El chip de mi cabeza.

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Capítulo 6.

Me desperté a causa de los rayos de sol que entraban por los huecos de la persiana. Miré a todos lados buscando una explicación. Estaba en el cuarto de mi mejor amiga, ella dormía plácidamente en su cama, y yo había dormido en la cama supletoria en la que duermo siempre que me quedo aquí. No me apetecía seguir durmiendo, y tenía algo de hambre. Me levanté para ir al baño y me di cuenta de que aún llevaba la ropa de ayer. Me miré al espejo y vi que tenía todo el maquillaje corrido, y entonces me acordé de lo que pasó anoche con James. Al pobre debí dejarle algo descolocado. Pensé que ya lo había superado, y hacía ya casi un año que no lloraba, pero algo se activó en mi cabeza. Nunca había llorado delante de nadie más que de mi madre o de Alexia, y eso me sorprendió bastante a mi misma.
Me di una rápida ducha y me sequé y peiné mi larga melena castaña para luego hacerme una alta coleta de caballo. Busqué algo de ropa en el armario de mi compañera. Siempre nos dejábamos ropa, así que seguro tenía algo. Encontré unos vaqueros pitillos y una camiseta verde pistacho con la palabra "wild heart" escrita en letras grande.
Tenía hambre, así que bajé a la cocina. Supuse que todos estarían durmiendo aún porque todavía era temprano, pero a mi no me apetecía seguir en la cama. La cocina estaba algo desordenada porque anoche lo dejamos todo sobre la encimera pero sin ordenar. Abrí el armario para alcanzar un vaso y hacerme un chocolate. La gente de 18 años normalmente toma café por las mañanas, pero yo seguía desayunando un buen vaso de leche con chocolate y unas galletas.
Fui hacia la sala de estar para tumbarme un rato en el sofá, pero miré a la derecha y vi que Álex seguía teniendo ahí su viejo piano negro de cola. Cuando teníamos 5 años, nuestras madres nos apuntaron a clases de piano en el conservatorio público de la ciudad. Mi madre no podía permitirse comprarme un piano, así que yo iba a casa de mi amiga a la salida de clase a practicar. Ella lo dejó a los 10 años, pero se que de vez en cuando practicaba un poco. Yo hacía bastante que no tocaba nada, y una parte de mi estaba deseando sentarse en esa banqueta negra y roja, abrir la tapa y deslizar mis dedos por esas pequeñas teclas blancas y negras. Por un impulso, dejé el vaso sobre el piano y me senté, abrí la tapa y me quedé mirando durante un largo rato las piezas de piano. La música comenzó a sonar. Un clásico: Nuvole Bianche. Los ojos empezaron a picarme y pude notar como un par de lágrimas comenzaron a salir de mis ojos y a deslizarse por mis pómulos. Ya estaba llorando otra vez. ¿Qué coño me estaba pasando? Yo nuca había sido así. De repente, oí unos pasos y unas voces bajando las escaleras. Me sequé rápido las lágrimas y me levanté rápido de la banqueta para ir hacia la cocina. Ahí estaban Brad y mi amiga, buscando algo para desayunar.

-Buenos días chicos.

-Buenos días loca, -me saludó efusivamente Alexia -¿cuánto tiempo llevas levantada?

-Hará una hora o así. Me desperté y no tenía ganas de seguir durmiendo.

-¿Estás bien? -me preguntó Bradley -es que tienes los ojos un poco rojos.

-¿En serio? No me había dado cuenta. Tendré alergia a algo. -me froté los ojos y me hice la loca ante su comentario. -Por cierto chicos, ¿qué vamos a hacer hoy?

-Pues había pensado en salir a dar una vuelta con los chicos y enseñarles un poco todo esto.

-Me parece genial, pero antes necesitaría pasarme por casa para cambiarme y dar un beso a mi madre.

-No te preocupes, -intervino Brad -nosotros aún tenemos que ducharnos y todo eso.

-Claro baby, ve sin problemas. Quedamos aquí en una hora.

-Gracias chicos. Voy a subir coger mis cosas y me voy.

Subí rápidamente las escaleras para recoger las cosas que había dejado en el dormitorio. Cuando me disponía a salir, vi que James salía de su dormitorio, el que compartía con Brad.

-Buenos días. -me pareció ver que James se había sobresaltado un poco.

-Buenos días. -James llevaba el pelo algo revuelto, unos pantalones de chándal algo caídos e iba descalzo. Nada cubría su torso, y tengo que admitir que tenía unos abdominales que podían hacer derretir a cualquiera. -¿ya te vas?

-Solo voy un momento a casa a cambiarme y tal -James se acercó a mi para bajar las escaleras. Según se iba acercando, un chip se activó en mi cabeza y pude notar como mis rodillas comenzaban a temblar -pero vuelvo en una hora para irnos todos a dar una vuelta.

-Perfecto, pues en una hora nos vemos.

Salí de casa de Álex y me puse los cascos con la música alta para no escuchar mis pensamientos. El trayecto a mi casa no duraba más de 10 minutos, pero realmente me apetecía salir a dar una vuelta y tomar el aire. Hoy hacía un día genial para salir con los chicos por el centro.

Llegué a casa y mi madre estaba en la cocina tomándose su café y leyendo el periódico.

-¡Buenos díaaaaaaas! -grité cuando cerré la puerta de casa - ya estoy aquí mamá, ¿qué tal has pasado la noche?

-Hola hija. Pues igual que todas. -me acerqué a ella y dejé un beso sonoro en su mejilla. -¿Y tú qué tal en casa de Álex? ¿Qué tal le ha ido su anual viaje a Londres?

-Pues genial, como todos los años. Ninguna novedad.

No veía demasiado a mi madre porque yo siempre estaba en clase y ella trabajando, así que solo nos veíamos un rato por las noches y los fines de semana. Nunca tenía nada relevante que contarle, pero lo de los invitados de mi amiga aún no se lo quería comentar.

-Voy a subir a cambiarme, que he quedado con ella para comer e ir de compras, que aún no me ha terminado de contar su viaje

-Me parece perfecto cielo, ¿necesitas dinero?

-No gracias mamá, creo que tengo algo guardado de las clases que le di al pequeño Ethan el mes pasado.

Abrí el armario para buscar algo para cambiarme otra vez. Me dejé los pitillos y arriba me puse una camisa roja de cuadros. En los pies me puse mis viejas Converse blancas, aunque ya no estaban tan blancas como cuando me las regaló mi madre hace un par navidades. Me deshice la larga coleta y me cepillé el pelo para dejarlo suelto. Me maquillé sencilla: un poco de base, colorete, raya y rimel. Yo no era de maquillarme demasiado, así que tampoco me molesté demasiado.
Ya estaba lista para salir, cuando recibí un mensaje de Alexia

"Alexia♥: no hace falta que vengas. Los chicos han terminado rápido y vamos hacia tu casa"

"Hanna: guay tía. Yo ya estoy cambiada, solo me falta meter las cosas en el bolso. Cuando estéis fuera, mándame un mensaje, no llames a la puerta, que mi madre no sabe lo de los chicos"

"Alexia♥: Claro cielo, yo te mando en 5 minutos un mensaje. Ahora nos vemos. Te quierooo♥"

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Hola bbys! Estoy súper inspirada y este finde voy a subir otra vez seguro, así que no podeis quejaros, pero me encantaría que dejarais un comentario o vuestro like.
Os loveo mucho! :)))

She Was The One. {James McVey}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora