Once

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Apenas unos segundos duro bajo el agua, Mary ni siquiera noto como o cuando apareció sentado en el borde la piscina viéndola con cara de niño bueno.

-¡Lo odio!-le dijo la muchacha cuando un muchacho apareció al costado de Daishinkan.

Era un joven más o menos de la estatura de ella de cabello castaño, ojos igual, cuerpo atlético y mirada melancolía que se inclinó hacia la muchacha.

-Hola Mary ¿Cómo estas?-le dijo gentil.

-Hola Marco. Todo bien y tú ¿Qué tal?-le respondío Mary entre amable e incómoda.

-No pensé que vendrías.

El muchacho se sentó en el borde de la alberca y se quedó hablando con Mary. Al parecer él también practicaba boxeo y pertenecían al mismo gimnasio. El Gran Sacerdote se sintió como un fantasma entre esos dos y cuando Marco la ayudo a subir para que se sentara a su lado, él se retiró. Mary ni siquiera pareció notarlo y eso lo hizo fruncir el ceño. No le gustaba ser ignorado. No pensó que tal vez no le gustó que ella lo ignorara, pero para su suerte Rox y Ana si le dieron eso que ese tal Marco le robó de la joven pelirroja. Las muchachas lo llevaron a que probara los bocadillos y aquello fue grato para él. La comida humana era buena, mas aún en medio de esa festividad Daishinkan experimentaba un extraño sentimiento y al quedar solo, pues las chicas fueron a nadar, no pudo evitar preguntarse si aquella era nostalgia.

La fiesta era una situación en que todos se veían felices, pero a él le era muy ajena y honestamente ni siquiera sabía porque aceptó la invitación. Se quedó sentado en una de esas sillas hasta que Mary apareció y le ofrecía un largo vaso con una bebida burbujeante, unos cubos de hielo y algunos trozos de fruta. La miro. Tenía el cabello mojado.

-Las fiestas no son lo suyo ¿verdad?-le dijo la muchacha, él sólo le dió las gracias por la bebida.Parecío gustarle.

-No estoy habituado a este tipo de eventos-le respondío después de un rato.

La mano de la muchacha se posó en su cabeza y le revolvió un poco el cabello.

-Hay un par de muchachas que me se han encaprichado con rostro. Usted tiene una fijación con mi cabello ¿Por qué siempre me están tocando?

-Es un deseo inevitable cuando se está frente a alguien que te gusta, supongo-respondio  Mary- En mi caso, revolver el cabello es un gesto amable que tengo con las personas que se ven preocupadas o tristes...mi abuelo lo hacia conmigo.

-¿Le parezco triste?

-Hay algo que se apodera de quienes estamos lejos de casa. Algo que usted tiene escrito en la cara, pero está en una fiesta debería intentar distraerse-le dijo y lo tomo del brazo para llevarla con un grupo de chicos que hablaba animadamente.

Habían algunos juegos también como futbolito y tiró al blanco. En este último Daishinkan se lució, arrastrado por Mary empezó a disfrutar algunas actividades, pero eso de que lo mojaran con unas pistolas de agua no le agrado nada. En un momento la muchacha se le perdió de vista y terminó en un juego algo subido de tono para él. Consistía en hacer girar una botella y besar a la persona que era señalaba. Fue besado por una chica que no había visto hasta ese momento. Se reservo sus comentarios e iba a irse cuando ese muchacho, Marco llegó con Mary tomada de la mano y se sentaron juntos del otro lado. Se quedó. No estaba seguro del motivo, pero se quedó.

El juego prosiguió y uso sus poderes para desviar la botella cada vez que parecía iba a detenerse en él y lo mismo en Mary. No le agradaba la idea de ver que fuera besada delante de él,pero eso porque era incómodo por ser ella su anfitriona. Era eso nada más se decía, pero cuando llegó su turno de girar la botella no pudo evitar tenerla en ella, sólo como otra de sus "bromas" o intentos de desencajarla.

-Que la gire de nuevo, ellos son primos-señalo Ana.

-En noveno grado, ya ni parentesco tienen-señalo Rox.

Mary lo miro como diciendo: "lo hiciste a propósito"

Y él se sonrió como diciendo : si ¿se atreve?

La muchacha se puso de pie para cruzar el círculo que dibujaba el grupo en el suelo e irse a arrodillar frente a él.

-Más le vale hacerlo bien-le dijo la muchacha mientras ponía su mano en el hombro de él- Ha besado antes así que no tiene excusa...

Daishinkan guardo silencio y cuando la tuvo a centímetros de su rostro cerro los ojos. Ella lo  había besado antes, allá en su mundo, pero no fue más que un toque de labios sin relevancia. Ahora en cambio fue un beso como tal,pero no sintió en ese gesto un desquite de parte de ella. Fue sutil, profundo, pero suave; como una caricia hecha con el deseo de mitigar algo. Una parte de él se desprendío en ese gesto y una de ella también. Fue algo largo y lo abligo a apoyar las manos en el piso para mantener el balance,pero cuando ella le echo los brazos al cuello acabo de espaldas contra el suelo y ese beso cambió.

-Eso si fue un beso -le dijo la muchacha.

-Entiendo-le respondío levantándose del suelo entre los aplausos de los presentes.

La fiesta siguió su curso y al anochecer les tocó volver caminando, pues nadie estaba en condiciones de conducir. Iba en silencio por aquello calles, Mary unos pasos más adelante, Daishinkan reflexionado con los ojos fijos en esa espalda.

-No recuerdo haberle cortado la lengua como para que esté tan callado-le dijo ella mirándolo por encima de su hombro.

-No,no lo hizo,pero ¿Por qué ese beso fue tan... efusivo?

-Si vas a hacer algo hazlo bien-le respondío mientras sacaba los auriculares de su bolso-O bien hace mucho no besaba a alguien como se debe y a diferencia de los chicos de este mundo, usted parece estar desprovisto de los deseos de esa índole por lo tanto, no confundirá las cosas...

-¿Confundir las cosas?-repitió sin entender.

-A veces quiero besar a alguien para explorar un poco en ese individuo. Son ideas que me surgen y que no tienen que ver con sexo o carencia de afecto o con buscar placer, sino con mi idea de que un beso es un bocado de ser humano.Es algo especial y a la vez...olvídelo nunca me he explicado bien...

-Quiere conocer a alguien sin que mediar de palabras...quiere una conexión profunda, sutil y breve-le dijo Daishinkan y ella se giró a él caminando de espaldas.

Una sonrisa misteriosa se le dibujo en esos labios pálidos y su mirada cambio por una de abismo.

-Usted si me entiende, pero bueno...es un ángel. No tiene mucho mérito-le dijo y medio bailando se puso los auriculares en los oidos-"tú me quisiste,yo te quise...¿y cuando volverás? ¿cuando volverás? ¿cuando volveras? ¿un día o jamás?"-cantaba la muchacha mientras avanzaba.

-Y usted me entiende a mí...Eso si tiene mérito, Mary-le dijo el Gran Sacerdote en voz baja mientras evitaba que el balón de unos chicos la golpeara.

La menos pensadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora