La tarde había llegado, y Jimin se preguntaba a dónde había ido Yoongi. Desde que había regresado del veterinario con su nueva mascota, no lo había visto, ni había visto que el otro hubiera cumplido con su promesa de acondicionar la casa para el gato. Y por eso, se sintió afligido.
No había conocido a Yoongi por demasiado tiempo, pero desde que lo había conocido, sintió que jamás se había sentido tan lleno y acompañado. Hacía ya bastante tiempo que se había ido a vivir solo, y no le gustaba tanto. No tenía con quien charlar, ni con quien compartir los sucesos más importantes de su día a día. Sin embargo, aunque no lo conociera del todo, había podido hacerlo con él. Había encontrado en él a un amigo, un chico misterioso, pero de buen corazón. Y ya lo extrañaba.
Cansado de la soledad de su apartamento, Jimin caminó con desgano hasta su habitación para poder dormir un poco, pero, en cuanto entró a ella, vio a Yoongi salir de su clóset, y soltó un terrible grito, haciendo que el otro se sobresaltara, se enredara con los abrigos que había allí y cayera al piso.
—¡Yoongi! —corrió hacia él y se agachó a su lado, ayudándolo a levantarse— ¿Estás bien?
—Eso creo.
—¿Qué hacías ahí dentro? ¡Te he buscado todo el día, y creí que te habías ido!
—No, estaba aquí, en el cuarto.
—No te vi cuando entré.
—Bueno, n--no aquí, sino que había venido aquí, me dio curiosidad tu clóset, y me quedé encerrado —inventó.
—Es probable... en realidad, no abro mucho esa cosa. No podría saber con exactitud si la puerta realmente funciona bien —se rió—. De todas formas, no sé por qué te metiste dentro. No ibas a llegar a ningún lado.
"De hecho, sí", dijo el monstruo en su mente.
—Tienes razón.
—¿Te gustaría venir conmigo? Quisiera que me ayudaras con algo importante.
—Está bien.
Yoongi siguió al menor, sin dejar de pensar en el improvisado invento que había creado antes de haber vuelto al mundo de los humanos: un interruptor que podía apagar la energía de la puerta y volverla a encender, incluso si él estaba del otro lado. De este modo, podría evitar que Jimin se llevara una sorpresa, si se le ocurría abrir su clóset.
Ya estando en el comedor, los dos tomaron asiento en dos de las sillas que rodeaban la mesa. Jimin había tomado en brazos al gato en el camino. Este se había acurrucado entre sus manos y había cerrado sus ojitos, acomodándose para tomar una buena siesta.
—¿En qué necesitas que te ayude?
—Tenemos que nombrar al gatito.
—¿Necesitas hacerlo?
—Pues... todos necesitamos un nombre, ¿Verdad? —lo miró con curiosidad— ¿Nunca supiste lo que es tener una mascota?
—No, realmente.
Jimin acercó un poco más su silla a la del mayor, y le dedicó una sonrisa que hizo que el otro se sintiera un poco mejor, ya que el no saber cosas que, para los humanos, eran tan básicas, lo avergonzaba un poco.
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Make you smile [Yoonmin] ©
FanfictionCuando de amor se trata, uno es capaz de romper las reglas para poder lograr cuidar y hacer feliz a quien se ama. En un mundo muy diferente del nuestro, con criaturas extrañas y tenebrosas, una de ellas pone todo su esfuerzo en un proyecto que va en...