Parte 2

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Disfruto mucho de este lugar...aunque esté en la calle, claro.
Estoy paseando por todo el este lugar, buscando comida y viendo los alrededores y...arrgg...perros con sus dueños. Teniendo el cariño de sus dueños, queriendo los, alimentandolos etc y lo peor es que no son pitbulls...son perros como Golden retriever o poodle.
Voy a admitirlo: Estoy celoso.

Caminaba por la acera, cuando del otro lado vi un puesto de comida.
Hacían salchichas metidas en un pan.
Cruce la carretera y llegue a aquel puesto.
La persona que trabajaba ahí no me había visto, yo me pare en dls patas, poniéndolas arriba y empeze a oler las ricas salchichas.

–Oye perro sarnoso, vete de aquí–Me dice al darse cuenta que estoy ahí–Largo, perro apestoso.

No le hice caso, tenía hambre y mucha.
Acerque mi cabeza a unas salchichas que estaban arriba del carro éste y al alcanzarlas las tomo rápido y salgo corriendo del lugar, iba cruzando la carretera, cuando escucho a una chica pedir comida de aquel carro.

–Deme un perro caliente, por favor–Le dice la chica.

Dejo de caminar y volteo mi cabeza, ¿A caso escuché perro?
Le doy la mirada a las salchichas y las tiró al suelo, para luego darme cuenta que estoy en el medio de la calle y un carro estaba intentando frenas, justo en frente mío.
Cierro mis ojos y me acuesto a esperar mi fin.
Tenía una oportunidad de vivir bien y se arruinó.

Después de unos segundos, no siento nada y abro mis ojos para ver qué pasaba.
Vi a un chico bajarse del auto rápido y asustado.
Viene donde yo estoy y se alivia por no haberme pasado nada, pero su expresión cambia al ver la raza que soy.

–E-Eres un pitbull...–Mira al rededor, para ver si hay alguien–No debes estar aquí, en la calle.

El joven humano se agacha lento, tenía miedo de que yo lo mordiera,y eso iba a pasar si me siento amenazado o presiento que el no me quiere para nada bueno.

Después de agacharse, inclina su mano hasta mi, para tocarme y acariciarme la cabeza.
Le empeze a gruñir y éste rápido aleja su mano, para luego comenzar a acercarla otra vez. Tenía aún mucho más cuidado, por la causa de mi gruñido.
Esta vez le volví a gruñir, pero menos fuerte, hasta que el me tocó la cabeza y dejé de hacerlo.
El sonríe para luego levantarse y pensar si soy de alguien.
Me acerco a él para olerlo.

Hueles bien, hueles a fresa.

–Supongo que eres de alguien. Es muy raro ver un pitbull por la calle sin dueño, en especial un pitbull.–Voltea al escuchar una persona hablar. Yo tambien volteó.

Genial, otra vez esos sujetos.

–Busquen a ese pitbull, no lo queremos en la calle, porque nos haría ganar dinero, ya que es un buen pelearse y además de eso: Las personas se asustan. Tal vez algunas. Hmmm...tal vez por eso también lo logremos conseguir de nuevo.–Se escucha hablar a un hombre con otros.

El chico voltea rápido y me ve, con cara de asombro.

–¿Vivías ahí, donde hacen las luchas de perros?–Se tapa la boca.–Tengo que sacarte aquí rápido.

Primero humano: No quiero ir contigo.
Segundo: Pero por otro lado. No quiero volver a ese lugar. Así que desido ir contigo.
El humano trata de pensar como llevarme.

–¿Cómo te llevo? ¿Y si no quieres venir? ¿Y si me muerdes? ¡Deja de ser tan cobarde, Javier!

¿Javier? Con que así se llama: Javier.
Bueno entonces si, deja de ser tan cobarde Javier.
Atrévete y ya está. Nada paso.

Le ladró para que deje de hablar, el me mira y me dice "ven, chico" yo voy, pero no porque me lo haiga dicho, si no porque no quiero ir de nuevo a ese lugar y ir con él es mi única salida.
Camino hasta dónde me guía y me subo al auto, quien el me habré la puerta trasera del carro.

Me subo y Javier cierra la puerta.
Camina hasta la puerta de adelante, que los humanos le dicen "asiento del copiloto"
Al estar sentado, él saca unas llaves de su bolsillo y se la pone al volante, para que arranque.
Comenzamos a movernos y yo me asomo en la ventana, pero al hacerlo el chico me mira.

–Oh, no, no ,no. No te asomes, vamos a pasar justo por donde están esos hombres.–Me dice dándole vueltas a una palanca pequeña, haveindo que la ventana se cierre.–Tal vez sea aburrido, pero es por tu bien.

Exactamente humano. Ésto que me dices que haga es aburrido, pero lo aceptaré...no diré porque,  siempre lo digo y ya es para que sepan porque lo haré.
"No quiero volver a ese lugar"
De repente veo como la ventana del vehículo se cierra y yo le gruño ¿Qué es esto? ¿Es magia? ¡¿Por qué se cierra la ventana sola?!

Le comienzo a ladrar y el humano se ríe, sin apartar la mirada del camino. Pero me podía ver por un espejo que tenía al frente.
Ya estábamos en el lugar donde se encontraban aquellas personas...y me agachó rápido, aunque no me vean por la cosa que se cerró en la ventana. Pero igual lo hago, tengo miedo y eso me invade, provocando que me agache y chille ligeramente.

Javier me ve y rápido devuelve la mirada al camino.
El sabe por lo que pase...¿Pero cómo? A caso él...¿Me ha visto pelear?
Esperen.

Olfateo. Puedo sentir la tristeza de aquel humano.
No es mi amigo, que les quede claro, pero aún así lo haré porque me acaba de salvar de esos humanos.
Acerco un poco mi cabeza hacia él, para lamerle el codo. Haciendo que el sonría nuevamente.

Funcionó. Ya no está triste.

Me acosté otra vez y así, quedándome dormido...

Abrí mis ojos a escuchar a Javier hablarme.
Al parecer llegamos. Ya estoy listo para ver la casa de esta persona.
De seguro es muy bonita y limpia. Porque este humano se ve y está aseado.
El humano se basa del vehículo, para luego caminar a mi puerta y abrirme. Yo sin pensarlo dos veces me bajo del carro y observo la casa.

Era una casa bonita, pintada de color blanco por afuera y tiene un pequeño jardín.
Comenzé a mover mi colita al ver la casa, pero...esperen ¿Debería correr y salir de aquí?
Volteó a ver la salida.
Supongo que ya estoy lejos de aquellas personas....hmmm...Nah, mejor me quedo, además tengo hambre y sueño. Quiero dormir en un lugar cómodo, aprovechando lo haré hoy aquí.
Que les quede claro: Solo por hoy.

Javier le pasa seguro a su auto y camina hacia mi, quien me encontraba viendo la salida del lugar.
Javier vió que veía el agua y fue a cerrar la reja.
Pobre de mí. No debí mirar más alla del limite.
El viene otra vez hacia donde estoy y me acaricia la cabeza.
Y que bueno, porque si me llega a acariciar en un lugar donde no me guste te muerdo.
Y ese lugar es mi boca, no me gusta que me toquen mi boca, a menos que sea alguien de confianza.

–¿Qué tal si entramos?.

Esta historia continuará...

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