La cena

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POV Lena

Cuanto odiaba los 15 de septiembre, una fecha importante para la familia de Sam. Porque suelen hacer negocios ese día en específico. Y hoy odiaba más que nunca la fecha. Acostumbran a realizar sus negocios durante cenas, que eran planeadas meses antes de la fecha. Y yo, por no quedar mal con la familia, recomendé que realizaran esa cena en mi casa. Algo de lo cual me arrepiento rotundamente. Se reunían para hablar solo de negocios. A estas actividades estamos siempre obligadas a asistir.

—Bebé, ya está empezando a llegar toda la gentuza, ¿ya estás? — llamó Sam mientras entraba a la habitación.

—Sí, solo que se ha atorado el cierre del vestido. ¿Me echas una mano? — dije dándole la espalda.

—Te echo todas las que quieras. Y si es para quitártelo, no perderé el tiempo.

—No seas tonta— escuché el cierre y su risa a la vez. Se detuvo por un momento y sentí sus tibios labios rozar mi espalda, lo que me provocó cosquillas en esa zona.

—Listo— dijo para después abrazarme y colocar su cabeza sobre mi hombro. —Te ves demasiado hermosa— besó mi cuello.

—Gracias, tú igual, pero deberías tranquilizar esas hormonas. Ya pareces una adolescente— contesté retirando sus manos que se dirigían a mi entrepierna.

—Oye, si estás a mi alrededor es imposible.

—¿Ahora es mi culpa?

—Tú no tienes la culpa. Tu madre si la tiene por haberse tomado el tiempo de traer a este mundo tremenda mujer— reí ante su comentario.

—¿Vamos? — extendió su mano la cual acepté inmediatamente.

Saludamos a la mayoría de los invitados que se encontraban en el jardín. Sam se fue por un lado y yo por el otro, pero nos observábamos de lejos. Según su padre, debíamos socializar con todos, yo al contrario, me quedé conversando con las tías de Sam un rato. Eran las únicas que no hablaban de negocios.

—¿Ya Sam y tú han pensado en tener un hijo?

—Eem... ¿Perdón? — pregunté fingiendo que no había escuchado lo que dijo e intentando normalizar mi respiración. En realidad, la había oído muy bien, solo pensaba que todo era una simple ficción.

—¿Sam y tú no han pensado en tener un bebé? Sé que su situación no las deja, bueno, ya sabes a qué me refiero. Pero la inseminación artificial o la adopción son opciones, querida. La hija de mi amiga trató ambas, ahora tiene dos hermosos niños... — de verdad juro que casi me ahogo con mi propia lengua.

—No. No hemos hablado nada acerca de eso— intenté sonreír, de repente estaba algo incómoda con su pregunta.

Fue literalmente un giro demasiado grande. Estábamos hablando acerca del vino. ¿Cómo la conversación llegó a.... bebés? Sam, yo, ¿un bebé? Para nada había pasado por mi cabeza, ni siquiera el día de nuestra boda habíamos hablado acerca de ello. Somos felices eso sí, pero un bebé se supone que una más la relación o podría incluso destruirla. ¿Quién no quiere tener hijos hoy en día? De hecho, sería lindo tener uno con ella. La busqué con la mirada hasta que la vi.

Las dos nos amamos, ¿por qué no tener uno? Estaba tan metida en mis pensamientos que no me percaté de que Sam intentaba llamar mi atención, luego entendí el porqué. Así que me dirigí hacia ella.

—Buenas noches, me permite a mi mujer un momento— dije detrás de la señora.

—Oh, claro, querida— ella sonrió, era claro que no lo hizo por amabilidad.

—¡Gracias, gracias, gracias! — dijo. —No me gusta estar sola con esa señora, es demasiado... rara— la escuché suspirar.

—¿Estás bien? Te veías algo incómoda con mis tías.

𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝑽𝒆𝒛 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora