Parte 21

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En la mañana me levanto, me estiro y me como una de las carnes, para luego agarrar las otras dos y caminar por las calles.
Dure horas, ya me había comido las dos y aún buscaba un hogar o mi anterior hogar con Javier.
Entré en un callejón y tire la basura con mis patas, empeze a comer. Hasta que veo un perro mirándome. Él quería comer también y yo lo dejé. Ambos comimos basura pero de repente deje de hacerlo al escuchar una música. Era linda, un momento...es...¿Debería ir? ¿O será...? Esto solo me iba a poner la cosa más difícil, intente dejar de escuchar pero nada. Los humanos me estaban llamando con la música diabólica para perros.
El otro perro corrió, eso es lo que yo iba a hacer también, pero cuando lo hice sentí dolor en mis oídos y arrecuesto mi cabeza, para taparme con la pata. Pero siento un golpe en las costillas, para cuando me levanto por completo, veo a un humano con un silbato.
Yo le empeze a gruñir y éste me agarró por la cola.

–Quedate quieto, te llevare a la perrera.

¿Perrera? Ni de broma humano.
Le mordió la mano y corri, saliendo del callejón pero la música volvió a sonar. No puedo hacer nada, tengo ganas de ir. Pero sigo corriendo hasta dejar la música atrás y no poder escucharla más.
Lamentablemente me empezó a doler la pata un poco, pero ya no me dolía tanto. Por eso resistí.

Estaba caminando hasta que encontre una casa con un patio y muchos niños con un uniforme. Me acerqué a la reja y ladre para que me dieran de comer. Pero uno de los niños con uniforme agarra una piedra y me la tira en la espalda.
Eso me dolió, después de eso todos los niños lo hicieron.
Una me había rasgado el ojo.
Corrí y me aleje de ahí, mi ojo no lo quería abrir y la espalda me estaba desangrando.
Cuando llegue a una plaza encontré una salchicha en el suelo, así que me acerqué a ella y cuando me la iba a comer me apareció un perro gruñendome.
En estos momentos es en los que me tengo que poner rudo, sea pequeño o grande, sea débil o fuerte ¡Nada de eso importa! Solo hay que ser rudo.
Yo también le gruñía, él era un poquito más pequeño que yo pero aún así él quería morderme para quitarme esa salchicha.
Por eso me salto encima y me mordió, también me clavó sus uñas y yo no paraba de votar demasiada sangre. Pero resistí y yo lo baje de mí agarrandolo con la boca por el cuello y tirándolo al piso. Cómo era más grande las personas se asustaron y empezaron a tirarme cosas, el perro se levantó y corrió lejos. Pero yo no pude comerme eso, solo recibí maltratos por parte de las personas.

Se hizo de noche y yo buscaba un lugar para dormir, pero no encontré nada. Solo me acosté en la acera y listo.
Ahí me dolía mucho la espalda, pero a nadie le importaba. Hasta que vi a un humano, me parecía conocido así que intente pararme. Pero ya estaba en el piso y no me iba a levantar.
Intente oler desde lejos, pero se me hacía difícil; intente ladrar, pero él no me escucho. Solo siguió con su camino.
Me parece conocido... él es...el hermano de Javier.
Me puse triste y chille un poco, pero después logre dormirme o bueno, casi, porque un humano piso mi cola y no le importó.
Esta será una noche difícil, peor que la de ayer.
Espero y esto acabe pronto.

En el día siguiente nadie me alimento, solo me tiraban piedras que hacía que me doliera aún más el lomo.
También ya comenzaba a oler mal, porque hace días que no recibía un baño.
El hombre que me llevo a los robos nunca me baño.
Por eso estoy comenzando a oler mal y eso ni siquiera a mi me gusta; los humanos están intentando esquivarme el día de hoy y rara vez me dan alimento.
No era mi culpa estar así de lastimado y oloroso. Ahora me empiezan a llamar "feo" por estar de esta manera, aún me cuesta abrir un poco el ojo. Pero por lo menos no quede ciego.
También quieren que valla hacia ellas diciendo "guau" ¿Qué es eso? ¿Me tratan de decir que así hago yo, que yo ladró así? Pero si yo no ladró guau. También otros me llaman con un "Woof" está gente de ahora.

Me han estado pateando y pegando todo el día, solo por como me veo. No puedo creerlo.
Se que estoy sucio, pero como dije antes: no es mi culpa, ellos ni siquiera se preocupan en darme una migaja de pan. Tengo que tener cuidado con la comida que me dan. Pueden tener veneno o algo...
Hoy estaba buscando comida en la basura, pero al hacerlo sentí una picada y me rasque con la pata. Pero solo hizo que me diera, porque me rasguño.
Ahora tengo pulgas, no lo creo.

En la noche había ido a dormir al lado de un apartamento; junto a la papelera.
No había conseguido mucha comida el día de hoy. No sé a dónde ir, no se que hacer, no se quien querrá adoptarme. No lo se. No sé nada de eso.
Ni siquiera pude llamar la atención del hermano de Javier.
Pero tengo que admitir que estoy resistiendo bastante. Pero esto no puede durar por mucho, pues, ya estoy acostumbrado a estar en casas.

Esta historia continuará...

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