Capítulo 15.
Pov. Hanna
Hacía ya casi un mes que James y los chicos se habían ido de Doncaster, y apenas habíamos podido hablar porque siempre estaba con reuniones y presentaciones. Se me hacía raro, y he de admitir que sentía que algo me faltaba. Había pasado todo este tiempo encerrada en casa, menos cuando acompañaba a mi madre a hacer recado, y tengo que admitir que lo hice casi forzada porque pasé todas las tardes tirada en mi cama viéndome otra vez entera "Las Chicas Gilmore".
Álex también se había encerrado en casa, más o menos en la misma situación que yo. Nos vimos algún que otro día para tomar algo y preparar el curso que viene en la universidad. Apenas intercambiábamos un par de mensajes por la noche que me servían para asegurarme de que estaba bien, y a la inversa.
Hoy me levanté más temprano de lo habitual y salí a correr. No hacía muy buen día, es más, el cielo estaba totalmente gris y me deba la sensación de que iba a empezar a llover. En cuanto empezaron a caer las primeras gotas, me metí en el Starbucks y me pedí lo habitual: un frapuccino de chocolate blanco. Cuando la lluvia de calmó, me fui y en 5 minutos ya estaba en casa.
Llamé primero al timbre, pero como nadie abría, supuse que mi madre se había ido ya. Menos mal que se me había ocurrido llevarme la llave por si ocurría esto. Cuando cerré la puerta, me di cuenta de que no deslizaba bien, y cuando me agaché para ver qué le pasaba, vi que arrastraba un sobre blanco. No ponía remitente, así que no sabía de quien era, pero ponía en letras mayúsculas mi nombre. No era la caligrafía de mi madre, y he de admitir que eso me preocupó un poco. El caso es que algo me sonaba, pero no lo tenía muy claro. Abrí con cuidado el sobre blanco y saqué una pequeña nota que había en su interior
"A las 2 p.m. en la heladería de la plaza"
Por un momento, me acojoné bastante. No sabía si lo correcto era ir o no, pero tampoco perdía nada por intentarlo, ¿no? O bueno, puede que sí, pero me apetecía hacer una pequeña locura así de vez en cuando.
Aún me quedaban al rededor de 3 horas, así que iría con la calma. He de admitir que estaba nerviosa, pero supongo que es algo normal. ¿Y si era un violador? ¿O un expresidiario? ¿Y si solo era Álex para quedar un rato conmigo? Nah, ella seguro que me mandaría simplemente un mensaje.
Me di una rápida ducha y busqué algo sencillo en el armario: unos shorts vaqueros de talle alto y una camiseta blanca de encaje a la altura del obligo. Me calcé las Superga y me sequé el pelo, dejándolo suelto por mi espalda y haciendo ondas. Me maquillé sencilla, como siempre, tampoco me gustaba ir como una puerta.
Bajé a comer algo y aún me quedaba una hora. Mi madre me había dejado algo de pasta para calentar en la nevera, así que la metí en el microondas y me senté a comer en el sofá mientras veía Los Simpsons. Pasó un rato y miré mi reloj: en 10 minutos había quedado con la persona misteriosa en la heladería. Metí rápido las llaves y la cartera en mis bolsillos y salí hacia allí.
Llegue con un par de minutos de anterioridad, pero mejor pronto que tarde. Esperé 5 minutos más en la puerta, pero tampoco sabía a quién buscaba. Finalmente me decanté por entrar y sentarme en una mesa. Ojeé la carta de helados, y cuando estaba aún decidiendo, un camarero se acercó a mí
-Buenas tardes señorita.
-Buenas tardes, aún no me he decido. -respondí, bajando la mirada hacia el menú que sostenía entre mis manos.
-¿Es usted la señorita Hanna Irwin? -levanté la cabeza y podía notar como el ritmo de mi corazón aumentaba por segundos.
-Si-s-i, soy yo, ¿cómo...?
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She Was The One. {James McVey}
Fanfiction"-¿Qué tal todo pequeña? -me preguntó James. -¿puedo llamarte así? -Claro, me gusta ese apodo." No era la primera vez que me decían que la vida no era fácil, y se que no lo decían por decir. El sufrimiento existe, al igual que el amor. Cuando lo hab...