Parte 23

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Es mañana ¡Rayos sigo aquí!
Me levanto y me estiro un poco, ya estoy listo para enfrentar el reto de hoy.
Camine por las calles un poco lento, pues aún mi cuerpo estaba lastimado.
Me siento cansado y desanimado, nesecito un hogar, alguien que me cuide y me protega.
Recorrí un parque viendo mascotas jugar con sus dueños y me recordaron a mi.
Me quedé quieto y me senté, viendo cómo jugaban todos ellos.
Pero reconoci un olor en el aire y es de un humano...¡Es el hermano de Javier! Tengo que seguir aquel olor.
Me levanté y corrí, salí del parque y seguí el olor.
Ahí estaba, el hermano de Javier en persona. Solo que no me veía y estaba al otro lado de la carretera.
No pensaba cruzar, pero si me toca tengo que hacerlo.
Pero antes de hacerlo sentí un peso en mi espalda. ¡Ay!
Un niño se había montado encima mío y me estaba golpeando el lomo. ¡Hey, bájate!
Entonces moví mi colita y me senté, haciendo que éste se deslizara y callera al piso. Lloro y busco a tal persona.
Yo estaba listo para ir por él está vez.
Y cuando lo iba hacer otra vez sentí está vez un dolor en la cola.
Era el mismo niño pero esta vez jalandome la cola. Ya me está artando y además el hermano de Javier ya se empezó a despedir de quién sea con el que estaba hablando.

Me di vuelta haciendo que éste me soltara y mordi al niño en el brazo, pero no le quitaba mi boca. Me quedé clavándole los colmillos, como si estuviera pegado a él.
Esté niño comenzo a sollozar y intento de librarse de mi, pero no le quitaba la boca. Cuando el hermano de Javier volteó al escuchar los gritos del niño me vio con cara de asombro.
Yo lo dejé de morder para verlo y mover mi colita. Pero siento está vez una cortada en mi lomo, me estaban lanzando piedras por morder al niño, incluso sus padres. Mire por última vez al humano y comenzé a correr, pero una de las piedras me cae en el ojo y me detengo chillando.
¡Duele bastante!

–Le dimos en una parte frágil.–Dice un humano.–Vamonos.

Todos se fueron sin importarle yo, excepto el hermano de Javier quien me veía con tristeza y afecto.
Cruzó la carretera y se acerco a mi para revisarme, pero entonces me agarra la cara y me sube la mirada hacie él.
Mi ojo está repleto de sangre y está cerrado. Estaba sonriendo y sujeto el aparato con su mano.

–Javier, encontré a...

Había visto con el otro ojo que varias personas venían hacia mi. Con un traje azul y cosas negras en sus bolsillos o lo que sea eso.
Pero no podía hacer nada, solo me acosté y cerré mi otro ojo al sentir un golpe en mi cabeza.

...

Me habían dejado inconsciente. Cuando desperté estaba en una jaula con agua y comida. ¡Si!
Cuando estoy a punto de comer y beber agua abren la reja.
¡Fuera de aquí, humanos!
Me colocan la correa y la cosa en la boca para caminar por un pasillo. Hasta llegar a una puerta y pasar por ella. Adentro encontré a un señor de azul también.

–Bien, me lo llevaré a los campos ¿Vale?–Ellos hablaban, pero yo no escuchaba, solo me limitaba a ver a la comida pintada en una cosa cuadrada pegada en la pared. ¡Tengo hambre!

–Esta bien, hay podremos conseguirle algún trabajo o hogar.–Habla el otro.–No perdamos más tiempo. Toma.–Dice, mientras entrega la correa al otro humano al frente del.

Salimos de aquella pequeña habitación y con el humano sali del lugar, fuimos al patio y nos subimos a un auto azul y blanco.
Al subirnos no me quitaron la cosa de la boca, pero si me acariciaba mientras conducía.
No me habían revisado, sigo estando maltratado y hambriento, pues no pude beber ni comer al final. Estoy horrible, me siento mal, huelo mal, estoy cansado y hambriento y tengo mucho, mucho dolor.
Espero y esté humano me de comida pronto y también me cure.

Al rato pasamos muchos pueblos, yo estaba mirando por la ventana. Después de haber pasado todo eso empeze a ver campos muy bonitos.
Habíamos dejado la ciudad atrás.
Este lugar me parece conocido, nunca estuve aquí, pero cuando el otro señor de azul me separo de Javier pase por estos lugares.

–Serviras para defender a los animales de la granja, esos lobos siempre entran a robar comida o cualquier otro animal.–Me dice.

¿Yo hacer eso? ¡Ni de chiste, humano!
Intente morderlo, pero no podía con esta cosa así que simplemente me acosté en mi asiento de atrás...
Todo estaba tranquilo, hasta que me levanté sonriendo un temor.
Mira por la ventana y un camión estaba atrás de nosotros, a punto de chocarnos.
Yo ladre intentando que el señor viera, pero nada.
¡Mira por la cosa que refleja! ¡MIRA!

–¿Qué te pasa?

No quería que chocará con nosotros, estoy ya suficientemente herido como para que me pasará otra desgracia. Aún no podía abrir el ojo; esta vez no estoy seguro si seguiré viendo con ese ojo, derecho.
Empezó a dolerme el lomo de repente por las piedras que me habían lanzado y yo pare de ladrar. Simplemente esperando, pero entonces veo que el humano entiende lo que le trato de decir y intenta alejarse del camión.

–¡Ese señor está ebrio!–Exclama el humano, para agarrar una cosa cuadrada está vez con un palito arriba.–Tenemos un 33-12 ¡Me están intentando atropellar!

Me volvi a asomar en la ventana y vi que el camión estaba a punto de tocarnos. En ese momento me asusté mucho y moví mi cola. El camión chico con nosotros, haciendo que el auto saltará y diera vueltas en el aire: haciendo que éste caiga fuera de la carretera y llegue a las llervas del campo. Mientras, el camión se iba como si nada.
El auto estaba casi aplastado, por lo menos no calló al revés. Oli que el humano estaba frío, y la puerta estaba abierta. Yo intenté levantarme y salir, pero mi cuerpo no respondía, solo me permitia estar acostado. Lo malo también es que tengo la cosa en mi boca todavía, pero sin correa.
Me sentí horrible, mis patas me dolían mucho. Me salía sangre por la nariz y había quedado ciego de un ojo. El dolor de mi cuerpo también era muscular.
Tengo miedo, pero no puedo hacer nada aparte de seguir acostado y ver al humano sin abrir los ojos.

Esta historia continuará...

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