Luego de una semana en el refugio de Party, recuperándome de mis andanzas y heridas, me sentía por fin en forma. Habíamos pasado unos días tranquilos, sobreviviendo, recorriendo la Zona 7 en los alrededores del búnker, jugando cartas y conversando cosas superficiales para matar el tiempo. No obstante, aquello último me mantenía algo incómoda respecto nosotros.
Luego de lo poco que hablamos el día que recobré el conocimiento, no habíamos vuelto a tocar el tema de su falta de memoria y el pasado, ni mucho menos habíamos conversado de nuestra relación. Éramos como dos desconocidos que de manera fortuita habíamos terminado compartiendo un mismo espacio; a ratos incluso se volvía algo incómodo, ya que no conseguíamos romper el hielo que había entre nosotros.
Debido a eso ya no sabía qué hacer: si quedarme el tiempo suficiente para descubrir cómo desempolvar sus recuerdos, o simplemente rendirme y aceptar que la persona que una vez conocí mejor que a mí misma ya no existía más. El problema era que tampoco podía volver a mi antiguo hogar, porque B.L.I. aún estaba tras de mí y tampoco tenía un medio de transporte, por lo que si decidía irme del refugio de Party sería para continuar vagando en busca de un nuevo lugar donde esconderme. Pero, ¿cómo irme, estando otra vez junto a la persona que tanto amo? Aunque él no tuviera idea alguna, mis sentimientos seguían siendo los mismos de siempre y las ganas de demostrárselo ardían en mi interior.
La situación era por lo bajo desoladora y a pesar que trataba de mantener mi mejor cara cuando compartíamos, por las noches me era inevitable llorar cobijada en la oscuridad el dolor de no poder decirle cuánto lo amaba y lo mucho que me había hecho falta durante todos estos años.
Aquella noche precisamente estaba en ello, mi llanterío habitual, cuando de manera repentina se abrió la puerta de la habitación. Era Party, obviamente, por lo que contuve la respiración y las lágrimas, fingiendo estar dormida. Escuché sus pasos acercarse junto a mi colchón y tras un par de segundos, dijo:
—¿estás bien?
Asentí con la cabeza.
—¿en serio? Creí escucharte llorar... como todas las noches—suspiró con pesar—¿qué ocurre?
Tapé mi boca, ahogando el gemido de dolor que su pregunta me había provocado. La peor parte era que no tenía idea de cómo responderla. «Nos amamos, pero a ti se te olvidó» no era una opción, claro está.
—no es nada—mentí, secándome las lágrimas acumuladas en mis ojos—es solo que por las noches me pongo nostálgica.
—tiene que ver conmigo, ¿cierto?
Mi cara de sorpresa fue evidente, a tal punto que respondió un rotundo sí a las palabras de Party, quien se dejó caer en una esquina del colchón. ¿Era acaso la señal para conversar los temas difíciles que habíamos estado eludiendo durante los últimos días?
—lo lamento—resoplé, sentándome con la espalda apoyada en la fría pared de concreto.
—no, yo te debo una disculpa. Sé que eres alguien a quien debería recordar y me frustra no poder hacerlo, porque siento que te hago daño... ¿o acaso...? ¿lloras por algo que hice en el pasado?
—ojalá fuera tan simple—sonreí de medio lado—sea como sea, no es tu culpa.
—¿qué lo hace tan complejo?
—que yo aún no termino de entender las cosas.
—¿por qué?—hizo una pausa para tomar aire—¿acaso sabes qué me ocurrió?
Su pregunta me sobresaltó. Solo fui capaz de asentir con la cabeza.
—¿te sientes preparado para saberlo?—agregué.
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The Future is Bulletproof || Gerard Way Danger Days
FanfictionHan pasado diez años desde la muerte de los Killjoys a manos de Korse en 2019. Melanie, alias Dyna-Blast, aún llora la pérdida de Party Poison, su novio. Sin embargo el desierto guarda secretos que cambiarán el curso su vida. - + Inspirado en el OS...