12 | Vacías

982 98 3
                                    

Karen disfrutaba siempre de invitarla a una hamburguesa demasiado grasosa, con más carne de la que podían consumir y una porción de papas a la francesa que resultaban perfectas para ahogar cualquier tipo de pena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Karen disfrutaba siempre de invitarla a una hamburguesa demasiado grasosa, con más carne de la que podían consumir y una porción de papas a la francesa que resultaban perfectas para ahogar cualquier tipo de pena. 

Esa salida no fue diferente.

―Dios, necesitaba esto ―dijo luego de darle un mordisco grande a su hamburguesa.

―Siempre necesitamos esto ―Karen sacó una papita y le echó salsa―. De verdad que todos los hombres son unos hijos de su padre.

Alicia asintió, con la boca llena de comida.

―Es que mira, Nikolay es su propio caso pero ¿Felipe? ¿Adorable y demasiado tierno Felipe resulta ser otro acosador? ―Negó―. Te tengo que llevar a que te hagan una limpieza o algo.

―Al menos Andrés es lindo contigo ―dijo.

―Mira, aquí estamos para hablar mal de esos tipos y para cuadrar cómo nos vamos a ver cuándo me vaya, ¿vale?

Asintió.

Cuando Karen se fuese para Medellín le iba a hacer demasiada falta, aunque la tendría por chats y demás, no verla tan seguido sería doloroso. Intentó alejar los pensamientos de no tenerla o se pondría a llorar ahí mismo, de la misma manera que cuando apareció a recogerla en el apartamento de Jacobo.

―Soy un desastre ―dijo―, ya estoy que lloro.

Karen le pasó una papita.

―Come, que la sal y la grasa te ayuden a pasar la pena.

―Pero es que te vas, ¿cómo voy a aguantar?

Karen dejó la hamburguesa en la mesa, se inclinó un poco hacia delante.

―Esto no es nada comparado a lo que ya has vivido, cariño ―dijo―. No me necesitas a tu lado para volver a ver la vida con color, ¿vale?

Alicia asintió, incapaz de articular cualquier palabra.

―Ahora, en temas más deprimentes, ¿ya sabes qué hacer?

Le dio otro mordisco enorme a su hamburguesa, esa pregunta no quería responderla nunca más en su vida, se empezaba a cansar de que todos esperaban un trabajo tan rápido, que incluso su yo del pasado la tuviese acosada porque debía tener un sitio para cuando empezara febrero. Prefería no pensar en nada más que la comida en frente.

―Hojas de vida, supongo ―dijo―. No tengo ni idea.

Karen frunció el ceño.

―Nada de no tengo ni idea, pero si tienes toda tu vida planeada.

Alicia suspiró.

―Sí, pero a veces desearía que no.

Su mejor amiga abrió los ojos sorprendida, se llevó la botella de jugo hit a los labios.

Acuerdo PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora