18: Daños colaterales.

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DAVE

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DAVE

No mereces esto preciosa, definitivamente este no es tu mundo.

Su respiración es pacífica y relajada, su cabello cobrizo estaba sobre su rostro y no pude detenerme a la tentación de apartarlo, seguí observándola mientras dormía, eran alrededor de las cuatro de la madrugada, ella estaba durmiendo conmigo en la casa del árbol ya que de seguro Parker ha de estar drogado por ahí.

Rosie comenzó a gruñir y quejarse, al parecer tiene una pesadilla. Acaricié su hombro y ella abrió los ojos aliviada.

—Dave —susurró con alivio.

Me mantuve sereno mirando sus ojos azul verdoso entre la oscuridad—. Tranquila, sólo es una pesadilla.

Sonrió de costado y se frotó los ojos—. ¿Me miras mientras duermo? —frunció el ceño y me miró con diversión.

Sonreí socarrón—. Puede ser —susurré y me humedecí mis labios.

—Eres un acosador.

No parece la Rosie atrevida de siempre, puede que el efecto de la píldora se le esté pasando. Esa cosa actúa de una manera tan extraña, cuando el efecto pasa por completo trae consigo un dolor de cabeza tan insoportable y probablemente a Rosie se le esté pasando poco a poco, pero antes de que pase por completo, Parker le da una píldora.

¿Con qué maldito fin?, con el de hacerla inmune a sentir, Parker me explicó hace días por qué eligió a Rosie, y fue más que nada por joderle la vida a Thomas. Ya que Thomas fue quien aparto a Rosie de su camino desde un principio y Parker desarrolló cierta obsesión por Rosie.

Lo sé, suena loco, pero es real. Y desde entonces he estado más al pendiente de ella, Parker a veces puede ser impulsivo, controlador y abusivo.

—¿Qué? —se sentó mirándome fijamente con sus ojos curiosos.

Meneé la cabeza y sonreí—. Nada.

Ella suspiró y se amarró el cabello en un moño desordenado dejando dos mechones de cabello por enfrente de su rostro.

—Dave, ¿puedo hacerte una pregunta? —inclinó un poco su cabeza hacia mí.

He esperado este momento desde que me pregunto quién era yo. Porque si quiero hablar con alguien de quien soy es con Rosie, la Rosie de la que había escuchado antes. No esta Rosie que está bajo al mando de las malditas píldoras.

—Dime —me crucé de brazos.

—¿Por qué eres tan insensible? —la curiosidad en sus ojos llama tanto mi atención.

Le sonreí y desvíe la mirada a mis manos—. Es una larga historia —solté junto a un suspiro—. Pero todo comenzó hace años. Mi mamá era prostituta y drogadicta, yo tenía catorce años cuando comenzó a prostituirme —sonreí con amargura. Era un recuerdo extraño, quizá vergonzoso, pero dejé de sentir pena hace años—. No creas que a mí me hacían algo. Ella me obligaba a tener sexo con señoras, y no podía negarme, no quería que en lugar de mí usara a mis hermanas para conseguir dinero —suspiré, Rosie tomó mi mano dándome una mirada de comprensión, una mirada pura e inocente que me recordó a la chica que entró a esta misma casa del árbol hace semanas, la chica que fue antes de caer en los efectos de Lost—. Y los años pasaron, a los dieciséis metieron a mi mamá a la cárcel por explotación infantil, y luego mi padre llego aquí... todo estaba perfecto, luego que cumplí dieciocho años, él se fue a trabajar y yo me hago cargo de mis hermanas desde entonces.

¿Qué le pasó a Rosie Donovan? [¿Qué nos pasó? 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora