Zona 7

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—¡estás loca! ¿Cómo se te ocurre que vas a huir a la Zona 7?— exclamó Cherri desconcertado.

A decir verdad, lo comprendía totalmente ya que ni siquiera yo era capaz de creer el delirante plan que había maquinado en cosa de segundos. ¿En verdad iba a ir a aquel inhóspito territorio del cual Dr. D. me había hablado? Cherri tenía razón, estaba loca, era oficial, sin embargo por lo mismo me parecía un buen destino, ya que ¿dónde más podría intentar callar todas las preguntas que ebullían en mi mente?; además con el beneficio de que...

—es el único lugar donde no me van a hallar los agentes de B.L.I.

—no te van a hallar porque lo más probable es que vas a morir antes que lo consigan, ¿por qué no te quedas acá por un rato y piensas con la cabeza fría todo? Sé que has tenido un pésimo día, pero no por eso te vas a ir a meter a tu propia tumba.

—lo lamento, Cherri, pero ya lo decidí—me giré para abandonar su guarida, sin embargo me tomó de un brazo para detenerme.

—¿esto tiene algo que ver con lo que Dr. D. tenía que decirte?

Apreté mis labios, sin tener idea de qué responder. No había una forma fácil de explicar la charla que había tenido con D., y por supuesto que no era opción soltar un «investigaré si Party está vivo, mientras me escondo de B.L.I. en medio de la zona desconocida». Sí, podía ser honesto, pero eso era el equivalente a una bomba atómica. Ahí sí que Cherri me tomaría por loca y me encerraría en su bodega, después de todo, un real juicio a mi sanidad mental no era algo a lo que quería arriesgarme en estos momentos. De cualquier forma, era tanto el caos que había en mi cabeza, que logré encontrar un sentimiento del cual aferrarme para irme por la tangente.

—solo quiero volver a desaparecer por un tiempo, al menos hasta que todo se calme.

Cherri me soltó.

—prométeme que no harás nada estúpido—dijo.

—tú tampoco lo hagas, campeón—sonreí—tranquilo, nos volveremos a ver.

Nos unimos en un apretado abrazo, que se extendió por varios segundos. Al separarnos, me encontré con Light mirándome con los ojos brillando de lágrimas.

—no mueras, por favor—dijo crudamente, rodeando mi cuello con sus brazos.

—hey, tenme más fe—bromeé, a pesar que su sinceridad me puso los pelos de punta por un segundo—todo va a estar bien, tú preocúpate de cuidar a Cherri, te lo encargo, ¿sí?

—estaremos esperándote, sin embargo... si algo te sucede y no vuelves más, ¿podrías saludar a los chicos de mi parte?

Noté como su voz se quebró en medio de la pregunta. Sonreí de medio lado, intentando contener las lágrimas para no añadir más drama a la despedida.

—por supuesto—asentí con la cabeza.

La abracé una última vez y lo siguiente que supe fue que iba a toda velocidad por una carretera paralela a Ruta Guano rumbo al este, sin dudar por ningún segundo que estaba haciendo lo correcto.

Iba en la mitad de la Zona 6 cuando en el horizonte vi como aparecía una nube grisácea monumental. Era una delgada capa que cortaba la unión entre el cielo azul del desierto y la tierra anaranjada, pero a medida que avanzaba, la nube pareció devorar el cielo por completo, al mismo tiempo que el suelo a mi alrededor comenzó a tornarse color grafito. Sabiendo que estaba por salir de los límites conocidos, me detuve un momento para contemplar el paisaje que dejaba a mis espaldas, así como también para ponerme un impermeable amarillo eléctrico que tenía guardado entre mis cosas. No porque fuera a llover, sino porque no sabía que se avecinaba y una prenda de plástico parecía ser algo más resistente que mi vieja chaqueta de cuero. Aproveché además de dejar en el asiento del copiloto mi arma, mi máscara y un sombrero tipo ninja color negro para cubrirme del sol o lo que pudiese caer del cielo en aquel extraño lugar que mientras más avanzaba, más se parecía a un planeta distinto. Solo veía una larga planicie frente a mí, que parecía no acabar por lo pronto, haciéndo del camino algo aún más monótono que el desierto del cual había huido. Impresionante.

The Future is Bulletproof || Gerard Way Danger DaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora