tatuaje, de esa frase que a Kate le gustó tanto. Todos vamos con bastantes bártulos encima, debido a que cada vez que salimos, siempre nos pasa algo, o alguien acaba herido.

Lo que nunca me iba a imaginar, es que después de hacernos el tatuaje y de haberlo dicho en gaélico en voz alta, una bruma nos rodearia y acabaríamos rodeados de Highlander, en las tierras altas.

Escocia, 17 de marzo de 1745

Después de que aparezcamos espareamados en la hierba, Kate nos sorprende diciéndonos que estamos en las tierras Altas. No me lo puedo creer, pensé que sería un sueño, después de lo contentas que habíamos estado en la cena, pero después de pellizcarme varias veces, descubrí que lo que decía ella era la verdad y que me encientro rodeada de esos hombres tan musculosos. Están todos esparramados y heridos sobre la hierba, delante de un gran castillo, que después de que Kate, nos lo aclarara, supimos que era el castillo de Eilan Donan.

Todo esto es muy extraño, hasta me entran escalofríos por estar en este lugar. No importa vivir aventuras, pero después de ver a varios hombres montados a caballo, corriendo por estos parajes, mi miedo no hizo más que intensificarse. Aquí, parecen demasiado salvajes, aunque he de reconocer que son bastante atractivos portando esa espada y con tantos músculos.

Después de pensar que debíamos hacer, decidimos que ya que estamos aquí, ayudaremos a esos hombres, que parecen necesitar de nuestra ayuda, ya que se ve que estan un poco debilitados.

Me fijo en una pareja de hombres que se parecen mucho, pero que tiene algunas similitudes, supongo que serán familia. Intento ayudar al primero, para que se levante, después de unos segundos logra hacerlo, ya que solo está herido en un hombro. Le hago las curas pertinentes con las cosas que me va acercando Oli y ella se dispone a ayudar al otro hombre, que está herido en la cara, de algún rasguño con la espada.

Me entran unos temblores, solo de pensar que alguien nos puede herir en cualquier momento con una espada, pero después de mirar hacia todos los lugares posibles, desecho ese pensamiento, porque pienso que lo peor ya ha pasado. Después de ayudar a llevar a los que están mal heridos a sus respectivas alcobas, yo me he quedado admirando cada rincón de este bello castillo. Jamás pensaría que me sentiría tan bien en este lugar. Tienen unas cocinas enormes, que haces cuatro veces mi loft entero. Mi piso no es que sea pequeño, mide unos sesenta y nueve metros cuadrados, pero esto en comparación a mi casa, es un palacio. El salón, también tiene su encanto. Tiene varias butacas y una gran chimenea que da calor al hogar. También hay varios cuadros de hombres que imagino serían antepasados. Una tela enorme cubre parte del salón, que tiene gravado un escudo. Seguro que Kate, sabe de que clan se trata. Después de ayudar a vendar a los heridos, ayudo a Kate en las cocinas, mientras ella intenta comunicarse con las doncellas, para haber si podemos hacer algo más. Cuando Kate me viene con algunas telas, y con algunos plaid, yo me quedo maravillada y sin más que decir, me voy al salón que me parece tan reconfortante y saco de mi bolso mi set de costura, que siempre viene conmigo, para intentar hacer algo con estas telas, que son mi especialidad, así también podré ayudar.

No se que es lo que pasará en los próximos días. Se que tendré mucho miedo, sobre todo de estar en varios siglos atrás, sin las comodidades que estábamos acostumbrados. Aquí por lo que he oído saquean aldeas y es muy peligroso. Pero he decidido emprender está aventura con mi amiga, será peligroso pero seguro que más intenso y reconfortante que la vida que llevaba hasta ahora. Me siento libre. Se que siempre ha sido el sueño de Kate y no quiero dejarla sola. Total de momento, tengo en las manos algo que me apasiona y por otro lado, no creo que nadie me eche en falta en el otro siglo, ya que hay más costureras en el lugar.

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Hasta aquí el primer capítulo de la segunda parte de Hechizados hacia Escocia. Espero que les guste si es así,darle su voto y que comenten qué les pareció. Un saludo.

Hechizada Por Un Highlander(Hechizados Hacia Escocia II) ( En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora