John Sullivan y Jessica Savoy tuvieron un romance sin ataduras durante su adolescencia, la exclusividad era parte del romance aunque nunca formalizaron un noviazgo ante los demás.
Una discusión hizo que John cometiera la equivocación en dejar ir a...
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John.
La observó salir del edificio en dónde trabaja con una gran mueca de disgusto en su rostro, me aseguro que no no haya nadie al rededor con una cámara, salgo del auto con las gafas negras puestas.
- ¿Mal día? - pregunto cuando estoy lo suficiente cerca de ella.
- No tienes ni la mínima idea de lo que me acaba de suceder- dramatiza.
Beso su mejilla. -¿Mejor?
- Sigue igual de malo -bromea.
- Hize una reservación en un lugar cerca de aquí - caminamos hacia el auto.
- No perdamos tiempo entonces - pide. Estiro mi brazo para poder abrir la puerta y me lo impide- Déjalo, yo puedo.
- De acuerdo.
Rodeo el auto para entrar en el y ponerlo en marcha.
- ¿Te han dicho algo? -cuestiona.
Frunzo el ceño al no entender lo que me está preguntando.
- ¿Sobre qué? - respondo mirándola por algunos segundos.
Gira los ojos. - Las fotos que han filtrado en internet.
-Oh, sobre eso.
-Oh, sobre eso. - replica.
- Nada aún- respondo -Tengo una reunión con Carl, mi representante. Supongo que me hará algunos comentarios al respecto.
- ¿Qué le dirás a la prensa?
-¿Qué quieres que diga?
-John hablo en serio.
-Yo igual.
Le sonrio con diversión para hacerla enojar.
Llegamos al restaurante, estaciono el auto en el lugar de reservación. Al entrar al establecimiento pongo mi mano sobre la cintura de Jess. Pensé que la quitaría al instante pero me sorprendió la mirada cómplice.
He tratado de hablar con ella sobre lo que está sucediendo entre los dos, aunque ella se aferre en negarlo, sus expresiones, miradas y habla corporal indican todo lo contrario, es su maldito orgullo que la hace negar sus sentimientos y complicar todo.
- Lindo Lugar - sonrie.
-La comida te encantará- le aseguro.
- Estoy ansiosa por descubrirlo.
Ambos ordenamos cosas diferentes y tal como en el pasado; Jess termino cambiando su plato con el mío con la excusa de que era más apetitoso.
Me tomo el tiempo que necesito para poder observar los gestos que hace su rostro al saltar jadeos que salen de su boca al disgustar la comida.
