8 | Velitas

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Jacobo apareció por ella antes de las siete

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Jacobo apareció por ella antes de las siete.

Alicia había elegido un jean y un suéter amplio para el frío que amenazaba la noche, llevaba muy poco maquillaje y una cola en la muñeca para luego atarse el cabello. Por otro lado, su nueva y "oficial" pareja llevaba una camisa elegante que dejaba entrever sus músculos, ya podía imaginarse la envidia que generaba tanta belleza junta.

Se detuvieron en un barrio tranquilo, muchas familias empezaban a encender los faroles y se preparaban para refugiarse en caso de lluvia. Aunque el reporte del clima decía que no debía llover, nunca se sabía en una ciudad como Pereira.

―¿Nerviosa? ―preguntó luego de que le entregara el casco.

―Un poco ―mintió, tenía el estómago lleno de nervios y estaba segura de que terminaría estirando la pata ante la presión―. ¿Dónde estamos?

―Bueno, la casa de mi tía ―dijo, señaló la hilera de carros y luego la enorme casa de tres pisos a la que ingresaba bastante gente―. ¿Ahora si nerviosa?

Alicia extendió su brazo y le tomó la mano, estaba temblando, nunca había llegado al punto de conocer la familia de alguno de sus "novios" o interés románticos.

―Me estoy muriendo ―dijo―, bueno, ¿a qué esperamos?

Jacobo sonrió, se ató el cabello en una colita y luego volvió a tomarle la mano, su agarre era fuerte, casi que podía sentir sus nervios a través de la piel. Se acercó más a él, con la excusa del frío, y la música empezó a hacerse más fuerte a medida que se acercaban.

La casa era enorme, tenía un enorme frente donde habían sacado un par de sillas y la puerta abierta dejaba ver una sala llena de gente, Alicia quiso salir corriendo. Tomó aire cuando las primeras miradas aparecieron, todos se parecían bastante, todos debían ser familia, excepto por las obvias excepciones de parejas.

―Estaba pensando que no vendrías ―La madre de Jacobo se acercó con dos vasos en las manos―. ¿Chocolate?

―Muchisimas gracias, Fernanda ―dijo, al tiempo que recibía el vaso. Evitó hacer una mueca de dolor ante el calor que emanaba―. ¿Por qué todos nos miran?

Fernanda soltó una especie de carcajada, alzó la voz pidiendo a todos que les prestaran atención. Alicia quiso esconderse bajo tierra, pero se mantuvo sonriente, pegada a su pareja y con una enorme sonrisa en el rostro.

―Familia ―Empezó a decir―. Esta es Alicia, la novia de Jacobo. Alicia, te presentaría a toda la familia, pero luego tendremos tiempo para eso.

Sonrió, por supuesto que no tenía la intención de conocer a tanta gente, en especial porque era muy mala recordando nombres cuando no le interesaba.

Jacobo se inclinó hacia ella, con los labios rozandole la oreja.

―La que está con el chico rubio ―dijo―, es Katherine.

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