6: La fiesta de Amelia.

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ROSIE

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ROSIE

Mi cabeza palpita, y el hecho de que la luz del sol me esté pegando justo en la cara, me está poniendo con un humor de pelos. Gruño, me giró al otro lado de la cama.

Comienzo a hacer memoria de mi día de ayer. Chris... su auto, mini golf, bar, tequila con droga, Margot y.... casi muero, luego apareció Thomas.

No recuerdo nada desde que Thomas me subió a su auto y eso me perturba, me siento de golpe sobre la cama y confirmo que no es la mía. Esta no es mi habitación, es la de Thomas.

A la mierda.

Mis ojos amenazan con salir de mi cara, me levanto de golpe y desesperada buscando a Thomas. Bajo las escaleras dándome cuenta que la camiseta me queda algo corta y por alguna extraña razón no tengo mi ropa interior.

Entró a la cocina y veo a Thomas cocinando algo de espaldas a mí.

Carraspeo, él me mira por encima de su hombro y sonríe—. Buen día borrachita —dice en tono burlón.

Bufo y me acercó a él—. Juro que me voy a vengar de Margot y Chris.

Él frunce el ceño y me mira fijamente—. ¿Qué pasó ayer Rosie? Anoche te pregunte una infinidad de veces y no me dijiste.

Suspiro y me paso las manos por el pelo—. Chris le puso algo a mi bebida —su semblante se hace extremadamente serio y un tanto molesto—, no te aseguro que fue él porque no lo vi ponerle nada, pero estoy segura que el batender fue.

—¿Y por qué te lo bebiste? —su mandíbula se tensó.

Porque me moría por saber que se sentía estar drogada.

Noten mi sarcasmo.

—Margot me tomó a la fuerza junto con dos gorilas —me cruzo de brazos. Y a lo que veo, Thomas fue quién me salvo así que...—. Gracias por ayudarme —le sonrío.

Él lleva sus ojos hasta los míos y me sonríe, pero se le ve molesto aún. Thomas es increíble y el hecho de que se preocupara por mi... me encanta.

Pero entonces la duda vuelve a mí. ¿Dónde está mi ropa?

—Thomas —este me mira y de repente me arrepentí por hablar—, ¿cómo terminé... —carraspeo, nerviosa— así?, ¿y mi ropa?

Él se sonríe—. Anoche tuviste la fuerza de darte una ducha, me impresionaste, y después de tu ducha te di una camiseta mía y me pediste que la metiera a la lavadora, luego te bes... —sus ojos se abrieron con sorpresa y meneó la cabeza—, arropé en mi cama y te dormiste. Yo dormí en la habitación de mi papá.

Asiento con una sonrisa. Y la verdad es que, si le creo, Thomas jamás haría algo para dañarme.

—No iba a poder dormir con tu cuerpo semidesnudo al lado, qué perturbador —fingió tener escalofríos.

¿Qué le pasó a Rosie Donovan? [¿Qué nos pasó? 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora