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— Cinco, seis, siete, ocho — conté a la par que trataba de seguir la coreografía que nos había impuesto el maestro.

La agilidad de mi cuerpo la resaltaba la elegancia de mis manos y los movimientos delicados; siempre me había gustado bailar, desde chica. No tengo un recuerdo dónde no lo estuviera haciendo, librandome de todo y hasta de mi misma cuando cerraba los ojos y mi cuerpo se movía solo.

El silencio del salón aumento cuando la música cesó y no dudé ni un solo segundos en desaprovecharlo, quedándome estática en mi lugar saboreando lo último.

— ¡Espectacular, perfecta, magnífica, excepcional, excelente... — abrí los ojos por el repentino cambio de ambiente para ver a Jimin sonriente—... Increíble, incomparable, talentosa... Y ya se me acabaron los sinónimos.

Reí de manera avergonzada al verle parado en el marco de la puerta.

— Gracias a mis fans — me burle de él y sonrió plenamente. Mordí mi labio y mire al suelo, aún me sentía un poco curiosa y me mataba—. Oye..., ¿como te fue con Miya?

El se vio un poco afectado por mi pregunta, sonrió con labios apretados y estrechando sus ojos, negando y ondeando su mano, queriendo borrar el recuerdo de su mente. Le había ido mal.

Y yo estaba feliz de ello.

¿Ven? Egoísta.

— Oye, ya me voy a casa, ¿estaría bien si te acompaño? — cambio de tema.

Iría hasta al fin del mundo y estaría bien solo si estas tú.

black swan || bts; jimin [book #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora