POV Kara
—Alex, necesito que me lleves al bar de Imra para buscar mi auto.
—Kara, lo siento, pero no puedo en este momento. Pregúntale a la tía Cat o te puedo pedir un taxi si quieres.
—Ya se fue y no traigo dinero conmigo, se me quedó la cartera en el auto. Tranquila, ya veré que hago— suspiré.
Di pequeños golpes sobre el mostrador, estas cosas solo me pasaban a mí. Me dirigí nuevamente hacia el ascensor para volver a mi oficina. Las puertas estaban por cerrar cuando Lena gritó que las detuviera. Lo cual hice enseguida, ella logró entrar al ascensor, pero agitada.
—Gracias— dijo y comenzó a acomodar su cabello que se había revolcado por haber corrido. Noté que su hija no se encontraba con ella.
—¿Y Lara? Lamento si sueno como toda una entrometida, solo me resulta raro que no esté con usted.
—Ah, no te preocupes, está con su abuela.
—Oh— ambas guardamos silencio, pero ella volvió a hablar.
—Se quiso quedar con ella. Hace mucho que no la ve, tres años sin visitarla fue demasiado— por fin me miraba desde que había entrado.
—¿Estaba usted de viaje? — pregunté.
—Más o menos, quería olvidar parte de mi pasado— limpió el poco sudor que corría por su frente.
—¿Y lo logró? — pregunté y me miró pensativa.
—Es algo que me pregunto a diario.
El ascensor se detuvo en el piso 11. Ambas salimos, mi oficina quedaba al fondo del pasillo cerca de la habitación 269, así que caminé junto a ella. Se detuvo frente a la puerta y no tardó en abrir. Iba para mi oficina, pero me detuve en seco. Debía hacerlo no perdía nada con intentar, así que volví para hablarle.
—Esto tal vez pueda sonar algo brusco, pero... ¿tienes auto?
Mierda, mejor debí quedarme callada y seguir caminando hacia mi oficina.
—Ah, sí, ¿por qué?
—Crees que podrías llevarme a un bar a unas calles de aquí, es que dejé mi auto allá la noche anterior. Claro, si no es de mucha molestia. Lamento molestarla pidiéndole esto, enserio.
¿Qué mierda estaba haciendo? ¿Por qué le estaba pidiendo un favor a una huésped?
—Oh, de acuerdo. Solo déjame buscar un poco de ropa para Lara y después podemos irnos.
—Vale, aquí la espero.
—No seas tonta pasa, al fin y al cabo, fue tu habitación— la oí reír, oh por Dios, su risa era muy contagiosa.
La seguí hasta adentro, todo en la habitación seguía igual. Hace tiempo que no entraba aquí, me trajo muchos recuerdos, tanto buenos como malos. Oh, incluso aún estaba el sillón en donde perdí mi virginidad, vaya que fueron buenos recuerdos.
—Si quieres tomar algo, adelante.
Ella fue a buscar la ropa para Lara, yo fui por un vaso de agua. Todo iba bien hasta cuando di la vuelta y miré que la puerta del cuarto estaba entreabierta. Algo me llamó la atención, digo, a cualquiera le hubiera dado curiosidad.
Lena se estaba quitando la camisa. Por unos segundos pude apreciar su plano abdomen al igual que sus pechos, que desgraciadamente estaban cubiertos por un sostén negro. ¡Maldito sostén negro!
Empecé a sentirme excitada solo de verla así, y eso que solo se había quitado la camisa. Llevó los brazos hasta su espalda, y creí que iba a desfallecer. Se iba a quitar el sostén, cuando terminó esta acción y sus senos quedaron expuestos, sentí un dolor en mi entrepierna. Demonios, ocurre en los peores momentos, debo usar el baño de inmediato.
Tuve que reunir una gran fuerza de voluntad para poder moverme, no quería que me sorprendiera espiándola. Aun así, no dejé de pensar si se habría quitado también el pantalón que llevaba, mi entrepierna dolía aún más de tan solo pensar en ello. Me acerqué hasta el sillón para sentarme porque el baño quedaba del otro lado y me vería si pasaba. Al escuchar sus pasos de nuevo, me levanté rápido.
—Listo, creo que esto será suficiente, ya podemos irnos.
—¿Puedo utilizar su baño? — mi voz sonó más fina de lo normal. Le estaba dando la espalda cuando pregunté, no quería que me viera así, era muy notorio. Claro, si lograba ver más allá, pensaría que era una desvergonzada.
—Sí, por supuesto— se había dado la vuelta para colocar la mochila sobre el sofá, lo cual aproveché para salir lo más rápido de ahí.
—Enseguida vuelvo— casi salí corriendo.
POV Lena
Kara entró y optó por sentarse, mientras que yo fui al closet de Lara y saqué varias mudas de ropa para al menos cuatro días. Me encanta cuando Lara se emociona por cosas tan pequeñas, me hace tan feliz verla así. Su espíritu es tan alegre y contagioso que afecta a cualquiera en un buen sentido. Por eso la amé desde el primer momento en que la vi.
Ya había guardado todo en una mochila, iba a cerrar la puerta del closet, pero al cerrarla se tranco e hizo que me tropezara con mis propios pies lo que causó que el jugo que Lara había dejado esta mañana en la mesita de noche cayera sobre mí. No tuve de otra, tenía que cambiarme de camisa, el sostén y probablemente el pantalón. Lo que me haría tardar un poco más y Kara estaba esperándome afuera.
Por milésima vez le recordaría a Lara que en el cuarto no se debía comer. Después de cambiarme fui hasta donde estaba Kara. Cuando me vio se levantó rápido y me dio la espalda, lo que me resultó extraño. Luego me preguntó si podía usar el baño a lo que yo le respondí que sí. Alrededor de diez minutos apareció, estaba algo sudada.
—¿Estás bien? Te ves un poco pálida.
—Sí, sí, estoy bien, ya... podemos irnos.
—Bien— caminamos hasta el estacionamiento en completo silencio. Kara estaba actuando raro desde poco antes de entrar al baño. ¿Habré dicho algo que le haya incomodado? Parecía incluso nerviosa.
—Aquí es— dijo, señalando el bar al otro lado de la calle. Detuve el auto, se quitó el cinturón y abrió la puerta, al parecer llevaba prisa.
—¿Segura, de que estás bien? — volví y pregunté.
—Sí, completamente, gracias por traerme.
—No fue nada— bajó del carro, cruzó la calle y entró al bar. Eso había sido lo más raro que había presenciado en mi vida. De momento estaba hablando conmigo de lo más bien, no hago más que voltearme y luego deja de hablarme. Algo debió pasar para que actuara de esa forma.
Me quedé un momento sentada en el auto, reflexionando sobre lo que había pasado. Su comportamiento había sido extraño. Decidí dejarlo pasar y enfocarme en llevarle las cosas a Lara.
Conduje hasta la casa de Lillian. Aparqué el auto y respiré hondo antes de bajar. Mi niña pasaría el resto de la semana con su abuela. Necesitaba un respiro, pero tampoco quería alejarme de ella.
—Lara, mamá, ya volví— dije al entrar.
Lara salió corriendo de la nada con una sonrisa radiante en su rostro. Verla correr hacia mí con los brazos abiertos siempre llenaba mi corazón de alegría. La abracé con fuerza, sintiendo su calidez y su energía contagiosa.
—¿La pasaste bien con la abuela?
—Sí, mamá. Me hizo galletas y jugamos en el jardín.
—Me alegra escuchar eso, cariño— Lillian apareció en la puerta, con una expresión que no pude descifrar del todo.
—Gracias por cuidar de Lara, mamá.
—Siempre es un placer, Lena. Lara es mi nieta, pero tú eres mi hija. Así que deberías visitarme más seguido.
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𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝑽𝒆𝒛 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈
FanfictionLos matrimonios suelen ser algo difíciles y tienden a ser peores cuando el amor no es la base de ello. Por otro lado, la vida no se cansa de dar muchos giros. ¿Puedes volver a encontrar lo que no tuviste durante un tiempo o te negabas a querer de vu...