Estúpido John® |COMPLETA| en edición.

C A P I T U L O 8

John.

Me encuentro demasiado cerca de Jess para poder besarla, me detengo cuando comienza a reírse como loca haciendo que no logré entender la gracia.

—¿Qué te causa tanta gracia? —pregunto confundido.

—El que tú creas que puedes besarme — exclama entre risas.

—Lo puedo hacer —afirmo.

—No sin mi consentimiento —comenta con valentía —si te bese fue para ayudarte estúpido.

—¿Qué es lo que quieres? —le pregunto mientras vuelvo a recargar mi cuerpo sobre el sofá.

—Una entrevista —exclama.

Una maldita entrevista, de todas las cosas que puede pedirme se le concurrió una simple entrevista. Jess sigue siendo una caja de sorpresas.

—Te dije que me piedras lo que quisieras y me pide una entrevista —esbozo una sonrisa—eres única Jessica.

—Lo sé —responde con suficiencia— es por eso que aún me buscas.

—Bien tendrás tu entrevista —exclamo—pero yo también tendré que ganar algo...

—Y claro que ganaras —me interrumpe —ganas más fama.

Niego con la cabeza.—No quiero eso, quiero que salgas conmigo.

—No fingiré ser tu novia John —exclama molesta.

—No quiero que mientas —insisto— me acompañaras a las fiestas que tengo programadas, te llevaré a comer, haremos todo lo que deseabas hace años.

—No tiene caso revivir lo pasado — afirma—estoy feliz con mi presente.

Algo en mi me dice que ella no está feliz con su presente, hay algo en su mirada que no me gusta.

—No puedes serlo porque no estoy en el.

—No te necesito para ser feliz.

—No saldré contigo.

—No tendrás tú entrevista —digo con calma.

Se quedó en silencio pensando lo que le dije. Su silencio me mata, solo espero que acepte mi propuesta y no ponga pero alguno, no soporto más su silencio entonces decido hablar.

—Tu silencio me tortura —exclamo— ¿lo has pensado bien?

—¿Por qué? —pregunta confundida.

—¿El qué?

—¿Por qué haces esto? —pregunta con el ceño fruncido.

Aún te quiero.

—Es todo lo que deseabas hacer cuando estábamos juntos y no puede acompañarte.

—Eso no importa ya Sullivan —insiste— olvida el pasado.

—Siento haberte hecho daño —confieso.

—No recuerdes el pasado —sigue insistiendo.

—Es necesario, para mejorar —le aseguro.

—No para mí —afirma— deja de mentir.

—No miento.

—¿Me darás la entrevista o no? —cuestiona enojada.

—Siempre obtienes lo que quieres.

—Al parecer pues contigo no funcionó — responde dandome la espalda.

—No huyas —advierto pero trato que suene como una petición.

—Lo hago cuando se me venga en gana — responde.