Parte 12

27 2 0
                                    

–Llegamos.–Me habla el señor.

Se baja, me abre la puerta y me agarra de la correa.
Veo una casa una casa al frente, no tiene un patio pero es bonita.
Hay una reja, entramos por ahí y encuentras un estacionamiento y una puerta, que es para entrar a la casa.
Entramos y me quita la correa, donde yo empiezo a oler todo el estacionamiento. El cierra la reja y abre la puerta.
Llamándome para que entre y así fue. Entré, donde me encuentre con una sala grande, donde hay muchos juguetes y una niña jugando.
Ella no me había notado hasta que el señor la saluda.
Ella voltea la mirada a  ver al señor.
Debe ser su hija.
Pero me mira a mi después de darse cuenta que estoy allí, tiene una expresión de asombro, para luego sonreir.

Sa levanta y corre hacia mi, yo muevo la cola.
Ella me acaricia y no para de saltar de emoción. Mientras el señor se va a otro lugar, no se donde.
Cuando el señor la llama a donde él está, la llamo por su nombre.
Así que así se llama, Cute.
Ella va corriendo hasta el lugar del señor, era la cocina. Yo también fui, solo que caminando.
La cocina era bonita, estaba arreglada y limpia.
Pero habían platos de animales en el piso ¿Tienen más animales aquí?
Justo ahí me apareció un perro, entrando a la cocina.
Era una hembra, era blanca y tenía las orejas paradas.
También era grande al igual que yo.
Los humanos charlaban pero yo solo pensaba.
¿Osea que no soy el único en esta casa? Porque huelo más animales.

–No me gusta ese nombre, lo voy a llamar Smile.–La niña se acerca a mi y me abraza. ¿Otro abrazó? No lo puedo creer.–Oye Smile, veo que ya conoces a White, es una Samoyedo ¿Es tierna verdad?

No paraba de abrazarme, yo solo mantenía la mirada en aquella perra, que no paraba de olerme.
No me gusta que tengan más animales a parte de mi, bueno de pende. Si me gusta, pero no cuando están en mi espacio; Así que le gruño, ella se aleja y me mira con la cabeza volteada.
El señor había salido de la cocina, se había ido a la calle.
Me pregunto si dejará a ésta niña sola.
Ya después Cute se separa y va a la sala a seguir jugando, o al menos eso creía yo.
Porque vino otra vez, solo que con un animal raro.
Era verde, tenía caparazón y cuando la puso en el suelo caminaba lento.
Yo me confundí y me agache a olerla, la otra perra solo se fue a comer en su tazón.

Eres extraño.

Pero no le daré más importancia, solo deje de olerla y camine hasta la sala. La niña Cute y el animal raro se quedan en la cocina, lo iban a alimentar.
Yo camino hasta la sala y la olfateo, todavía no he conocido por completo el lugar, además me cuesta porque no dejo de pensar en Iván...por lo menos con él pude saber que me dejó ir, por dinero...
Término de conocer todo y me acuesto arriba de un mueble, estaba cerrando los ojos, cuando escucho el ruido de la reja del estacionamiento abrirse, un niño estaba llamando a Cute. Me pregunto si será su amigo, volteó y veo que la niña corre hacia la puerta, la abre con una llave, después la mete en su bolsillo y sale afuera. Cerrando la puerta.
Ummm, eso fue raro pero bueno.

Me acosté ahí donde estaba, cuando me acosté vi a la perra blanca caminando hacia un mueble y saltando en él para sentarse.
Yo volteó mi cabeza de lado, pero el animal verde llamo mi atención. También escuché una voz, pero algo rara. Me levanté rápido y corrí hasta el lugar de aquella voz, me llevo a una pequeña habitación donde había una cama y peluches, al lado de la cama un ave verde, que hablaba.
Ese animal es raro, así que volví a poner mi cabeza de lado y mover mis orejas mientras el hacia ruidos de humanos.
¿Cómo es que habla?
¿Y por qué siento un pelaje encima de mi espalda?
Volteo mi cabeza, para ver qué encima mío hay un gato. ¿Qué tantos otros animales hay en esta casa?
Le gruño, pero a éste parece no importarle así que le intento gruñir más, pero sigue igual. Me sacudo y él cae en el suelo, es un gato gris y grande.
Hasta que escucho la puerta abrirse, creo que es la niña.
Así que corrí afuera y vi la puerta abrirse, entrando Cute con cara triste.
Me pregunto porqué.

–Hola Smile.–Me dice, mientras cierra la puerta y camina hasta una mesa para colocar las llaves.–¿Conocistes a todas mis mascotas? Tal vez no, pero te las diré todas.–Empezo a llamar a todos los animales para que vinieran y al llegar me quedo sorprendido.–Smile te presento a Parlachin, se llama así mi loro porque habla mucho. Él es Tortoise, mi tortuga que ya conoces, ella es White, que también ya conoces y por último Sharp, es una siames.

Me pregunto porque tendrá tantos animales, tal vez le gustan, eso es algo que a mi también me gusta. ¿Seré su nueva mascota verdad? Bueno, ya duro 1 mes alejado desde que no veo a Javier. Estoy seguro que lo encontraré, pero mi vida no puede fugarse en solo una o dos personas.
Lo que ni entiendo es porque aquel señor le mintió a la señora...dijo que sería "policía" que realmente no sé qué significa. Pero no soy eso, soy una mascota de alguien simplemente otra vez.

Cute me coloca a la gata encima mío. No lo puedo creer, pero bueno.
El ave también la tiene afuera, nosé porque no se escapa.
La Samoyedo sale de la sala para dirigirse a la cocina y la tortuga no se mueve.
Cute Soo sonríe y me mira, para luego abrazarme.
La gata seguía encima mío, pero no pensaba bajarse.
Mis orejas se van para atrás y la niña no parece importarle. No lo puedo creer. ¿Cómo hay que hacerle a los humanos para que no me abrazen?

–¡Se que te va a gustar estar aquí!–Se separa de mi.–¿Quieres venir conmigo? Me tengo que ir otra vez...

La niña parecía otra vez triste, tampoco me parece que la dejen sin otro humano, pero bueno.
Se va a su cuarto, donde estaba aquel ave. Yo me quedé sentado donde me había abrazado antes, hasta que veo que vuelve con una correa.
Me la coloca y la deja en el suelo enganchada a mi. Solo sigo esperando sentado, hasta que veo que vuelve de la cocina con la otra perrita White. Ella también llevaba una correa, tal vez la va a llevar a pasear también.
Se acerco a mi y me agarra mi correa también, en cada mano llevaba una correa.
La Samoyedo parecía saber de la situación, pero no voy a preguntar. Prefiero descubrirlo por mi mismo.

Salimos a la calle, de ahí caminamos y caminamos.
Me había gustado bastante ese paseo, pasamos por un parque.
Ahí nos encontramos jugando a la pelota.
Hace mucho tiempo que no salía a pasear ni jugar, no desde que fui a la casa de Iván.
Solo tenía una pelota, así que White y yo hacíamos competencia de quien la agarraba primero.
Pasamos rato ahí jugando con la pelota, pero escucho un niño acercarse y me detengo al igual que White. Ella le empezó a gruñir, sin duda lo conoce.
Se detuvo justo al frente de Cute, no había notado la presencia de White ni la mía.

–¿Me hicistes el favor?–Nos mira.–Veo que reajustes a tus perros.

–Si te hice el favor.–De su bolsillo saca un caramelo, yo no le apartó la mirada y White de gruñirle.–Toma, pero escucha que tú no me pedistes un favor, simplemente me mandastes. Y deberías dejar de comer tantos dulces.

White me empezó a mirar, pero no sabía porqué.
Él niño agarra el caramelo y camina hacia un árbol, se sienta y se lo come. Cute se agachó y agarró la pelota del suelo y nos la volvió a lanzar. Pero White ni yo la fuimos a buscar.
La Samoyedo se sentó mirando a aquella niña, que no dejaba de mirar aquel árbol donde estaba él niño.
Yo no, yo fui corriendo hasta aquel humano. Lo encontre sentado, haciendo nada porque el caramelo ya estaba en otro lugar a parte de la bolsa.
Yo lo huelo, pero noto que a él no le gusta y ne lanza una patada, le gruño pero él me ingnores.
Sentí que quería pararse y pedirle otra cosa a la niña, pero no lo hizo al verme ladrarle molestó.
Hasta que escuche a Cute llamarme, yo le hago caso y corro hacia ella, me llamaba para irnos del parque.

Esta historia continuará...

PitbullDonde viven las historias. Descúbrelo ahora