La Adivina

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El autodenominado "esquipo avatar" había llegado a un pequeño pueblo del Reino Tierra que confiaba ciegamente en una adivina y luego de haber ayudado a un hombre con un oso-pato, fueron muy curiosos hasta el pueblo.

Ahora los tres adolescentes estaban frente a una gran puerta circular cada uno con algo diferente rondando su cabeza, Katara pensaba que podría saber mas acerca del hombre con el que algún día ella se casaría, Sokka pensaba que todo eso era una gran tontería  y Aang bueno, el también pensaba en algo relacionado al romance, mas específicamente él "espíritu azul", recordó que hacia ya un par de semanas que casi lo capturan soldados de la Nacion del Fuego y desde ese día, desde que el príncipe Zuko lo salvo no podía sacarlo de su cabeza, incluso había vuelto a verlo solo un par de días atrás.

Las puertas se abrieron y los dejaron pasar, esperaron algún tiempo hasta que salió una chica emocionada diciéndole a una niña que su gran amor le daría una "Azucena panda". Luego de eso paso Katara a que le dijeran algo sobre su futuro, Aang seguía perdido en su mente preguntándose si algún día podría al menos acercarse un poco al príncipe de la Nación del Fuego.

Luego de que la adivina humillara a Sokka, paso Aang algo nervioso. Se sentaron en una sala con una pequeña fogata en el centro. La mujer le dijo que tomara un hueso que seria quemado y este termino explotando en el fuego haciendo que la mujer se sorprendiera y Aang la miro impaciente.

—Vaya, nunca había visto algo así...Tu destino estará marcado por una gran pelea, será como si las fuerzas del bien y el mal se enfrentarán para determinar el destino del mundo —exclamó la adivina bastante sorprendida y casi entusiasmada en su predicción.

—Eso ya lo sabia —murmuro Aang bastante desanimado —,yo quería saber de romance —dijo esta vez mas bajito y con la cara un poco roja.

—¿Querías saber de amor? —el avatar solo asintió sin levantar la mirada.

—Pues creó que aquí veo algo —dijo tomando un pedazo de hueso que había salido volando —,aquí dice que debes seguir a tu corazón, así podrás estar con la persona destinada y podrás disipar todas tus dudas.

Esta respuesta no dejo tan satisfecho al joven avatar pero se sintió mejor y pudo salir un poco mas animado. Esa noche se quedaron en la casa de uno de los aldeanos, todo indicaba que la adivina le había dicho que hiciera eso, pero esta vez  Sokka no protestó. Aang espero a que todos se quedaran dormidos para salir a dar una vuelta por los alrededores del pueblo.

Aang estaba vago por la aldea hasta llegar al bosque, sin ninguna intención real  solo quería despejar su mente al menos hasta que vio algo a la distancia o mas bien alguien a lo lejos. Era nuevamente el espíritu azul, aun seguía saboteando los intentos de la Nación del Fuego por captura al avatar.

—Hey, espera.

El príncipe le hizo caso y paro para verlo, el avatar sonrió y se acerco lo más que pudo.

—Yo...yo sólo quería agradecerte.

— No tienes que hacerlo, además no deberías confiarte tanto.

—Pero tu no me harás nada, casi somos amigos — el príncipe se quito la máscara y se pudo ver que esta sonriendo levemente, cosa que dejo al avatar pasmado un segundo tal vez  esa era la primera vez que lo veía sonreír.

—Que yo haya desistido no quiere decir que la Nación del Fuego también, no deberían quedarse mucho por aquí .

—Aun así, necesitaba agra-

En eso el príncipe escucho un  ruido y tomo al avatar, lo pego a su pecho y le tapó la boca; pero vio que solo eran unos pato-tortuga

—Deberías regresar —hablo Zuko soltando a Aang

—Zuko ...¿Me podrías acompañar?— pregunto el menor con un pequeño sonrojo en el rostro

—Seguro , no veo porque no. Tal vez es peligroso

Ambos caminaron en silencio, mientras Aang iba pensando que tal vez ya iba disipando sus dudas sobre el príncipe de la Nación del Fuego.

—Espero que puedas llegar bien al polo norte.

—Espero que nos volvamos a ver.

Luego de eso Aang regreso a la casa y se fue a dormir. Al día siguiente Aang se levanto temprano y salió a buscar algo para desayunar con Sokka quien estaba tratando de probar que la adivina estaba equivocada.

Mientras el avatar seguía a Sokka quien le gritaba a todos los que veía , Aang solo miraba a todos a su alrededor hasta que vio a un chico con una capucha negra y un parche en un ojo, iba siguiendo a un hombre que veía con mucho interés algunas plantas, enseguida lo reconoció era el príncipe Zuko y no pudo evitar seguirlo con la mirada hasta que desapareció en la multitud.

— ¿Qué miras Aang? —Sokka se pare frente a él mirándolo con curiosidad.

—¿Qué? ...yo nada, nada —Aang bajo la cara sintiendo que se le ponía cada vez mas roja, Sokka volteo al lugar donde Aang miraba anteriormente y se encontró con una niña, confundiendo un poco la situación.

—Pero si ya veo lo que pasa, veo que te interesa alguien.

—Bueno, tal vez un poco...pero no se como acercarme.

—Es porque no tendrías que hacerlo, solo debes ser indiferentes como si no te importara.

—Supongo que puede funcionar, bueno me tengo que ir.

Así salió corriendo Aang sin darse cuenta que una niña estaba apunto de hablarle, haciendo pensar a Sokka que esa era la persona que le gustaba.

Por otro lado Aang estuvo siguiendo sin casi discreción al príncipe y a su tío tratando de lograr que Zuko lo mirara sin casi ningún resultado aparente. Luego de tratar todo el dia sin exito, derrotado se sentó cerca del centro de la ciudad, en eso vio como alguien se acercó a el, era una niña a quien había visto un par de veces el día anterior, vagamente recordaba que era la ayudante de Madam Whu.

—También se lo que se siente que te guste alguien que no te corresponde —estas palabras sorprendieron al avatar y ante la cara de sorpresa del chico la niña continuo — en realidad tu me gustas.

—Pero también me gustas.

—Pero no de la manera en la que tu me gustas...se que te gusta ese chico que acaba de llegar al pueblo.

—Si...tal vez fue un poco obvio —contesto el avatar algo apenado bajando la cabeza, no había sido sutil después de todo.

—Tal vez puedas tratar de darle un regalo, tal ves tu tengas una oportunidad.

Después de eso Aang fue a buscar una azucena panda, porque había visto que esa era considerada la flor mas romántica, pero cuando estaba apunto de conseguirla vio que el volcán donde crecían estaba apunto de hacer erupción, por eso su plan de la flor se quedo en segundo plano y trato de advertir a los habitantes del pueblo.

Como nadie le hizo caso, porque su santa adivina no lo había predicho el decidió hacerse cargo el mismo. Tratar de detener el volcán había sido una tarea sumamente dificil y cuando estaba apunto de creer que no lo lograría, vio como Zuko también trato de ayudar con su manejo del fuego control; solo así el avatar pudo salvar al pueblo y cuando quiso buscar al príncipe para agradecerle ya se había ido.

Aang regreso primero a la casa  donde se quedaban para recoger las pocas cosas que tenían ahí, el se sentía algo decepcionado por no poder agradecerle otra ves la ayuda al príncipe y no poder haberle hecho un regalo lindo y romántico, pero cuando entro al cuarto ahí vio que en una cama había un pequeño ramo de azucenas panda, eran unas 4 que estaban amarradas con un lazo color rojo. Vio que estas tenían una pequeña tarjeta azul que decía

"Para Aang, el ultimo maestro aire."


—¿En que piensas príncipe Zuko?

—En nada tío —dijo Zuko restándole importancia, pero en el fondo estaba algo ansioso de lo que pensaría el avatar acerca de su pequeño regaló.

Relatos  Zuko x Aang 💗💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora