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Así continuaron pasando los días, HyunJin continuaba teniendo conversaciones triviales con el pequeño que frecuentaba su casa por mensaje de texto, para el mayor las horas pasaban volando cuando hablaba con el menor y a su vez todo parecía ir en cámara lenta, pero las cosas eran diferentes cuando se veían cara a cara, habían decidido a penas mirarse cuando esto sucedía dentro de las paredes de los Hwang.

HyunJin no le había explicado nada sobre su condición al más bajo, se había limitado a cosas como "Mis padres no creen que sea una buena influencia para ti", "debemos evitarnos cuando estes en mi casa" o "realmente estoy ocupado con la escuela para salir", todo aquello no eran más que excusas baratas que el chico delgado se había inventado para que el contrario no pensara que era un bicho raro debido a su enfermedad, era más fácil hablarle con mentiras que decirle la verdad directamente.

Mientras tanto JeongIn pensaba que era toda una tiranía lo que se llevaba en aquella casa, se sentía ligeramente preocupado por su mayor, pero tampoco era capaz de decírselo o cuestionar su decisión de no hablar cuando se encontraban rodeados de aquellas paredes, para el menor era más que suficiente poder hablar aunque sea por mensaje ya que era mejor a no hablar en lo absoluto como pasaba antes.

Pero había algo que no se podía evitar, algo como las miradas que tenían intenciones de transmitir un todo a través de algo tan simple como un vistazo rápido, pero aquello era como un vistazo rápido al alma del otro y eso era algo que nadie en aquella casa notaba o eso pensaban HyunJin y JeongIn, pero había alguien que no podía dejar pasar por alto las actitudes de sus menores, ese alguien llevaba por nombre; Seo ChangBin.

ChangBin no podía dejar pasar por alto las actitudes de los menores, para el era casi inevitable quedarse a observar como HyunJin cambiaba de a poco y el lo sabía, lo sabía porque él mismo lo había provocado ese continúo cambio en su doensang, sabía que todo aquello era debido a que él le había entregado el número del menor a su primo.

Por eso el más bajo no había podido aguantar más y en una de sus sesiones de estudio con el de cabellos oscuros estuvo decidido a preguntar lo que pasaba, no iba a permitir que la intriga continuase comiéndolo por dentro, realmente necesitaba saber lo que pasaba entre ellos.

El menor parecía concentrado en su libro de historia mientras el más bajo lo observaba, aunque era solo eso, aparentaba estar interesado pero su mente estaba viajando por un lugar completamente diferente a la historia de corea y el mayor lo sabía, había confirmado hacia mucho tiempo que la concentración del chico de hebras oscuras era casi nula, por eso necesitaba tanta ayuda y por eso le había otorgado su ayuda, de la que muchas veces se había arrepentido de brindar.

—JeongIn —Llamó el más bajo de la habitación, su voz sonaba fría o eso creía el menor, muy diferente a veces anteriores en la cual lo había llamado.

Ambos se encontraban sentados en la habitación de ChangBin, tirados en el suelo uno al frente del otro con un montón de libros a su alrededor.

—¿Hyung? —El menor rápidamente dirigió su mirada al chico que tenía frente a el, desconcentrarse para el era bastante fácil.

—Estaba pensando... ¿has estado hablando con HyunJin últimamente, no?

Los ojos del más alto en la habitación se abrieron como platos y casi termina ahogándose con su propia saliva debido a la impresión, no esperaba aquella pregunta llegase o quizás si, hace unas semanas pensaba que llegaría pronto, pero nunca había llegado hasta ahora, pensó que quizás su ChangBin no estaba enterado de la situación con su queridísimo crush.

—¿H-HyunJin hyung? Ehh... no? —Su voz salió sorprendentemente temblorosa, aquel se sentía bastante torpe en aquella situación, pero debía hablar con confianza, esperaba que el mayor no notase el tono de duda que había en su voz.

How to feel? [HyunIn] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora