¿Qué le pasó a Rosie Donovan? [¿Qué nos pasó? 2]

21: Las malas decisiones de Rosie.

DAVE

3:30 a.m

—¿Cómo te sientes bella durmiente? —le pregunté con sorna a Thomas mientras bajaba las escaleras con una botea de agua y algo de comida.

Vi a Thomas sentarse sobre la cama de manera relajada—. Mucho mejor —sonrió—, lamento lo que te dije ayer.

Me senté a su lado entregándole la comida y el agua—. No hay cuidado, yo también pasé por eso.

—¿Cuánto tiempo llevamos aquí? Siento que tengo una eternidad —dijo seguido de eso le dio un mordisco a su sándwich.

—Exactamente dos días. Mañana a esta hora nos vamos —me puse de pie tomando un suero fisiológico, me acerqué a Thomas para colocarle la intravenosa.

Thomas de alarmó un poco y retrocedió—. Wow, wow alto —bajó su sándwich—. ¿Seguro sabes cómo ponerla?

Carcajeé un poco y asentí con la cabeza—. En mi otra vida fui doctor —bromeé.

Él rodo los ojos y sonrió un poco. Le coloqué la intravenosa ya que tenía que recuperarse, de seguro estaba deshidratado.

—¿No has sabido nada de ella? —vaciló un poco mientras seguía comiendo.

Suspiré y meneé la cabeza—. No quiero hacerlo porque sé que, si lo hago, escucharla me hará —pensé un poco y carraspeé—, nos hará irnos antes de lo acordado.

Él asintió y desvío la mirada—. Por lo que veo se convirtió en tu debilidad también.

Puede ser. Pero no tanto como la de él, ellos tenían una relación de mejores amigos muy fuerte y ese es un lazo que jamás podre romper y nunca pensaría en interponerme, ella lo quiere tanto como él a ella. Pero yo la quiero tanto como ella a él.

Es tonto, acordamos que no habría sentimientos, pero al verla tan destruida tomando esa mierda para evitar sentir, me destroza y sé que por las píldoras que tomará, ella siempre sentiría, el día que le conté mi historia... fue el momento en que me di cuenta lo valiosa que es y lo afortunados que son sus seres queridos.

Y lo afortunado que soy de haberla encontrado.

Porque... mierda, esa chica vale más que oro.

Le sonreí de costado a Thomas y comencé a caminar hasta las escaleras—. No tanto como la tuya Thomas, ambos queremos a esa chica y créeme que yo jamás la haría escoger entre alguno de nosotros.

Dicho eso, dejé a un Thomas muy pensativo. Subí escaleras llegando a la sala de estar, suspiré dejándome caer en el sofá.

Jamás podré sacarte de mi cabeza preciosa.

ROSIE

Despertar en mi cama es tan extraño. Mi humor esta de lo peor. Me levanto con pereza dándome cuenta que es terriblemente tarde.