𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝑽𝒆𝒛 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈

¿Boda?

POV Kara

Después de una breve charla con Winn y haber acordado arreglar la que alguna vez fue mi habitación en el hotel, me dirigí al bar para encontrarme con Imra. No entendía el por qué la urgencia de hablar conmigo, pero tampoco le di mucha importancia. No era la primera vez que me llamaba con urgencia para charlar sobre tonterías. Era simplemente Imra.

—¡Por fin llegas!— exclamó en cuanto me acerqué a la barra. Estaba limpiando lo que parecía ser un pequeño charco de vodka. —Ya pensaba ir a buscarte, coger tu preciosa melena dorada y arrastrarte hasta aquí.

—Por eso fue por lo que terminamos. Eres muy intensa para mi gusto— le respondí mientras me sentaba frente a ella.

—¿Quieres lo mismo de siempre?

—No, hoy no— respondí, observando la vitrina de cristal en busca de algo más ligero. No podía quedarme tanto tiempo y debía estar sobria para cuando volviera al hotel.

—Ay, que aburrida. ¿Vino? ¿Cerveza?

—Vino estará bien. Hoy me quedaré hasta tarde en el hotel. Debo arreglar unas cosas.

—¿Por qué no las dejas para mañana? Así podrás disfrutar mejor hoy— sugirió mientras abría la botella de vino tinto.

—¿Crees que me dejaré llevar por tus consejos? Si Alex me ve llegando al hotel pasada de copas me matará. Además, no debo hacer lo que me dé la gana, soy la cabeza del hotel, es mi trabajo.

—Alex es otra aburrida. ¿Piensan trabajar hasta morir? — comentó dejando la copa frente a mí. —Kara, sé que te gusta trabajar en exceso, pero aún tienes una vida que vivir.

—Sí, mi trabajo es mi vida, pero no vine para hablar acerca de mí y lo que hago. ¿Qué te traes entre manos? — pregunté, finalmente tomando la copa para dar un sorbo.

—Dame unos minutos en lo que acaba mi turno.

—Imra, mueve el culo eres la dueña del maldito bar. Tú si puedes hacer lo que te dé la gana.

—Tengo clientes a los que atender, Kara. Y como la jefa y dueña debo dar el ejemplo.

—Si, claro. Lo dice la que encuentra cada oportunidad para beber hasta perder la consciencia. Te mueves y me cuentas o me largo.

—Bien ya voy. ¿Porque no dejas de ser tan seria por un momento? — alzó sus manos en forma de rendición.

—¡Thomas, sigue por mí!— gritó antes de salir detrás de la barra.

Nos sentamos en una de las tantas butacas de color rojo barnizado que había dispersas por todo el bar. Últimamente, ha sentido una obsesión por ese color. Mientras esperaba a que comenzara a hablar, terminé lo último que quedaba en mi copa de vino.

—Kara, nos conocemos desde siempre. Literalmente, me conoces mejor que nadie y por eso quiero que... seas mi dama de honor— anunció, provocando que escupiera el vino de vuelta a la copa y tuviera un ataque de tos.

—¿Estas bien?

—Sí, estoy bien. Pero... ¿acabo de escuchar bien?

—Eh, sí. Supongo que sí.

—¿Te vas... a casar? ¿Tan pronto?

—Sí. ¿Estás mal de la audición o qué?

—Imra, ¿te vas a casar?

—Joder, Kara, que sí.

—Pero ¿cómo? O sea, acabamos de terminar hace dos meses y ya te vas a casar— dejé la copa sobre la pequeña mesa frente a nosotras.