Parte 8

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–Jamas dije que te iba a ayudar a conseguir a tu pitbull.-Le habla a Javier.

–Lo se, Shelly, pero nesecito de tu ayuda.–Suspira.–Tienes experiencia en ésto.

–Bien...pero promete que nada saldrá mal y no me hechas la culpa si ese animal ya está muerto.

Ambos humanos se encontraban en una casa, estaban sentados en unos muebles.
Y al frente de éstos una repisa con un teléfono.

–¿Qué esperas?–Le pregunta Javier a la otra, levantándose.–Llama al oficial.

–Esta bien, pero ve preparándote.–Agarra el teléfono y marca.–Me mando al buzón.

–Entonces no hay tiempo que perder, iré a donde él está, pero ve intentando llamarlo.

La chica asiente, se levanta y camina hacia la salida de la casa para abrírle a Javier.
Quien se va a su auto, lo enciende y da el dirige a donde el hombre de azul.

~...En otro lado...~

A levantarse.
A levantarse.
A levantarse.
A levantarse.
A levantarse.
A levantarse.
A levantarse.

Esté hamster si es flojo y lo peor es que está al lado de mi jaula.
No le tomaré más importancia.
Estaba acostado viendo personas entrar y salir.

recordando como yo entre y no salí.
Estoy triste, a pesar de todo lo ocurrido, me siento así es por Javier ¿Cómo estará ahora son mí? Esto me preocupa, porque quiero estar con él y algo me dice que él igual.
Me pregunto si él es quien decidió que estuviera sin él...
Tal vez ya no me quiere, pero yo nunca lo haría...aunque él ya no me quiera.

–Entonces me llevo éste.–Una voz al frente De mi jaula, me saca de mis pensamientos ¿Ha estado ahí hablando desde cuando?.

–Que bueno.–Un chico se acerca y me abre la reja con una llave. Me saca y me engancha la correa. Para luego entregarme a el otro humano.–Que disfrute su mascota ¡Bye!

¿Me consiguieron un nuevo hogar? Eso es algo nuevo.
Supongo que estaré con este humano un tiempo.
Pero me basta con solo salir de ese sitio.
Este humano no se caía muy interesado en mi, y amedida que avanzábamos, él se veía más fastidiado a mi.
Puedo oler que ese chico tiene muchos problemas en su hogar.
Me nesecita, por eso lo voy a ayudar.
No sé cómo, pero pronto lo averiguaré, primero nesecito más detalles sobre su vida y por suerte nosotros, los perros aprendemos estás cosas rápido.

Llegamos a una casa.
Él me abre la entrada con la llave y al entrar me quita la correa, para luego dejarme oler el lugar.
Aquí puedo sentir que hay más gente.
Caminaba y caminaba, pero dejé de hacerlo, cuando note la presencia de una señora al frente mío. Parecía de mal humor.
Atrás de ella salió una niña pequeña, estaba escondida de mi, me tenía miedo.
Pero poco a poco, fue saliendo de ese escondite para acercarse a mi y tocarme la cabeza.
Yo cierro mis ojos, relajándome... Pero la señora se molesta más y yo abro mis ojos, la señora camina hacia el muchacho quien todavía estaba en la entrada de la casa, cerrandola.

–¿Ese perro es lo mejor que conseguiste?–Se cruza de brazos.–¿Y si destruye toda la casa?

–Tranquila, yo lo vi por el camino tranquilo.–Guarda las llaves en su bolsillo.

Yo escuchaba al lado de la niña, quién estaba acariciándome.
La señora camino hasta mi y se agachó lentamente, para colocarme un collar nuevo.
Yo no quiero un collar nuevo, no lo quiero y no dejare que me lo pongan.
La señora estaba a punto de metermelo cuando...

–¡Hey!

Yo me voltee y salí corriendo por toda la casa, la señora intentaba seguirme el paso. Pero yo era más rápido, que ella.
Pase por la cocina, era pequeña y ocaciono difícil correr por ahí sin tirar nada.
Voltee mi cabeza para ver si me seguía y si, venía atrás mío.
Devolví la mirada al camino, pero era tarde, porque un mesón estaba a punto de estar al frente mío.
Choque con él y el mesón callaron muchas cosas de vidrios.
A la señora parecia que le había dado un infarto.
Oh no, que será de mi ahora.

Los dos hermanos corrieron y cuando entraron ala cocina vieron el desastre.
La señora molesta, muy molesta, me pateó en las costillas. Eso sí me dolió.
Luego me mete a la fuerza el0 collar rápido y me sujeta por él, llevándome a la salida de la casa.
Abre la puerta y me empuja para afuera, de ahí cierra la puerta otra vez.

Me pregunto si me darán comida.
Estaba en un patio poco arreglado, tenía cosas tiradas por un rincón; como muebles y tablas.
Pero por lo menos había una casita de perro. Yupiii.
Me dirigí rápido a ella, el patio era mediano, no era tan grande.
Llegué a la casa de perro y me senté frente a ella. Mirándola de arriba a bajo.
Ya me dispuse a ver cómo era por dentro, así que me levanté y camine lento hacia dentro.
Bueno, no se ve cómoda ahora que la veo por dentro.
Esta llena de moscas y comida tirada en el piso. Ya estaba perdida, por eso tenía moscas.
Además de eso, el techo tenía unos pequeños agujeros que harán que me moje si llueve.
Esto es una familia que son los reyes del desastre. Pero puedo sentir que ellos no eran los únicos ahí.
Parecía que había otro humano y una mascota ya incluida.
Estaba preparándome para acostarme en la casa del horror, no tengo más opción que dormir aquí un rato. Así tendré tiempo para pensar.
Pero me levanto rápido al sentir un dolor en la pata trasera (izquierda)
Rápido me salgo de la casita y me volteó a ver qué había adentro.
Había una cosa volando, saliendo de mi casita, ya entendí. Me acaba de picar una fastidiosa abeja.

Bueno, me fui a donde estaba tirado un colchón y me acosté ahí.
El tiempo pasó y yo no dejaba de pensar en que hice para estar aquí y si Javier me quería.
Me comenzó a oler a un asado.
Venía de la casa, yo levantó mi cabeza para ver fijamente la casa y ponerme a chillar.
No me habían puesto alimento, estaba esperando a ver si me daban, pero ni siquiera una miga de pan me traían.
Me levanté y me estire, para luego tirarme del colchón y caminar hacia la puerta de la casa.
La empeze a rasgar, pero nadie me abrió. Lo único que escuche fue a un señor decir:

–El perro quiere entrar.

–Pues no, se lo merece por ser tan malo.–Le contesta la señora.

¿Yo malo? Mira quién habla.
Deje de rasgar, porque sabía que no iba a lograr nada.
Solo me senté al frente de la puerta, sin apartarle la mirada.
Ahi me quedé por mucho tiempo.
Estaba haciéndose de noche y yo seguía ahí esperando a que me dieran de comer.
Ya mis esperanzas de comer se habían ido, me gustaría que regresarán.

–Hola, amigo.–Una voz, sale de la puerta que se está abriendo por un humano.

Siii.
Me levanté rápido y ladre moviendo mi cola.
Cuando terminó de abrir, salió afuera y la cierra. En la mano llevaba un plato.
Me pregunto si será para mí.
El baja los pequeños escalones me lleva a mi casita.
Él se sento a mi lado y me da un poco de pollo.

–Esta comida es mi cena, pero como veo que no te van a dar, te daré de la mía escondido.

Este humano me agrada.
Por lo menos alguien de esta familia me entiende ¿No?

Pasó un rato, el humano ya estaba adentro y yo estaba subido en un mueble, listo para dormir hasta el día siguiente.
Cierro mis ojos, hasta que ya se ve la oscuridad...

Esta historia continuará...

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