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Esa misma noche, decidieron tener cinco días en los que podrían ser ellos. Demostrarse el amor que se tenían en aquella habitación de hotel.

Poder verse, tocarse, sentirse de la manera más vulnerable. Revelarse sus secretos en los que tanto se habían ahogado juntos. De repente todas las preocupaciones se habían desaparecido cuando ambos buscaban saciar su sed en sus besos.

Ahri se sentía querida, y realmente llena cuando las manos de Jimin que tanto había tomado con inocencia ahora paseaban por su cuerpo desnudo. Los gemidos, el sudor, los jadeos húmedos en la boca del otro pidiendo más de ellos. Jimin besaban sus mejillas húmedas sintiéndose el hombre más afortunado, contrario a lo que venía pensando por tanto tiempo.

Ambos se sentían plenos, merecedores y alegres. Luego de que sellaran el pacto en un último gemido se acostaron el uno al lado del otro, sonriendo, preguntándose como mierdas habían llegado a ese punto.

Las pequeñas muecas pasaron a ser carcajadas cuando Ahri apoyo su peso en su codo contra la almohada, mirando a Jimin desde abajo, riendo como un niño.

— ¿De que te ríes, idiota? — le reprochó Ahri contagiada por el buen humor.

Jimin copio su posición y en un suave intento, tocó su hombro y la empujó de vuelta a la cama, aún con la sonrisa en el rostro.

— ¿Acaso estuve mal? — volvió a burlarse la chica. Aunque lo sabía; no estuvo absolutamente nada mal.

Jimin volvió a reír y subió su mano para quitar un mechón de cabello de Ahri, acariciando su rostro de por medio. El suspiró y negó más de una ocasión.

— Te amo, Ahri.

Ella sonrió, teniendo el mismo pensamiento que él. Y es que eran perfectos el uno para el otro.

— Te amo, Jimin.

Pero ambos sabían que la perfección no existía.

black swan || bts; jimin [book #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora