The Future is Bulletproof || Gerard Way Danger Days

Recuerdos

A pesar del diluvio de emociones en el que nos sumergimos durante la noche, el despertar fue completamente tranquilo y, por decirlo en palabras simples: fantástico; ya que ¿cómo empezar a explicar la maravilla que fue, luego de diez años, volver a despertar con Party a mi lado? Si bien dormimos cada uno en un extremo del colchón, sentir el calor de su presencia me bastó para agradecer las retorcidas vueltas que había dado mi vida, las cuales me habían llevado hasta ese preciso momento en el cual podía asegurar que me sentía feliz. En medio de la oscuridad del búnker, intenté atisbar su rostro durmiendo, pero no hubo caso; mucho menos cuando un par minutos después, él despertó.

De ahí en adelante tuvimos un día completamente normal, sin tocar el tema de nosotros y el pasado, pero aún así lo sentía un poco más cercano que el resto del tiempo que habíamos compartido la última semana. Comimos juntos, salimos a caminar, conversamos de cosas triviales, reímos, bromeamos. En resumen, una jornada tranquila, sin grandes preocupaciones, como si todo el mundo que había dejado atrás ya no existiera y ahora me encontraba en una dimensión nueva.

Sin embargo, recordemos que el desierto será siempre un lugar más pequeño del que parece, y el caos no tardó en hallarme.

La noche del día más tranquilo en siglos había caído hace largo rato, cuando una fuerte explosión en la superficie, que hizo temblar todo, nos pilló de improviso a Party y a mí sentados a la mesa jugando cartas. La luz se prendió y apagó frenéticamente, acentuando la sensación de emergencia. Me puse de pie de forma inmediata, botando a un lado la silla en la que estaba sentada, lo cual provocó un eco en todo el búnker. Intuyendo que se trataba de problemas, Party me lanzó mi arma y mi máscara, que no sé de dónde las sacó con tanta velocidad, y las recibí en el aire. Le di una mirada de agradecimiento y estuve a punto de desmayarme al percatarme que se había puesto su antigua máscara. Mientras él amarraba su cabello en un moño sobre su cabeza, una segunda explosión se hizo sentir, seguida del ruido del metal de la puerta cayendo. Aparentemente la fortaleza en la que estábamos, no nos había protegido en absoluto. Vaya estafa.

Hice un ademán para hacerle saber que estaba lista, y nos dirigimos al pasillo que llevaba hasta la salida del búnker a investigar qué había ocurrido. Estaba lleno de humo y polvo debido a las detonaciones que habían ocurrido en el exterior, por lo cual era de suma dificultad ver quiénes habían sido los responsables. De cualquier forma no tardamos en descubrirlo, gracias a un láser blanco que atravesó el pasillo, seguido de dos, tres, hasta que se convirtió en una lluvia de disparos que nos hizo retroceder para refugiarnos en la sala al final del pasillo.

— OH NO, ¡ME ENCONTRARON!—chillé lamentándome del desastre que había traído hasta la puerta de nuestro refugio. 

—¡¿qué?! ¿Quiénes?

—B.L.I., lo que te conté anoche. Me estaban buscando... NOS están buscando—enfaticé al darme cuenta que Drac o no, Party también era un objetivo de la corporación. 

—mierda, mierda, mierda... Lo peor de todo es que estamos encerrados—bufó Party, intentando mirar por la esquina de la muralla.

—¿no hay una salida alternativa?

—no que yo sepa

—tendremos que abrirnos paso entonces—suspiré, mirando la mesa de metal a la que estábamos sentados hace tan solo unos minutos—cúbreme.

Me puse de pie para dar vuelta la mesa de tal modo que sirviera de escudo y la pateé, haciendo que se deslizara frente al pasillo. Hecho esto, me lancé tras ella para poder disparar y también protegerme, además, mi nueva posición me permitió ver la salida y todo lo que había entre medio. Aún el polvo y el humo llenaban el ambiente, pero igual conseguí contar por lo menos seis pares de botas de Exterminadores. Solté una risa dándome cuenta que B.L.I. no pretendía perder tiempo mandando Dracs, esta vez venían en serio. No los culpaba en absoluto, estando Party y yo juntos la recompensa era mayúscula. Si conseguían atraparnos, alguien lo más probable ganaría un ascenso. Pero por supuesto que no iba a permitir que eso ocurriera.