Estúpido John® |COMPLETA| en edición.

C A P I T U L O 1 4

Con la mano izquierda abro torpemente la puerta del departamento y con la derecha marco el número de Carly para decirle que no podremos salir hoy por la noche, mas no me atendió las cinco llamadas que le hice.

Dejo mi teléfono sobre la mesa de madera que se encuentra frente a los sillones azules, me quito los zapatos dejándolos a un lado del sillón. Busco en mi pequeño armario un vestido para la fiesta.

No es que tenga una gran colección de vestidos para fiestas, debido a mi trabajo como reportera he tenido que comprar algunos ya que a los eventos que asisto algunos son de personas con un alto nivel económico.

Me decido por tres vestidos y los pongo sobre mi cama, los observo detenidamente mientras me decido cual usar. Probablemente no deba esforzarme mucho ya que solo es una simple fiesta a la cual acudiré con John, pero es obvio que este momento no estoy usando mi razón.

—¡Buh!

Suelto un grito agudo mientras me tiro al suelo, debido a que alguien me espanto. Ni siquiera me dio tiempo de ver, de quien es la culpable de que casi me dé un para cardiaco, una sonora carcajada comienza a sonar en mi habitación.

<Leyre>

Hay muchas cosas que detesto y entre ellas; que me asusten al igual que la adrenalina.

— ¿Qué te pasa Leyre?— pregunto con una mano sobre mi pecho.

Hay veces en las que exagero un poco.

—Deberías ver tú cara en estos momentos— responde sacando su celular de su bolsa de deporte—es todo un poema— toma una fotografía de mi rostro mientras ríe.

— ¿De dónde vienes?— le pregunto levantándome del suelo

—De tener sexo— responde arrojándose a la cama.

—Quítate de mi cama.

— Obviamente no Jessica— responde riendo—pésimo tu sentido del humor.

— Tú no sabes cómo bromear.

— ¿Para que los vestidos?— cuestiona.

— Acompañaré a John a una fiesta.

— ¿Y qué piensas usar?

Tomo el vestido blanco que está debajo de ella—este— respondo a lo cual ella ríe.

—Si claro— agrega sarcasmo —a menos que la fiesta sea en la playa.

—Leyre— murmuro.

—Tienes que ponerte algo atrevido— se levanta de la cama y rebusca en mi armario —Algo que diga soy una puta pero decente.

Rio mientras niego con la cabeza, Leyre puede llegar a decir cosas muy locas. En una ocasión la acompañe a Zara para comprar ropa optamos por pedir ayuda a una de las trabajadoras y lo que pregunto fue, ¿tienen ropa para una zorra decente?, la señorita nos quedó viendo raro y acto seguido nos sacaron de la tienda.

—¡Lo tengo!— exclamo sacando un vestido azul claro con una larga abertura desde el muslo hacia abajo—¿Cómo es posible que no te hayas puesto este vestido?

Es un vestido sencillo pero sin rayar en lo aburrido.

—Porque no lo sé.

—Anda ve a bañarte.

— ¿Ha que viniste a mi departamento?— le pregunto mientras camino al baño.

—Pase a comer pizza y creí que sería buena idea pasar a verte— responde gritando —¡Y vaya que lo fue!