Epílogo

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Lily fue retenida por Lupin. Pero Harry terminó yendo tras Bellatrix.

Lily ya no tenía fuerzas para nada. Aunque no eran tan cercanos como Harry, Sirius era su familia, y ya la había perdido toda.

Sollozaba en el hombro de Lupin mientras él lloraba también. Al final, ambos eran mejores amigos, casi hermanos. Pasó al menos un buen tiempo, mientras la Orden revisaba a sus amigos, y Dumbledore una tras Harry. Ella sabía que Voldemort estaba en esa habitación, lo podía sentir. Pero Harry estaba bien, y ella no fue por eso.

Al terminar la pequeña expedición al Departamento de Misterios, la Orden los escoltó de vuelta al castillo. Lily entró por la chimenea de Dumbledore y salió corriendo a dónde fuera. Salió de su oficina sollozando bastante fuerte. Corría por los pasillos vacíos hasta llegar a la Torre de Astronomía. Se dejó caer cerca del barandal y lloró sonoramente.

-¿Lily?-preguntó la voz de Draco Malfoy. Ella no se molestó en levantar la vista ni mucho menos responder. Lloraba y lloraba, volvía a tener el corazón roto.

Escuchó que se arrodillaba junto a ella. Sintió que le acomodaba el cabello a un lado de su hombro y que la abrazaba.

-Está muerto.-dijo Lily en un susurro con la voz rota.-Mi única familia murió.

Draco no tuvo que preguntar para saber que se refería a Sirius Black.

-¿Qué pasó?-preguntó él en un susurro. Le dolía verla así. Era como si volviera al final de cuarto año, cuando Diggory había muerto.

-Tu tía lo mató.-dijo Lily mirándolo. Había furia y dolor en sus ojos. Draco le dió una mirada llena de culpa. Él sabía que su familia era malvada, no supo hasta entonces que tanto podían serlo.

No le dijo nada. Lily tampoco esperó respuesta. Se dejó abrazar por el rubio, ella lo necesitaba. Él la ayudaba a salir del hoyo, y ella lo quería y necesitaba justo ahí. En silencio, mientras ella lloraba a Sirius.

••••
Al ver el sol Lily se talló los ojos. La hinchazón de estos había bajado pero seguían sensibles. Ginny estaba mejor de su tobillo, Hermione estaba perfecta. Ron tenía cicatrices en sus manos que Lily no supo explicar. Neville sonreía cansadamente. Luna los miraba feliz, pero con cautela.

Harry la miraba triste. Ella estaba triste. Pero él sonreía a sus amigos y Lily amó la fuerza que él tenía a pesar de lo sucedido. Harry Potter era increíblemente fuerte.

-¿Les digo algo?-preguntó él. Todos lo miraron con atención.-Dumbledore me dijo que nosotros tendremos siempre algo en lo que somos mejor que Voldemort.

Ya ninguno se estremeció al escuchar el nombre. Ron habló.

-¿Y qué es?-preguntó. Harry tomó la mano de su hermana.

-Algo por lo que luchar.

Lily sonrió. Él tenía razón.

Se despidió de sus amigos un momento al estar en la locomotora escarlata. Diciendo que iba al baño se dirigió al vagón de Slytherin. Él ya estaba fuera.

Tomó su mano y la metió a un compartimento, cerró la puerta y se giró a ella.

Lily estaba pálida. Ya no sonreía mucho. Pero sus ojos brillaban cada que él ponía su mirada en la de ella.

Draco la besó con necesidad. Diciéndole a través del beso que la extrañaría y que la amaba.

Ella se separó con una sonrisa. Parecía que Draco era la persona que la animaba incluso en tiempos así.

-Todo va a cambiar el año que viene.-dijo Lily cerca de Draco. Él asintió, él sabía que le deparaba el verano.

-Yo cambiaré.-dijo el rubio sin mirarla, le daba demasiada vergüenza.-Sabes que me obligarán.

Lily supo de inmediato a qué se refería y dejó caer una lágrima.

-Eso no cambia nada para mí.-dijo la pelirroja. Él la miró, lágrimas inundaban sus grises ojos. Lily sonrió.

-Te amo Lily Potter.-dijo en voz alta el rubio. Ella suspiró y lo abrazó.-Y te voy a porteger con mi vida. Nada te pasará.

Lily le creyó, estando es los brazos del rubio, nada podría pasar.

•••
Al llegar a Privet Drive, Lily de encerró en su habitación. No oía a sus tíos ni a su hermano. De hecho, no oía nada.

Ella pensó en todo lo que había pasado. Y en todo lo que iba a pasar. Tenía que volver a combatir a Voldemort una vez más. Y ella sabía que por Harry, por sus padres, por Sirius y por Cedric, ella debía ganar.

Cerró los ojos y vio el rostro de cada uno. Sonriendo.

Ella sonrió entonces, lo que Sirius una vez le dijo era cierto. Los que nos aman nunca se van, no realmente. Ellos seguían con ella y con Harry.

Entonces Lily pensó que en dónde quiera que Voldemort estaba, no iba a disfrutar mucho tiempo esa tranquilidad. Lily Potter estaba lista para vengar a todos los que ella alguna vez amó.

Sonrió y abrió los ojos.

𝗟𝗶𝗹𝘆 𝗣𝗼𝘁𝘁𝗲𝗿 𝘆 𝗟𝗮 𝗢𝗿𝗱𝗲𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗙é𝗻𝗶𝘅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora