Capítulo 8.
Eran las 10 de la mañana, así que mi despertador ya estaba sonando. Hoy había prometido acompañar a mi madre a ir de compras y a hacer recados, y no podía escaquearme.
Ayer no salí de casa en todo el día. Llovió durante casi toda la jornada, y mis ganas de salir eran totalmente nulas. Alexia había creado un grupo de Whatsapp en el que estábamos los chicos y nosotras dos, para así poder organizar el tiempo y poder hacer mil cosas más antes de que se fueran. Ayer pasaron todo el día hablando por el grupo y diciendo mil tonterías. Me invitaron mil veces a ir a casa de Álex, pero desde lo que había ocurrido el día anterior, tenía mil preguntas en la cabeza.
Encendí el móvil y miré que había cientos de mensajes en el grupo, pero lo que más me sorprendió fue que James me había escrito por privado:
"James: Hola pequeña. No sabía si escribirte esto, porque imaginé que necesitarías tu espacio, y lo comprendo, pero necesitaba hablar contigo. Puedes quedar esta tarde?"
-Buenos días Hanna, levántate, que ya te he dejado el desayuno hecho. -mis ganas de salir de la cama eran inexistentes, pero se lo había prometido, y no me apetecía ir con estos. Al menos aún no.
-¡Ya voy mamáaaaa!
Me levanté lentamente de la cama y me di una rápida ducha. Busqué algo de ropa cómoda en el armario. Mi madre me había dicho que hoy hacía buen día, así que me puse unos simple pitillos y una básica rosa de tirantes. Me calcé unas tenis blancas y fui directa al baño para peinarme y ponerme algo de maquillaje. Bajé rápido a desayunar con mi madre para poder irme de compras y volver rápido.
Estábamos pasando una mañana genial. Habíamos ido a mil tiendas por el centro y me había comprado algo de ropa en las rebajas. Empezábamos a tener hambre, así que buscamos un restaurante para picar algo. Nos decantamos por un restaurante de comida japonesa que estaba cerca de las tiendas.
Había estado ignorando el móvil toda la mañana, pero se que habían estado petando el grupo. También ignoré el mensaje de James. Es que no sabía que responderle. Al sentarnos en el restaurante, saqué el teléfono y revisé rápidamente todos los mensajes del grupo. Mi madre notaba que yo estaba rara desde hacía un par de días, a pesar de haber intentado poner buena cara hoy durante las compras.
-Cielo, te pasa algo. Puedo notarlo en tus ojos. -estaba claro que tarde o temprano mi madre se iba a dar cuenta. Me conoce demasiado bien.
-No es nada mamá, en serio. No tienes de qué preocuparte. -Intenté restarle importancia, pero mi madre no se daba por vencida.
-Te conozco bien cielo, y hacía unos meses que no tenias esa carita. Más o menos desde... bueno, ya sabes qué. -Dios, ese había sido un golpe bajo. No pensé que mi madre fuera a nombrarme eso. Mi cara comenzó a tornarse oscura, y ceo que mi madre pudo percibirlo porque rápidamente rectificó lo dicho -lo siento cielo, no quería decir eso. Solo quería saber qué te pasaba y ayudarte.
-No te preocupes mamá, no has hecho nada malo, y nadie puede cambiar lo que ocurrió. -es cierto que nada ni nadie podía cambiarlo, pero yo supuestamente ya estaba recuperada.
Terminamos de comer y pasamos por unas últimas tienda antes de regresar a casa. Cuando llegamos, subí a mi cuarto y me encerré en él. Me tiré en la cama y agarré mi móvil otra vez. Había decidido que tenía que responder a James.
"Hanna: Hey! Siento no haberte respondido antes. A qué hora puedes esta tarde?"
Dejé el móvil sobre la cama y me dispuse a guardar toda la ropa que había comprado, pero a los pocos minutos ya me estaba vibrando el teléfono.
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She Was The One. {James McVey}
Fanfiction"-¿Qué tal todo pequeña? -me preguntó James. -¿puedo llamarte así? -Claro, me gusta ese apodo." No era la primera vez que me decían que la vida no era fácil, y se que no lo decían por decir. El sufrimiento existe, al igual que el amor. Cuando lo hab...