The Future is Bulletproof || Gerard Way Danger Days

La Niña

«Malas noticias traen los rayos del sol, todo indica que hubo un ataque durante la noche en El Nido. Se dice que Korse en persona fue a barrer con todo, pero los Ultra V's de Val Velocity pusieron sus máscaras y sudor para armar una fiesta como no se veía en meses. Hay que permanecer en las madrigueras por hoy, los lagartos y arañas parecen mejor compañía que los cadáveres. Puntos de reunión no faltan, pero la comida sí. Las expendedoras en Ruta Guano amanecieron destrozadas y Tommy Chow Mein está con las manos vacías. El desierto da, el desierto quita, y mantener la dieta no es tarea difícil en días como hoy. Manténgase a salvo. Manténganse vivos. Dr. Death Defying, reportándose.»

Había pegado pestaña pocos minutos antes de escuchar a Cherri levantarse y salir con paso apresurado. La casa estaba teñida con la luz del amanecer, confirmándome que no había logrado dormir en absoluto. Los ojos me ardían como si fueran un par de huevos fritos, pero a pesar de ello me levanté. Cualquiera fuera el lugar donde Cherri había ido, sabía que iba a volver pronto ya que el último tiempo se había tornado más ermitaño de lo que le gustaba admitir. Saqué una soda y me fui a sentar a una vieja reposera que tenía junto a la puerta trasera de su refugio. Me bastó aquel pequeño trayecto para que el aire seco que se respiraba aquel día deshidratase mis entrañas, haciéndome toser un par de veces. Cada día cuesta más tolerar el maldito clima, o quizá soy yo quien ya no tiene las mismas fuerzas de antaño. Como sea, nada cambia el hecho de que esta vida es un infierno.  

Cuando acabé mi soda, no pasó mucho rato hasta que por fin escuché la puerta de entrada abrirse. Me llamó la atención de inmediato el escuchar más pasos de los que podía hacer una persona, es decir, no estaba solo. Era eso, o un par de dementes se había metido a la casa. De cualquier forma me quedé sentada en mi lugar, acariciando con una mano mi pistola en caso de que algún peligro se asomara por la puerta junto a mí. Sin embargo mi paranoia quedó solo en eso, puesto que fue Cherri quien apareció finalmente.

—me asustaste—solté una risa aparentando estar despreocupada.

—ni que fuera un fantasma.

—¿qué ocurrió que saliste temprano?

—¿me sentiste salir?

—sí, no dormí nada.

—qué mal—torció la boca—ocurrió que durante la noche atacaron El Nido y fui a ver si algo interesante había quedado, pero la verdad todo era un desparramo de cadáveres. Bueno, excepto por...

Dejó la frase en el aire, como si hubiera algo que no quisiera decirme. Lo miré con los ojos entrecerrados intentando leer su mente, pero no tuve éxito.

—excepto ¿por?—inferí alentándolo a seguir hablando, pero solo conseguí que hiciera un ademán hacia adentro de la casa, como si hubiera algo que debiera ver.

Supe que algo tenía que ver con la otra persona que había escuchado dentro de la casa, por lo que me puse de pie de forma instantánea y di rápidos pasos para asomarme en el umbral de la puerta, sin conseguir imaginar lo que vería; y aunque lo hubiera logrado, nada me preparó para lo que me encontré reposando en el sofá.

Me quedé congelada, incrédula de lo que estaba viendo de tal modo que por un instante cuestioné mi cordura. Quizá el desierto me había freído el cerebro y estaba teniendo ensoñaciones. Pero no, era real, y sin mediar palabra alguna, un par de ojos verdes me miraron con lamento a través de unos rizos despeinados. Era ella, Light, la niña que Party y los chicos fueron a salvar. Solo que ya no era una niña, sino más bien una adolescente.

¡¿ESTABA VIVA?! ¡¿VIVA?!

Si bien estaba consciente de que efectivamente la habían salvado, Cherri y Dr. D. me contaron que salió corriendo y que se había perdido en medio del amanecer, por lo que a estas alturas había dado por hecho que se la había tragado el desierto. Pero vaya que estaba equivocada. ¿Dónde se metió todo este tiempo? ¿Por qué apareció ahora, tantos años después? ¿Cómo logró sobrevivir siendo tan pequeña?