Parte 1

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Hola, soy un pitbull y...no me han puesto un nombre.

Vivo en un lugar, donde hacen peleas de perros, y a mi no me gusta. No me gusta que nos hagan pelear, no me gusta que nos maltraten para ir a pelear;ajuro, no me gusta nada de esto. Yo no nací para estar aquí, este no es mi propósito. Debo de estar aquí por otra razón...pero...¿Cuál?

Como sea. Algún día lo sabré.

Estaba encerrado en una jaula. No era cómoda, pero por lo menos tengo un lugar solo para mi. Sin embargó, también me molesta que huela todo el día a otros perros que estuvieron aquí antes. Eso me incomoda y mucho.

Todos los perros ladraban, yo era el único callado, pensando que si soy un buen perro, me sacarían de aquí. Pero no. Siempre estoy aquí, ya no le veo el sentido de ser un "buen perro" pero tampoco vale la pena ladrar. Lo que conseguimos es regaños por parte de los humanos.

Me encontraba acostado, viendo a los perros ladrar y saltar inquietos. Pero una conversación llamo mi atención.
Se escuchó la puerta abrirse y entraron dos humanos al pasillo.

–¿Está ves a cuál?–Pregunta un hombre, observando cuál perro elegir.

–Deberiamos...elegir un perro fuerte, que la mayoría de las personas sepan que es una raza agresiva–Dice poniendo su mano en su barbilla.

Estaba atento a todo lo que dijeran. No quería perderme de una sola palabra de las que dicen.
Mis orejas se movían, para así detectar aún mucho menor de lo que hablan.
Los demás canes, solo chillan o se sientan moviendo la cola.
Mi cola es larga, bueno, no tan larga, pero tampoco es corta como algunos perros tienen. Es como...de largo "mediana"

–¿Qué tal ese, Rowallier?–Pregunta acercándose a la reja de la jaula, donde se encontraba aquel mencionado-Es uno de esos, "agresivos"

–Si, ese sera. Y para el otro luchador, pondremos ese híbrido. Un perro/lobo. Ese mestizo nos daría mucho dinero.

–No, bueno si, pero mejor un perro raza–Pausa, mientras mira cada jaula–Ese Pitbull.

–¿Estás seguro?

_Si, oh sí, ese perro ha ganado ya 2 peleas y a concursado en 4–Saca la llave de la jaula de su bolsillo, para abrirme la reja.

Otra vez a otra pelea, ojalá esto termine pronto, porque no voy a soportar una pelea más.
Odio que nos pongan a pelear solo por dinero. Es como si fuéramos una cosa que se cambia por billetes.
Eso me pone triste, ya no confío en los humanos...se que hay algunos buenos...pero, se me hace difícil detectar cuál. Siempre dicen que nos aman, para al final luego abandonarnos y paff, de repente estamos en un lugar horrible. Como esté lugar, que es el infierno.

–Vamos, lento–Le dice el hombre al otro–Colócale el bozal.

La persona, se va a una mesa al lado de la entrada del pasillo, para agarrar una correa que llevaba una broma que me colocan en la boca.

Odio eso. Lo odio con todo mi ser, no me gusta que me pongan eso.

Cierro mis ojos, pero eso no va a hacer que se valla la incomodidad que siento cuando me ponen esa cosa horrible.
Hasta que comienzo a sentirlo.
Cuando terminan de ponermelo, me llevan a una pequeña habitación, donde los humanos me habren una puerta, para yo poder salir a pelear.
Me estoy preparando, esto va a doler.

Me quitan la correa y se van caminando a haberme la puerta, para luego vernos pelear y matarnos.
Odio que solo se rían, mientras que nosotros sufrimos.

Comienzo a ver la claridad de afuera, para luego empezar a caminar y salir a la lucha.
Que dios me bendiga...

Salí y había mucha gente gritando, tirando cosas y empezando a murmurar de mi.
Camine hasta que escuche la puerta del otro perro sonar.
Le estaba dando golpes, para salir de una vez.
Me siento nervioso, pero no por salir lastimado ni nada de eso, si no porque si pierdo, no se que me vallan a hacer esta vez.
Cada vez que pierdo, me hacen cosas horribles, solo porque soy una raza grande no significa que tenga que ganar todas.

Abrieron la puerta y no pasó ni un segundo, cuando un perro salió corriendo hacia donde yo estaba. Freno unos pocos metros antes de llegar donde yo estaba.
De ahí el me miró, pasando su lengua por su cara.
Pude oler el miedo del otro perro; él no quería pelear, pero lo hacía para que no lo lastimara, al igual que yo.

Lamento esto amigo, pero lo tenemos que hacer...te deseo suerte. Espero que ninguno salga lastimado.

–Creo que va a ganar el pitbull–Le comenta una señora a otra.

–Obvio, no. Ganará el rowallier–Le dice la otra señora.

Un señor con un traje negro y unas cosas en los ojos, que también eran negros; entro a vernos pelear, creo que es ese del que todo el mundo habla. La gente dice que va a ver cuál perro gana, para llevarnos a una lucha diferente a está o simplemente le da mucho dinero a los demás humanos.

Me siento prisionero y esclavo al mismo tiempo.
El perro negro, antes de que pudieran decir "Ataca" el ya estaba saltando encima mío.
Esto me duele mucho, pero tengo que resistir.
Aquel Rowallier, subido en mi, me mordió mi lomo. Haciendo que yo chille y lo agarre por el cuello, así tirándolo al suelo. Podía ver qué le salía sangre del cuello y a mi por la espalda.
Me da rabia, porque mientras peleo, los humanos se ríen y hablan de apostar más.
Se levanta del suelo con cuidado y rápido me tira a mi contra el suelo y esté se coloca encima mío, mordiéndome y rasguñandome el vientre. Pero yo no me voy a dejar.
Le rasguño el ojo, haciendo que este chille y se quite de mi.
La gente grita y yo le gruño al can, quien no dejaba de tocarse el ojo con la pata.

Era mi oportunidad de acabar está lucha.
Le ladre, para luego correr hacia el y morderlo, hasta tirarlo al suelo nuevamente.
Estaba a punto de darle el golpe final, hasta que vi un hombre abriendo la puerta, para entrar y esperar a meternos.
Tengo que aprovechar.
Corrí hasta aquella puerta, pero el humano intenta evitarlo. Jajajaja, humanos.
Salí por aquella puerta y pase pasillo, por pasillo, donde habían demasiados perros enjaulados.
Me da lástima, pero en este momento tengo que pensar por mi.
Pase varios pasillos, hasta llegar a una sala, donde estaba un hombre sentado en su oficina.
Y justo al frente, estaba la salida de este horrible lugar.
Intente que no me viera, iba caminando con cuidado, él hombre estaba con un teléfono, por eso tenía más oportunidades de escapar, pero igual tengo que tener cuidado.
Pero tuve que correr, a causa de escuchar unos gritos de unas personas acercándose.

–¡Atrapen a ese perro–Grita un hombre acercándose, ocacionando que el humano que estaba en su teléfono se alertara.

Corrí hasta la salida, donde el humano se bajó rápido del asiento a atraparme.

Todos iban contra mi. Tal vez no tenga escapatoria, pero si ya me escape tengo que intentarlo, ya no me vale la pena volver y ser maltratado por haberme escapado y "ni siquiera lograr nada"

Ya afuera, seguía corriendo, estaba en un callejón. Me escondi atrás de un tono jigante donde echan la basura.
Estos humanos tan torpes, ni siquiera buscaron por aquí.
Por si a caso, espere unos minutos, después salí y camine hasta un pueblo lleno de personas.
Era de noche, pero no tenía sueño, quería disfrutar de esto por un rato más.
Era divertido pasar tiempo afuera y no en ese infierno.

Esta historia continuará...

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