Rumores pt. 1

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«Malas noticias se esparcen a través de las zonas. Todo parece indicar que la corporación está tratando de infestar las Zonas de la 1 a la 3. Hay que permanecer firmes y defender nuestros territorios. Incluso se escuchan rumores de una batalla en la Zona 4 donde los Ultra V's se almorzaron unos Draculoids. Las cosas parecieran estar saliéndose de control como en tiempos pasados. El desierto es una bomba de tiempo. Viejos amigos. Recuerdos llenos de polvo. La nostalgia no sirve más que para mantener la cordura. El pasado parece ser más seguro que el futuro, sin embargo las leyendas no planean morir por lo pronto. Noticias necesitan llegar a oídos conocidos. Una explosión en el desierto, desatada por el brillo del oro...»

Me detuve en seco al oír las palabras que habían emanado de la radio, dejando a un lado los paneles solares que acarreaba junto a mi cabaña. El corazón me latió con fuerza mientras repetía en mi cabeza las palabras que había dicho Dr. D. Esto no era su verborrea habitual. De inmediato supe que algo tenía que ver conmigo, ya que la frase «una explosión en el desierto, desatada por el brillo del oro» era la clave para referirse a mí. No solía llamarme muy seguido, por lo que en verdad me había pillado de improviso. ¿Noticias? Algo importante debía ser.

Sacudí el polvo que se acumulaba en mi ropa, preguntándole a Light, quien había pasado las últimas noches conmigo, si estaría bien por su cuenta durante un par de horas y tras recibir un «ve tranquila, estaré bien» me subí a mi todoterreno en dirección a la estación de radio de Dr. D.

—veo que el viento del oeste te trajo volando hasta acá— dijo al verme.

—pues si me llamas, D., algo importante debe ser —sonreí de medio lado sentándome en una silla junto a él— ¿cómo te trata el desierto?

—sigo vivo, supongo que eso es «bien», aunque de todos modos estoy preocupado —suspiró—  ya sabes, estos chicos de hoy no creen en nada ni nadie, a ratos siento que mis palabras se pierden en el vacío. Hoy por hoy solo hay tiempo para tragar brillantina y pintarse el pelo...¡Oh! A propósito, supe que te encontraste con ese chico Val Velocity —soltó una risa.

—supongo que también oíste la paliza que le di.

—naturalmente, aunque ese niño es todo un caso: si este es el infierno, él desea ser Satanás, y vaya que lo intenta.

—una pérdida de energía si lo hace solo por vanidad, porque como dijiste, hoy nadie cree en nada.

—Cierto —Dr. D se alejó unos metros en dirección a una pequeña nevera— ¿quieres algo de beber?

Sin embargo antes de que respondiese, me lanzó una lata de jugo de naranja sintética que alcancé a atajar al vuelo antes que se azotara contra un tocadiscos junto a mí. El ruido de nuestras latas abriéndose al unísono, llenó la sala.

—entonces, ¿para qué me llamaste? Dudo que sea solo para compartir un trago.

—pues no, un rumor llegó a mis oídos y creo que tiene que llegar a los tuyos también.

—¿rumor? ¿Sobre qué?

Su semblante cambió por completo, dándome a entender que se trataba de algo serio. De inmediato logró captar mi interés.

—¿has oído hablar de la Zona 7?

—pues, asumo que es lo que hay luego de la 6, ¿no? —alcé una ceja, sin entender aún a qué iba con su pregunta.

—técnicamente sí, aunque no es tan simple. Muchas personas no saben de su existencia porque no aparece en los mapas y en general no se suele hablar de ella. Esto es en gran parte porque el clima es mucho más extremo que en las zonas de acá, y no te estoy hablando de tormentas de arena o lluvia ácida, sino que cosas más radicales como nieve, nubes de colores extraños, tormentas eléctricas que dejan cráteres en el suelo, etcétera. Se dice que es porque que hace décadas atrás, mucho antes de las guerras, se probaban armas químicas y nucleares de todo tipo en ese territorio, lo cual generó anomalías en el ambiente, algo así como el invierno nuclear pero más impredecible y fuera de control. De hecho si te adentras en la Zona 6 puedes empezar a notar como empieza a cambiar el paisaje y el cielo, por lo mismo nadie se atreve a meterse allá a tener un día de campo. A pesar de ello, hay gente lo suficientemente desquiciada para vivir en esa zona, y estas personas fueron quienes me contaron el chisme. Tres para ser exacto, tres personas diferentes, que no se conocen entre sí o que no tienen un contacto tan estrecho, me relataron una historia similar.

The Future is Bulletproof || Gerard Way Danger DaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora