Querido diario imaginario...
... antes pensaba que el correr, era lo más cercano a volar. Yukari me comparaba con un ave, pero a esta ave... le cortaron mis alas. Ahora creo ser más como una hoja atrapada en el viento.
Si se pudiera, en este momento quisiera ser una semilla y hacer raíz donde no puedan arrancarme.
Un árbol como aquel árbol sagrado que cubría el Castillo de fanelia con su sombra.
Vaan... ¿Estás a salvo?.
⭐. 🌙. ⭐
Tal y como Celena había asegurado, la ciudad de palas era hermosa. Los edificios eran en su mayoría de un blanco Prístino o de un color claro. Era una lástima que no podía recorrer sus calles.
Hitomi solo podía ver desde la comodidad de sus habitaciones.
El vione estaba en territorio de Asturia. La muchacha contemplaba la ciudad desde el ventana, se preguntaba si era normal que enormes fortalezas cruzaran los cielos de las ciudades. En la tierra sería alarmante y peligroso.
Estaba pensando justo en las proporciones de la nave cuando noto las sombras de los edificios que se alargaban frente a ellos. ¿Cómo era posible que las sombras se vieran así? El sol estaba detrás del vione, su sombra cubriría varios kilómetros. Ahí mismo se le ocurrió que la nave debía de tener el mismo camuflaje de los guymelef orseides.
sacudió la cabeza para tratar de quitarse las ideas de encima , ahora mismo no quería pensar en eso. De hecho, no quería pensar en nada, hacía una semana que fue capturada por zaibach y el estrés le provocó un colapso nervioso. Incluso sufrió una fiebre un poco alta por 2 días.
Mientras estuvo convaleciente, se dijo que fingiría no conocer a vaan... por supuesto que era una idea tonta e inútil. A estas alturas, fingir demencia también era inútil.
No sabía cómo le sacarían la información... estaba francamente asustada y eso solo empeoraba su fiebre. Había visto suficientes documentales de guerra para saber cómo trataban a los rehenes. Suplicar no serviría de nada.
Pero... nada había pasado. Aparte de folken y el médico de abordo, nadie la había ido a visitar ni a interrogar después de haber llegado ahí. "Su doncella personal" y él estratego eran los únicos que entraban en sus aposentos.
FLASHBACK
Al tercer día, volvió a abrir los ojos, se confundió en un principio y su confusión sólo fue peor cuando se dio cuenta que había una muchacha sentada al lado de su cama.
La chica era joven, quizá más alta que ella. Su cabello era negro y sujeto en un par de largas trenzas. Su ropa era de un azul oscuro con un delantal azul claro y una cofia del mismo color. Se veía ensimismada en su trabajo, en su mano sujetaba lo que parecía una prenda de ropa, y con la otra ensartaba una aguja.
Le tomó tiempo a hitomi reconocer aquella prenda de ropa, era su uniforme azul. Aquella doncella lo estaba remendando. La chica al fin sintió la mirada y desvió la vista de su trabajo para ver a la paciente.
- ¡Oh! ¡Está despierta, que bien!- su voz era jovial, la muchacha se levantó de la silla, dejó la prenda en su lugar y se acercó a hitomi. - su fiebre desapareció. Eso es muy bueno.- aseguró la criada mientras le checaron la frente.
"Supongo que los instrumentos de tortura son más efectivos si estoy en buena salud..." pensó desolada.
- Pero aún está un poco pálida... - la criada se alejó un poco para darle espacio personal, no era tonta para no notar que estaba un poco alterada, sin embargo, siguió charlando animadamente como si la conociera de toda la vida. - ¡Pero eso se puede arreglar con un poco de sol y buena comida!-
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Destinos Torcidos.
Adventure"No importa que tantas veces cierres tus ojos, golpees los talones de tus zapatos rojos y digas "no hay lugar como el lugar". aquí eso no funciona. para empezar yo no llevo zapatos y parece que no funciona con mis tenis rojos..." Gaea; Un Mund...