Make you smile [Yoonmin] ©

Capítulo 24: "Cambios"

Jimin se encontraba en una aislada celda dentro de aquel centro de investigación. Más bien, parecía un cuarto sin ventanas, ni muebles, ni nada. Solo había allí una cama, y una pequeña puerta que dirigía a un baño. El color blanco de las paredes ya lo estaba mareando, y el silencio lo estaba volviendo loco. Sin embargo, todo cambió en cuanto escuchó abrirse la puerta principal. El sonido de las llaves en la cerradura hizo que se pusiera alerta. Por respeto a Yoongi y a Seokjin, no quería pensar que un monstruo entraría a hacerle daño, pero era eso mismo lo que pasaba por su mente.

Una vez que la puerta se abrió, Jimin vio a uno de los uniformados entrar. Este lo miró.

—Buenas noches, Park Jimin. He venido a avisarte que podrás pasar esta noche junto a Min Yoongi.

—¿De verdad? —Se emocionó.

—En cuanto termine de alistarse, él--

El discurso del hombre, de pronto, se vio interrumpido por la presencia de Yoongi, quien pasó a su lado y se paró junto a Jimin. Este último le sonrió, mas no dejaba de sentirse nervioso.

—Min Yoongi, creímos haberte dicho que hay un protocolo de seguridad que seguir. Debes tener tu traje protector, no puedes exponerte de esta forma ante un--

—¿No querían demostrar que lo que yo decía era verdad? Soy un monstruo, y él, un humano. Eso lo saben muy bien. Si mañana estamos los dos vivos, significa, al menos, que los humanos no son tóxicos.

—Informaré esto a mis superiores.

—Ya me vieron. Pasaré la noche con Jimin, y me rehúso a usar uno de esos trajes. Él jamás me haría daño.

Tras haber suspirado pesadamente, el hombre se marchó y cerró la puerta con llave. Yoongi se sentó junto a Jimin y, sin decir nada, lo abrazó bien fuerte y acarició sus cabellos.

—Lo siento, realmente lo siento.

—¿Por qué?

—No es justo que estés pasando por todo esto.

—Bueno... no es tu culpa. Tú me advertiste que no lo hiciera. —Se encogió de hombros.

—Aun así, te seguí la corriente.

—Esto no es nuestra culpa. Si vamos al caso, los humanos también pensamos que ustedes son muy malos y que hacen daño, pero no es así. Cuando no se conoce a alguien, se tiende a juzgar y crear ideas erróneas del otro. Solo hay que aprender a abrir los ojos y ver lo que hay en realidad.

—Lo sé, pero no es tan fácil.

Silencio. Ambos suspiraron al mismo tiempo. La situación en la que estaban era complicada para los dos.

—¿Te sientes asustado?

—Ya no. Ahora que estás aquí, me siento mucho mejor.

Jimin se abrazó al brazo del mayor. Este besó su cabeza para tranquilizarlo.

—Oye... si todo esto llega a salir tal cual lo planea el profesor... ¿qué pasará con nosotros? ¿Nos vamos a tener que separar?

—No lo sé, es probable.

—Eso sí me da un poco de miedo —admitió—. No puedo quedarme aquí. Tengo una vida allá, y en tu mundo no sería aceptado o bien recibido. No lo soy ahora, de hecho. Tú vives bien en mi mundo, pero también tienes familia y un amigo de este lado. Además, si quedamos cada uno en su mundo, tú sufrirías mucho la separación. Yo te olvidaré, y no quiero eso. Puede que no me duela de manera física, pero sí sentía un horrible vacío que no se llenaba con nada.