John Sullivan y Jessica Savoy tuvieron un romance sin ataduras durante su adolescencia, la exclusividad era parte del romance aunque nunca formalizaron un noviazgo ante los demás.
Una discusión hizo que John cometiera la equivocación en dejar ir a...
Soy una maniática compulsiva con el orden, tengo todo desde lo más insignificante y lo de mayor importancia, pero en lo único que no puedo controlar es mi vida amorosa ya que siempre he tenido algo de miedo a tener algo formal, y aun no descubro el porqué, pero a pesar de eso mantengo una relación algo amorosa con John, quien me soporta a pesar de mis defectos y agradezco el tenerlo, estamos juntos desde preparatoria pero somos novios desde que comencé a estudiar en la universidad.
Aunque siendo realistas nuestra relación nunca la hemos definido bien, hay ocasiones en que la actitud de Jonh me hace dudar sobre lo que somos. Me mudé con el hace tres semanas a su departamento, vivía en uno de los cuartos de la Universidad, pero ya no puedo pagarlo ya que mi trabajo de medio tiempo no me ayuda mucho y John me lo había propuesto desde hace meses y al no tener otra opción tuve que ceder, solo espero que no nos cueste nuestra relación.
Tenía la opción de vivir con mis padres, decidí no seguir casa de mis padres por varias opciones; mi salud mental y el tema económico, mi hermano menor esta enfermo así que lo poco que ganan mis padres va destinado para su tratamiento, mi hermana tampoco esta en casa ya que se mudo de país al aceptar una beca en suiza.
—Señorita Savoy— exclama mi profesora de periodismo llamando mi atención —el director quiere verla en su oficina.
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¿El director? Pero no he hecho nada malo. Por favor que no sea la beca, necesito la beca para seguir estudiando en esta universidad.
Asiento con mi cabeza mientras sujeto en silencio mis cosas y las guardo en mi bolso, salgo del aula de clases para encontrarme con John recargado aún costado de la puerta, su rostro estaba sonriendo y se lo que esa estúpida sonrisa significa. Un pequeño vació se forma en mi estomago al imaginar lo que vamos hacer, puede que me saque de clases, ya lo ha hecho varias veces.
Esa maldita sonrisa que tan amo y detesto.
No estoy en problemas, mi problema es John y adoro que lo sea.—¿Qué estás haciendo?— le pregunto susurrando alterada, aunque el sabe que estoy un poco agradecida.
No es la primera vez que el hace algo así, aunque ya le he dejado en claro que me tomo muy enserio mis clases y el no puede venir a sacarme de ellas, siempre termina haciendo lo mismo. Siempre encuentra la manera de alegrarme la vida.
No se que seria de mi, cuando el se aleje.
—Solo sígueme— exclama, hace presión levemente en mi muñeca para obligarme a caminar—Deberías pensar en cambiar tus clases en las mañanas.
Yo pienso igual.
—¿Puedes decirme dónde vamos?—pregunto mientras le sigo sus pasos, el da un paso y yo dos.
—A escaparnos un rato de las obligaciones— responde observando que nadie nos vea.
No vuelvo a preguntar nada, pero lo que tengo claro es que perderé las demás clases de hoy y deberé encontrar la manera de reponerlas. John conduce en su automóvil hasta alejarnos de la universidad y de la ciudad, llegando a un viejo roble donde solemos venir desde que ambos llegamos a este lugar.
