C A P I T U L O 3 2

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No emite ninguna palabra antes de salir del baño, solo me toma entre sus brazos y escondo mi rostro en su pecho mientras continuo llorando. Violeta me mandan un mensaje de texto para saber que ocurría. No contesto ya que John después de enseñarme el mensaje guarda el celular en su bolsillo.

Mackenzie, Lucas y James se encargan de disculparse en nombre de él.

En el trayecto al cuarto del hotel solo puedo escuchar su respiración agitada, se que está enojado, ¿Quién no lo estaría? Espero que no haya escuchado nada de lo que dije.

Me deja con cuidado sobre el sofá en medio del cuarto frente al televisor.

—¿Podemos hablar? —pregunto. Se que él quiere hablar, soy yo la que siempre lo impide.

—¿Estás segura de querer hacerlo? —su voz suena molesta y llena de rabia. Sus dedos alzan mi cuello para observar la marca que Erick me ha dejado. —¿Lo ha hecho antes?

Agacho la mirada, no puedo verlo y decirle la verdad a los ojos. Las lágrimas comienzas a hacerse presentes otra vez y con más intensidad.

—S-si —me abrazo a mi misma mientras giro mi rostro para que el no pueda verme llorar.

De reojo observo cómo se levanta de la cama, pasa sus dedos por las hebras de su cabellera.

—¿Cuántas veces? — por favor no me hagas esto. No quiero seguir recordando.

—Ma-as de las que te puedas imaginar —digo en voz baja.

—¿¡Pensabas decírmelo algún día!? —grita y logra asustarme un poco. La última vez que lo ví enojado, fue cuando rompimos— ¿¡Acaso no le dirías!? ¡Debiste decírmelo! —camina como león desesperado.

—¿!Para qué!? —me gana la desesperación y comienzo a gritar— ¿!Para recordar que ese imbécil me rompió!? ¡Me destrozó, me quito lo más quería! ¡Me arrebato la oportunidad de ser madre! —Limpio mis lágrimas. Salgo de la cama para ponerme frente el— ¡Mató a mi bebé! ¡Le quitó la vida mi hermosa niña y no pude hacer nada para evitarlo!

Mi corazón late más de lo normal y siento una presión que crece cada vez más en mi pecho.

Ataque de ansiedad.

Al ver que no habla decido continuar a pesar de que el llanto no cede.

—¡Casi pierdo la vida! ¡Me hizo sentir miserable y nadie me había hecho experimentar eso! —comienzo a quebrarme al recordar cada palabra hiriente que me lastimó y cada golpe que recuerdo en ocasiones— ¡Lo único que me mantenía con vida era ella, mi hermosa niña! ¡Y la esperanza de que me volvieras a buscar! —caigo sobre mis tobillos al no soportar la tensión. —¡Me arrebato todo!

—Jess...amor —intenta acercarse a mi.

—¡No! —grito con desesperación—¡no te acerques!

—No estás sola —sus manos sujetan mis mejillas para obligarme a mirarlo. Bajo la mirada— Yo estoy contigo sin importar tan que tan fuerte sea la tormenta. —su voz es tan dulce que me tranquiliza un poco— te amo y no dejaré de hacerlo.

—¿Cómo puedes amarme? —me atrevo a mirar sus ojos— Soy un asco y...

—No, no vuelvas decir algo así. Eres una mujer maravillosa que ha pasado por tantas cosas horribles tú sola —le sostengo la mirada— Eres una gran mujer y te amo por eso.

Mi ansiedad no me deja creer que me ama. Soy un total desastre que solo sirve para excusarse.

—No puedo tener bebés, mi vientre no sirve para eso —confieso— ¿De que sirvo?

Estúpido John® |COMPLETA| en edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora