"Happy Pills" || Afterdeath

15

Me vestí rápido y corrí a la parada del autobús.
Me tardé 10 minutos en llegar al hospital.
Cuando llegué, tuve que estar en la sala de espera un rato hasta que Reaper, quien me había dicho que viniera, me fuese a buscar para ir donde Ink.

–¿Sabes qué pasó? –Pregunté, pero no obtuve respuesta alguna.

Seguimos caminando hasta llegar a las afueras de la habitación en la que se encontraba.
En las bancas al otro lado del pasillo estaba la madre de Ink llorando, fui a saludar como correspondía.

–Reaper me llamó, ¿Qué le ocurrió a Ink?

–Intentó... –las palabras las sacaba con mucha dificultad de su garganta a causa del llanto.–Intentó suicidarse, lo encontré momentos después de que se ahorcó, asfixiándose. Lo logré sacar, se desmayó y lo traje aquí. –Los llantos de la madre de Ink no paraban, por lo que Reaper fue a consolarla.

Me levanté de la banca y fui a la gran ventana que había para observar el interior de la habitación de mi amigo.
Estaba inconsciente en su camilla, conectado a varias máquinas que lo monitoreaban. Supuse que estaba en un coma.

Me volví a sentar, esta vez, un poco más alejado y empecé a pensar, nunca creí que Ink hubiese sido capaz de hacer algo así, ¿acaso él también tenía problemas mentales?, o sea, estaba claro por su intento de suicidio, pero no sabía que podría tener depresión.
Él no parecía el tipo.
Suena muy cliché, pero, él era alguien que siempre estaba sonriendo.

Mientras todos éstos pensamientos rondaban mi cabeza, mis lágrimas corrían por mi rostro.
¿Cómo había llegado a eso?

Las horas pasaron, Ink aún no despertaba.
El doctor se acercó a nosotros, y tal como supuse, había caído en un coma. Realmente no me preocupé, ya que las veces que ocurre cuando es un intento de suicidio, generalmente duran una semana, así que no es algo grande.
La madre de Ink dijo que se quedaría ahí, por lo que Reaper y yo salimos juntos y caminamos en dirección a nuestros hogares.

El camino fue muy callado, trataba de pensar en algo que decir, pero no podía pensar en nada.
Nada más que Ink.

–Esto es mi culpa. –Habló Reaper de la nada.

–¿Qué? –Pregunté incrédulo.

–Que es mi puta culpa. –Repitió.–De haberlo consolado bien o haber dicho mejores cosas que cuando llegó a mi casa durante su crisis de pánico, tal vez no hubiese llegado a eso. –Reaper suspiró.–No importa.

–No es tu culpa, hiciste lo mejor para ayudarlo.

–... –No obtuve ninguna respuesta.–Bueno, aquí nos separamos.

–Pero el camino a tu casa queda más arriba.

–Tomaré un atajo, adiós Geno, espero verte en clases. –Rápidamente Reaper desapareció en la oscuridad y yo seguí mi camino a casa.

Me tendí en mi cama a mirar el techo.
¿Cómo hubiese sido si en verdad se hubiese matado?